¿Cuando hay estabilidad, hay confianza en el peso?

La moneda no solo cumple una función económica: constituye también una institución social y política que organiza la vida colectiva, dice el informe “Índice UNSAM de Confianza Social en la Moneda (ICSM)”. En torno a ella se articulan múltiples formas de confianza: hacia el Estado y su capacidad de garantizar estabilidad (confianza vertical), entre los propios ciudadanos (confianza horizontal) y respecto del porvenir individual y colectivo (confianza futura).
Analizar la confianza en la moneda permite, por lo tanto, comprender mucho más que las percepciones sobre el valor del dinero. Permite observar los cimientos de la cohesión social, la legitimidad estatal y las expectativas de progreso que sostienen –o debilitan– el vínculo entre economía y sociedad.
En la Argentina, la construcción de una confianza duradera en el peso ha sido un desafío histórico. Las recurrentes crisis cambiarias, los procesos de dolarización informal y la expansión de alternativas digitales delinean un escenario en el que la estabilidad monetaria se vuelve un termómetro de la confianza política e institucional. Cuando la moneda se debilita, también lo hacen las certezas sobre el futuro y la capacidad del Estado de ejercer autoridad económica.
Frente a ello, resulta imprescindible contar con instrumentos que midan de manera sistemática cómo percibe la ciudadanía a su moneda y qué efectos producen esas percepciones en la vida económica y social. Hasta ahora, no existía en el país una herramienta que permitiera observar, con regularidad y fundamentos empíricos, la evolución de esta confianza.
El Índice UNSAM de Confianza Social en la Moneda (ICSM) surge para cubrir ese vacío. Su propósito es monitorear, de forma periódica, las actitudes, expectativas y comportamientos de la población frente a la moneda nacional, y vincularlos con dimensiones más amplias de confianza en las instituciones, en el gobierno y en el tejido social. Mediante mediciones sucesivas, el ICSM busca construir una serie temporal que permita detectar tendencias y correlaciones con fenómenos centrales de la vida pública –como la inflación, el ahorro, el consumo o las preferencias políticas–, aportando así una base empírica para la investigación académica y el diseño de políticas públicas.
El presente informe presenta los resultados de la medición correspondiente a octubre de 2025. Esta nueva edición profundiza la línea inaugurada en el primer relevamiento, poniendo el foco en:
a. la distribución desigual de la confianza entre las distintas funciones de la moneda;
b. las diferencias según género, edad, nivel socioeconómico y región;
c. la relación entre confianza monetaria y expectativas inflacionarias; y
d. los vínculos entre la confianza en la moneda, la cohesión social, la confianza institucional y las proyecciones de futuro.
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