Los Pasos del Jaguar frente a la pandemia del COVID-19
Apastepeque San Vicente 21 de Junio de 2011 Campesinos realizan labores de siembra de maíz, en algunas de las zonas de San Vicente Foto Huber Rosales
Fundación para el Desarrollo de la Cultura Indígena Los Pasos Del Jaguar[1]
Como parte de los pueblos indígenas de El Salvador y de la Fundación para el desarrollo de la cultura indígena “Los pasos del Jaguar”, nos pronunciamos en el marco de la pandemia por el nuevo coronavirus Covid-19. En este sentido, consideramos que la actual pandemia es manifestación clara de la crisis civilizatoria occidental y de un modelo económico obsoleto que se basa en el extractivismo desmedido en pos de una sociedad consumista, que enferma y maltrata a la Madre Tierra.
En vista de este contexto, nos pronunciamos:
- En el marco de la imposición de las medidas de excepción y la suspensión de las garantías constitucionales se ha evidenciado un aumento de amenazas contra las y los luchadores sociales y ambientales, que defienden los derechos humanos y los derechos de la Madre Tierra. En este sentido, más parece la imposición de un régimen dictatorial apoyado por las Fuerzas Armadas, que medidas para aminorar el avance del virus.
- Mientras la pandemia avanza en la región salvadoreña, con sus implicaciones de aislamiento, las empresas extractivas siguen sus procesos de intervención en los territorios ancestrales, por medio de los megaproyectos, y con la complicidad del Estado. Tal es el caso Tacushcalco, en donde la Ministra de Cultura, en medio de esta emergencia sanitaria, degrada la Dirección de Arqueología a Subdirección, debilitando la capacidad arqueológica del Ministerio de Cultura.
- Los estados, en complicidad con las grandes empresas farmacéuticas, buscan soluciones ante la pandemia del Covid-19, imponiendo medicamentos como la Cloroquina y la Hidroxicloroquina, cuya aplicación ha comprobado efectos perjudiciales. En todo caso, se deben realizar estudios pormenorizados sobre su efectividad. En este sentido, exigimos que la aplicación de estos medicamentos no se realice en nuestros pueblos con miembros de nuestros pueblos indígenas.
- Los problemas sanitarios que conlleva esta pandemia son realmente descomunales para todos los pueblos, especialmente para los pueblos indígenas, sometidos durante siglos a la tiranía de los estados y corporaciones. La vulnerabilidad por falta de acceso al agua se ha acrecentado ante la situación de pandemia, que tanto comunidades urbanas y rurales padecen, poniendo en riesgo la vida de muchos, especialmente la de los adultos mayores. Para nuestros pueblos, las personas adultas mayores son las que guardan el conocimiento y las experiencias de cientos de años y las que han dado su vida y esfuerzo para que nosotros podamos existir. Por tanto, merecen cuidado muy especial en sus años de vida y no el desprecio que les ofrece este sistema económico imperante.
- Los pueblos indígenas y las comunidades locales en confinamiento por cuarentena domiciliar, que hemos sido afectados por una larga historia de sometimiento a la precariedad, nos acentuamos más en la línea de la pobreza extrema. El desabastecimiento de alimentos en las familias es inminente, y en muchos casos sin siquiera poder preparar sus parcelas para las cosechas del próximo periodo agrícola, por esta razón se avecina una situación de hambruna en los pueblos y territorios ancestrales.
Por otra parte, recomendamos:
- En estos tiempos de pandemia la Madre Tierra nos da la oportunidad para sanar y volver a los antiguos principios que rigen la vida armónica con todas las formas de vida que coexistimos en ella. Por ello, es tiempo que toda la humanidad tome el mensaje de la Madre Tierra para detener todo el daño que cada día se le asesta mediante formas de intervención y explotación de sus elementos sagrados, como la tierra, el aire, el agua, petróleo, el oro y hoy el litio. De modo que, la humanidad debe desaprender las formas de sentir y pensar a la Madre Tierra como un recurso, olvidando así las concepciones antropocéntricas que entienden a la humanidad como el centro de la vida, y a la misma Madre Tierra y a los demás seres como subalternos del ser humano; lo cual constituye la peor forma de desprecio a la vida equilibrada.
- Por todo lo anterior, hacemos el llamado a no abandonar la producción en el campo, a cultivar nuestros propios cultivos, aunque no tengamos tierra para hacerlo. De esta forma, lograremos recuperar y revitalizar el diálogo con las plantas sanadoras y las semillas nativas. De igual forma, invitamos a retomar las medidas de salud desde los pueblos indígenas, consumiendo frutas y comidas sanas, sin agrotóxicos, que sean cortados de forma directa de la naturaleza, para mantener nuestro sistema inmunológico fuerte y sano. Llamamos a todos los pueblos a no consumir productos alimenticios de industrias trasnacionales.
- Asimismo, es urgente el establecimiento de redes de sanación colectiva, para ayudar a nuestros pueblos y a la Madre Tierra a sanar desde la espiritualidad y la reconexión de nuestros sentires y pensares con el corazonar de todo lo que existe. De esta forma, se logrará el apoyo emocional a personas afectadas por el pánico, impuesto desde los medios de comunicación y los discursos de los estados.
- ● Finalmente, los pueblos, organizaciones y territorios debemos reestablecer nuestras autonomías territoriales, de forma tal que podamos recuperar las gobernanzas comunitarias en las regiones urbanas y rurales, para el resguardo de los bienes comunales y naturales; y así que se logren sanar los daños a la Madre Tierra y a la vida de los otros seres.
[1] Artículo enviado por el Grupo de Trabajo CLACSO Pueblos indígenas y proyectos extractivos. Correo: [email protected].
Si desea recibir más información sobre las propuestas de formación de CLACSO:
[widget id=”custom_html-57″]
a nuestras listas de correo electrónico.