“La pandemia visibiliza el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado en el interior de los hogares”

Corina Rodríguez Enríquez, Investigadora argentina del CONICET, Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas, fue entrevistada por CLACSO TV después de su participación en el segundo encuentro del Ciclo de Conversaciones virtuales sobre Seguridad Social y Sistema Previsional, organizado por CLACSO, la Fundación Friedrich Ebert, el IADE y el Grupo de Trabajo CLACSO Seguridad social y sistemas de pensiones.

Entrevistó Gustavo Lema

Corina Rodríguez Enríquez explicó que, a su entender, “la pandemia, antes que nada, es evidente que se monta sobre una realidad preexistente y esa realidad preexistente en Argentina y en América Latina era una realidad de precariedad económica en término generales de las economías y en términos particulares de las personas y una realidad de desigualdad. América Latina sigue siendo la región más desigual del planeta, y particularmente en Argentina la desigualdad se había empezado a profundizar nuevamente en los últimos años. Entonces, la pandemia se monta sobre eso y produce dos cosas: por un lado, visibiliza situaciones y mecanismos de reproducción de esas desigualdades que ya veníamos señalando desde antes y en algunos casos las exacerban, las profundizan. Creo que algunas de las cosas que la pandemia visibilizó –y que desde la economía feminista que es el campo en el que yo trabajo venimos señalando hace tiempo– tiene que ver con dos o tres cosas. La primera es la relevancia de los cuidados. Creo que eso ha quedado expuesto con contundencia en la pandemia; de hecho, la pandemia se trata de una enfermedad que requiere de cuidados para ser superada. Pero las sanitarias tomadas para enfrentar la pandemia en nuestros países con sistemas de salud deteriorados de décadas, con infraestructura deficitaria, la principal herramienta que han utilizado los países que han decidido recurrir a medidas rápidas de acción, ha sido el aislamiento social. En el caso de la Argentina un aislamiento social obligatorio que implicó el regreso a los hogares. Y este regreso a los hogares fue posible porque en los hogares se resuelve la reproducción cotidiana de la vida. O sea, se tomó como un dato que ahí en los hogares iba a haber quiénes resolvieran el cuidado de las personas ante la ausencia de las escuelas, ante la ausencia de los servicios de cuidados, ante la ausencia de las instituciones que proveen cuidados. Entonces, lo que hizo fue visibilizar este trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que se realiza siempre en el interior de los hogares y que está ahí como garante de última instancia del cuidado. Lo que las encuestas del uso del tiempo demuestran con contundencia en nuestros países es que ese trabajo de cuidado está distribuido de manera muy desigual entre varones y mujeres y entre personas con pertenencia de distintos estratos socioeconómicos. En la afirmación general, las mujeres hacemos más trabajo de cuidado que los varones, es absolutamente cierto, pero las mujeres de los sectores de ingresos más bajos hacen mucho más trabajo de cuidado no remunerado que las mujeres de los sectores de ingresos medios y altos.”

Completaron el panel del segundo encuentro del ciclo:

Pablo Yanes Rizo, Coordinador de investigaciones de la sede subregional de la CEPAL en México.

Agustín Salvia, Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina – Co-coordinador del Grupo de Trabajo CLACSO Heterogeneidad estructural y desigualdad social.

Laura Pautassi, Investigadora CONICET – Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires. Directora del Grupo Interdisciplinario Derechos Sociales y Políticas Públicas.

Itai Hagman, Diputado Nacional argentino y Director del Observatorio de Economía y Políticas Públicas.