Sistemas Alimentarios Para la Vida ¿estamos todos a bordo?
A lo largo del segundo semestre de este año, un grupo de trabajo conformado por personas adscritas a las organizaciones que lanzan esta declaración, mantuvieron una serie de reuniones con el objetivo de analizar las actividades y acuerdos establecidos para la celebración de la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios organizada por la ONU y verificada el 22 de septiembre de este año en la sede principal del organismo en la ciudad de Nueva York.
Una vez reconocido el proceso de organización y los debates sobre la cumbre, la participación y ausencia de organizaciones, países miembros, corporaciones del agronegocio y académicos, decidimos elaborar un cuestionario para conocer entre nuestras y nuestros colegas el grado de conocimiento que se tenía sobre dicha cumbre, su importancia, así como los actores involucrados en este proceso.
En el llenado del formulario participaron 323 personas. Como resultado más relevante se reconoció un amplio desconocimiento sobre las características, el proceso vinculante y el papel de dicha cumbre a nivel global. Debido a ello, organizamos dos webinarios para dar a conocer los puntos de vista de líderes de organizaciones sociales, funcionarios de gobierno, académicos, estudiantes, activistas y público en general, sobre dicha cumbre.
A ambos webinarios asistieron unas 600 personas y como resultado de las ponencias, las preguntas y el debate, se suscribió esta declaración.
A principios de 2022, realizaremos otro webinario para revisar, desde nuestra mirada pluriversa, qué es lo que sigue después de la cumbre y cómo deberíamos organizarnos en la región en búsqueda de fortalecer el movimiento agroecológico latinoamericano y caribeño, y qué actividades deberíamos realizar en los territorios y entre nosotras y nosotros.
9 de diciembre de 2021
Grupo de Trabajo CLACSO
Agroecología política
Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología – SOCLA
Asociación Brasileña de Agroecología – ABA-Agroecología
Red Nacional de Agricultura Familiar – RENAF Colombia
Grupo de Investigación en Agroecología – GIAUN – Universidad Nacional de Colombia
Sociedad Mexicana de Agroecología – SOMEXA
Declaración Sistemas Alimentarios para la Vida ¿Estamos todos a bordo?
Reflexiones a partir de los “Diálogos independientes Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios” 20 y 21 de septiembre, 2021
En las dinámicas alimentarias alternativas, ¿estamos todos a bordo? Sí, pero en barcos y botes diferentes, desiguales, con distinta cantidad de pasajeros/as; sin embargo, en las mismas aguas y confrontando el reto de una tempestad que nos es común. ¿Cómo enfrentar este reto? Mediante el diseño y puesta en marcha de múltiples mecanismos, todos ellos inclusivos, adaptados a cada uno de los contextos regionales, territoriales y locales. Es decir, construidos a través de múltiples formas territorializadas para gestionar los sistemas alimentarios verdaderamente sustentables: Un pluriverso de agroecologías. Sin embargo, esta no es una visión compartida, especialmente en el contexto normativo global, donde quienes poseen los barcos más grandes siguen influyendo para definir políticas alimentarias a su favor, y sin nuestras voces y navegaciones.
En septiembre pasado, bajo el paraguas de las Naciones Unidas y masivas críticas de diversos sectores no alineados al agronegocio global, se realizó la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios. ¿Y de qué se trató esto? Las personas que no se enteraron al respecto podrían considerarse parte del 63% de los/as participantes de un sondeo realizado1 para conocer el nivel de información sobre dicho evento, con una alta influencia en la forma cómo se produjo y por quiénes se implementó. Este nivel de desconocimiento refleja una de las principales deficiencias o anormalidades de la Cumbre: la exclusión y, con ello, la inexistencia de una verdadera voluntad de dialogar con la multiplicidad de sectores que intervienen en la producción, distribución y consumo de alimentos. Sin embargo, los procesos regionales de preparación a la Cumbre generaron la ilusión de una participación inclusiva de sus diferentes actores, dando la impresión de haberse considerado las diversas visiones y voces. Pero lo cierto es que en los espacios de toma de decisiones de la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios no fueron consideradas las organizaciones sociales que gestionan los sistemas alimentarios locales, que ejercen el cuidado y defensa de los territorios, de los comunes y de la soberanía alimentaria. Esto nos recuerda a una frase de Paulo Freire que plantea que no hay diálogo si no hay un verdadero reconocimiento y respecto hacia los/as otros/as.
En este contexto, se realizó el seminario “Sistemas Alimentarios para la Vida ¿Estamos todos a bordo?” con los propósitos de debatir sobre el papel del agronegocio para incidir en las políticas públicas sobre los sistemas alimentarios actuales y futuros, a nivel global y en cada nación; además de reflexionar sobre la relevancia del paradigma agroecológico en estas discusiones. A continuación, se abordan algunas de las conclusiones del seminario.
De acuerdo con varios estudios, más del 70% de los alimentos consumidos localmente tiene su origen en sistemas tradicionales, de circuitos cortos según su contexto territorial y cultural. Las y los protagonistas de este abastecimiento alimentario generalmente son ignorados, como mismo en los procesos de toma de decisiones de la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios. El motivo: facilitar el control de los diferentes eslabones que los componen: la producción, transformación, distribución, comercialización y consumo. Con su enfoque de agricultura industrial, el trasfondo es asegurar mercados para las tecnologías y procedimientos con insumos sintéticos, mecanización, semillas comerciales (híbridas y genéticamente modificadas) y las tecnologías de ultra-procesamiento de alimentos. En estas dinámicas de apropiación también están los/as consumidores/as, especialmente de los centros urbanos, y la manipulación de sus decisiones de compra.
La exclusión de los/as pequeños/as productores que alimentan al mundo y el privilegio de los grandes que lucran, muestran que la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios y la gobernanza alimentara actual está inmersa en una disputa entre mundos. En esta disputa, la agroindustria y el agronegocio generan formas de acción, narrativas, propuestas y elementos para un proyecto hegemónico, a pesar de estar en crisis. El resultado, es la mayor exclusión de las acciones, las narrativas y las propuestas de otros mundos posibles y necesarios. Esta es una estrategia para enmascarar que los sistemas alimentarios industriales, basados en el creciente control corporativo, son responsables de amenazas inextricablemente interconectadas: La crisis climática, la deforestación, la pérdida de biodiversidad, la degradación e intoxicación de la tierra y océanos, la contaminación del aire y el agua, el hambre, la marginación y los innumerables avasallamientos de derechos humanos. Es decir, es parte del proyecto civilizatorio de “modernidad” en profundo colapso.
Desde este análisis, se reconoce a la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios como una estrategia que se re-crea mediante la instalación de una narrativa que intenta ser “común”, adoptando términos asociados a un mensaje “positivo” y “deseado” de derechos humanos y colectivos, innovación, economía, desarrollo, igualdad de género, empoderamiento de las mujeres, etc. Pero en realidad, dicha estrategia se asocia a los mecanismos intrínsecos del modelo asociado a la perpetuación y profundización del sistema alimentario hegemónico a favor de los privilegiados. A partir de allí, coopta propuestas – como la agroecología – incorporando sus conceptos a los que les vacía de su contenido, especialmente de su significado político y cultural. Con esto, intenta apropiarse de múltiples reivindicaciones campesinas, de pueblos indígenas, de las luchas de las mujeres, de los/as afrodescendientes y de otros grupos. Parte de esta cooptación es el “eco-tecnocratismo” como eje de “soluciones” que, en términos generales, propone acciones sobre la base tecnológica, individualista y “cosificadora” de los ecosistemas y las comunidades.
Estos abordajes pasan por el desconocimiento o invisibilización y la subalternidad de millones de campesinos/as en el mundo. Al ser negadas las causas profundas de la crisis y de los sistemas alimentarios, los agricultores/as, campesinos/as, e indígenas, los y las trabajadores/as rurales y muchos otros/as, pasan de ser sujetos y actores políticos centrales, a actores excluidos a través de sistemas económicos que los instrumentalizan mediante una nueva espiral de soluciones falsas basadas en la explotación de los comunes y la del planeta.
Con base en lo anterior, la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios puede considerarse como un fracaso político, ecológico y social, debido a la ausencia de una voluntad hacia la soberanía alimentaria, por la negación de la agroecología como vía estratégica para la transformación radical del régimen alimentario corporativo, y por la invisibilización y exclusión de sus históricos hacedores y hacedoras de la alimentación saludable.
Entonces… ¿cuál será el futuro de la agroecología después de la Cumbre?
La agroecología no podrá enfrentar por si sola esta tempestad de crisis tergiversas y negadas. La agroecología requiere re-crearse – como siempre lo ha hecho. La agroecología requiere fortalecerse desde su base política-social a partir de mayores diálogos virtuosos e incluyentes para construir políticas públicas dialogadas, donde la voz de los/as sujetos político sean escuchadas e integradas en el diseño, promulgación y aplicación de la política pública multi-sectorial, multi-dimensional y multi-escala.
La agroecología también confronta el reto de la cooptación corporativa y académica en sus múltiples versiones. Contrario a esto sería posible revertir dicha afrenta mediante las agroecologías de saberes territorializados, para evitar que los territorios agroecológicos históricos sean objeto del extractivismo, vía despojo que se agudiza como resultado del régimen corporativo. El desafío, entonces, es garantizar en primera instancia la soberanía alimentaria de las familias campesinas y garantizar una agenda justa y soberana para ellas. Esto requiere reforzar las formas colectivas de diseñar los procesos y mecanismos para la transformación de los sistemas alimentarios ¡Aquí y ahora!
A manera de provocación para incitar la discusión, se plantea para los sectores que diseñan las políticas públicas los siguientes puntos:
– Fortalecer las agriculturas campesinas bajo principios agroecológicos.
– Incentivar, fortalecer y/o consolidar los mercados agroecológicos territoriales (redes agroecológicas territorializadas), mediante circuitos cortos, sociales y solidarios.
– Reconectar a las y los agricultores/as con las y los consumidores/as fortaleciendo las relaciones entre el campo y la ciudad.
– Incentivar las agriculturas peri-urbanas y urbanas de base agroecológica, fomentando también la conversión hacia sistemas productivos y alimentarios agroecológicos.
– Ampliar la formación de cuadros mediante la co-formación y construcción de comunidades de aprendizaje con procesos pedagógicos horizontales para la transformación radical de dichas relaciones.
– Crear mecanismos de articulación regional entre los diversos actores/as agroecológicos como estrategia para frenar los embates de las posibles coaliciones “agroecológicas” corporativas. – Ampliar el conocimiento sobre las políticas públicas en favor de la agroecología a nivel nacional y
regional, visualizando y difundiendo las políticas progresistas que van a favor de transformaciones y masificación agroecológicas, y denunciando las que son regresivas o intentan consolidar el status quo.
– Potenciar los territorios, lo concreto, lo micro, uniéndolo a lo estructural y político institucional con la justicia social y ecológica, donde las mujeres, juventudes, comunidades campesinas y pueblos indígenas, entre otros grupos hasta ahora desfavorecidos, estén en el centro.
En síntesis, la transformación desde la agroecología para construir horizontes alimentarios soberanos y populares frente a este nuevo embate del agronegocio y la de sus aliados internacionales.
Firmantes
Grupo de Trabajo CLACSO Agroecología política
Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología – SOCLA
Asociación Brasileña de Agroecología – ABA-Agroecología
Red Nacional de Agricultura Familiar – RENAF Colombia
Grupo de Investigación en Agroecología – GIAUN – Universidad Nacional de Colombia
Sociedad Mexicana de Agroecología – SOMEXA
1 En julio, 2021, el Grupo de Trabajo en Agroecología Política del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA), Asociación Brasileña de Agroecología (ABA) y la Sociedad Mexicana de Agroecología (SOMEXA) lanzaron un sondeo en línea para conocer sobre el nivel de información respecto a la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios. En el mismo, participaron un total de 323 personas.
Esta declaración expresa la posición del Grupo de Trabajo Agroecología política y no necesariamente la de los centros e instituciones que componen la red internacional de CLACSO, su Comité Directivo o su Secretaría Ejecutiva.