“La pobreza afecta de manera diferencial a la población afrodescendiente”
(Transcripción de la Columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 16 de septiembre de 2020)
Estamos abordando distintas dimensiones de las desigualdades, de esa forma importante de analizar la desigualdad social que es la perspectiva multidimensional, entendiendo además cómo se entrecruzan, se entrelazan, se acumulan, potenciando e interactuando estas dimensiones de las desigualdad. Y una que es absolutamente central y a la que te propongo dedicar el espacio de hoy y el próximo miércoles también: son las desigualdades étnico-raciales. Hoy nos centraríamos en las raciales y dejaríamos las étnicas para la semana próxima.
Sabemos que en América Latina y el Caribe aproximadamente una de cada cuatro personas se identifica como afrodescendiente, es decir, un 24 por ciento. Y eso para que tengamos idea son algo más de 133 millones de personas en nuestra región. Esta población se distribuye de manera bastante desigual entre los diferentes países de América Latina y el Caribe. Quienes están a la cabeza son Brasil y Venezuela, que en conjunto tienen más del 90 por ciento de la población afrodescendiente de la región. Y hay un factor común, más allá de las diferencias entre los países, es que la pobreza afecta de manera diferencial a esta población afrodescendiente. Incluso por allí en algunos informes del Banco Mundial, de la CEPAL, se los nombra como la minoría excluida más grande de la región. Sólo por dar un ejemplo: Brasil que es uno de los países con mayor proporción de población afrodescendiente, tiene dos veces más de probabilidades de ser pobre una persona afrodescendiente que una persona no afro. Pero aquí también en Uruguay, que tenemos una proporción baja relativamente de población afrodescendiente, sin embargo, una persona afro tiene tres veces más probabilidades de ser pobre que una persona no afro. Esto para ir analizando sólo un elemento de lo que impacta a esta población en tema de las desigualdades.
Decir también que como hemos analizado en otras columnas, a pesar de que hasta aproximadamente el 2015 algunos elementos de la desigualdad se redujeron en América Latina, sobre todo si miramos el coeficiente de Gini que es el que utilizamos para medir esto, de todas maneras persisten desigualdades muy importantes aún en estos coeficientes y los indicadores que los integran para la población afrodescendiente. Sabemos también, por dar otro dato que tiene que ver con la pandemia o con la crisis sanitaria actual, que esta población tiene dificultades diferenciales para el acceso a viviendas adecuadas. ¿Que quiero decir con viviendas adecuadas? Ppor ejemplo, viven en situación de mayor hacinamiento, elemento que evidentemente no permite mantener algunas de las medidas que se han aconsejado en los países. Y por supuesto que son también mayoritarios los habitantes en los barrios pobres o en las favelas que son afrodescendientes.
Pero además también sabemos que tienen mayores índices de desempleo, por lo tanto tienen menor empleo, y empleo de menor calidad y con menores salarios. Además, están trabajando en los sectores informales y en los sectores de los servicios que son los que más se han visto afectados por la pandemia. Eso por no mencionar las “desigualdades educativas”, donde en todos los niveles encontramos que es menor el nivel de población afrodescendiente que logra completar los niveles de educación primaria, secundaria, universitaria, que el de la población no afro. Pero todo esto tiene que ver con la situación actual, con el coronavirus: hay un informe del Fondo de Población bastante reciente que justamente nos alerta sobre el impacto de la pandemia en la población afrodescendiente. Y allí se mencionan elementos como esta desigualdad habitacional que mencionaba antes, que expone a mayor probabilidad de contagio a esta población. También se menciona el tema de la salud, la mayor desigualdad en el acceso a la atención y a los suministros de la salud y también los problemas en muchos países de acceso al agua y al saneamiento que una vez más tienen que ver con las medidas, por ejemplo, para evitar los contagios.
-Según los centros para el control y prevención de enfermedades en Estados Unidos más del 75 por ciento de los niños que fallecen de Covid-19 son de las llamadas minorías. Y ahí están hablando de niños latinos y niños negros en los Estado Unidos, qué tipo de cobertura de salud tienen y una cantidad de cosas más son claras muestras de como funcionan sistemáticamente las desigualdades…
-Absolutamente. Por eso el tema de la salud es central como también lo es en este caso esas brechas educativas que estaba mencionando. Porque para mantener -lo hemos analizado en otra columna- la continuidad, la vinculación educativa, el acceso a internet y al equipamiento necesario para acceder, es absolutamente básico para la educación a distancia, y esta población tiene mayores dificultades para esto y también para acceder a los programas de alimentación que están asociados a los centros educativos. Es decir, han perdido esos programas de alimentación y como dijimos están en situación de mayor pobreza. Además, recordemos que muchas de las medidas que han tomado nuestros gobiernos están sobre todo orientadas a los sectores formales de la economía y por lo tanto a trabajadores, trabajadoras de los sectores formales. En los sectores informales es donde hay una mayor concentración de afrodescendientes en nuestros países y están excluidos en la mayoría de los casos de las medidas que se han tomado. Y también otro dato interesante a su vez como dijimos: sector de los servicios, cuidadores, auxiliares sanitarios, repartidores de alimentos, empleados en los supermercados, etc., son los sectores que están expuestos a mayor riesgo de contagio y es también donde se concentran sectores importantes de trabajadores afrodescendientes. Entonces, nos parecía importante traer esta dimensión hoy en general para contribuir al análisis de las desigualdades sociales y en sus particularidades en lo que refiere a la situación de pandemia.
Sólo una cosa más para finalizar: recordar que CLACSO también está trabajando en esta dirección que aún a pesar de los avances, seguimos con muchas dificultades por la ausencia de estadísticas desagregadas que nos permitan conocer los orígenes raciales o étnicos de la población. Y nuevamente, en el caso además de la pandemia actual, esa información no existe. Entonces en muchos casos tememos que los impactos sean aún mayores de lo que estamos diciendo, sencillamente porque carecemos de información precisa para informarlo. Entonces, creo que esta es una dimensión central, y como dije desde CLACSO la estamos abordando en clave de investigación y también en clave de formación con una de nuestras especializaciones.
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