“La Educación Superior es un derecho y un bien público”
(Transcripción de la Columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 17 de febrero 2021)
-Si te parece Karina podemos avanzar sobre la temática que tenías prevista para hoy: pienso en términos coyunturales el papel de la Educación Superior, pero también cómo se para en el marco de no solamente lo que pasa hoy con la pandemia sino de manera más general, ¿cuál es la importancia de la educación superior en América Latina y el Caribe?
-Exactamente. La idea es tomar este tema más allá de la pandemia. ¿Y por qué ahora? Porque estamos por lo menos en el sur de América Latina y el Caribe en momentos casi que de comienzo del semestre y del año universitario y de educación en general, me parecía oportuno traer entonces este tema sobre la Educación Superior y la Educación Universitaria en América Latina y el Caribe.
Para eso recordemos brevemente, como hacemos siempre, alguna información, algunas cifras, para darle contexto a este tema y voy a utilizar los últimos datos que tiene la UNESCO-IESALC concretamente sobre el punto. ¿Qué es lo que nos muestran estos últimos datos? Que justamente nuestra región latinoamericana y caribeña es una de las que más ha avanzado en lo que refiere a la tasa bruta de matriculación en Educación Superior. Y que de acuerdo con los últimos datos disponibles se avanzó de un 23% a un 52% en 2018 que es el último dato disponible.
Esto es una muy buena noticia. Y además hay una segunda muy buena noticia: en el marco de este aumento generalizado que llega al 52% de la Educación Superior en América Latina y el Caribe, hay un aumento en el acceso de las mujeres a la educación superior. Por supuesto que es una tendencia que veníamos observando en los últimos 20 años, por centrarlo en este siglo, el aumento justamente de la matrícula femenina en las instituciones universitarias de América Latina y el Caribe muestra también el resultado de alguna de las políticas que activamente se han desarrollado en la región para promover la igualdad de género en el ámbito educativo.
Pero también si miramos un poquito más, encontramos algunas noticias que quizás ya no son tan alentadoras o tan buenas, es cuando miramos la relación entre el acceso a la educación superior y el perfil social y económico de los estudiantes. ¿Quién aparece allí? Nuevamente la desigualdad que hemos analizado en varios de los programas aquí en InfoCLACSO. Porque allí nos damos cuenta que las matrículas se concentran en los estratos sociales con mayores recursos de la sociedad. Por ejemplo: entre el 2000 y el 2018, siempre de acuerdo a los datos de UNESCO-IESALC, el porcentaje de crecimiento de la tasa bruta de matriculación entre las personas más pobres de la región fue del 5%, llegando a alcanzar el 10% en 2018. Mientras que entre las personas con más recursos el crecimiento fue del 22% y llegaron a alcanzar una tasa en 2018 de 77%. Si miramos los sectores de menores recursos alcanzan una matriculación del 10%, mientras que si miramos lo sectores de mayores recursos llegan en 2018 casi al 80%.
Obviamente tenemos que esperar un poquito pero estas cifras, esta brecha de desigualdad que estoy mostrando, seguramente se van a acentuar con los escenarios de exclusión que se acentuaron producto de la pandemia.
¿Qué es lo que pasa en general con la Educación Superior en América Latina? Si tenemos que ponerle un número hoy podemos decir que en nuestra región tenemos aproximadamente 30 millones de estudiantes en educación superior. Y que, como dije, esto ha ido creciendo año a año con un crecimiento aproximado del 4% anual: en algunos países más, en otros países menos como siempre pasa al interior de América Latina y el Caribe.
Ahora bien: cuando vamos a mirar ese crecimiento, cómo se da, cuáles son sus características, a excepción de algunos países como el caso de Argentina, de Cuba, de Uruguay, en los otros países de nuestra región encontramos que el crecimiento proporcional es mayor en los temas de educación superior privada. Recordemos que los sistemas de educación privada obviamente tienen una primera barrera a la entrada que es la necesidad de pagar para recibir esa educación. Por ejemplo: en el año 2017, la educación superior privada representaba la mayor parte en Chile el 84%, el 74% en el Perú, el 73% en Brasil, y así podríamos seguir analizando otros países. El promedio para toda la región latinoamericana es de 54%.
Entonces, ¿por qué traer este tema aquí? Porque una vez más primero nos muestra las profundas desigualdades en el acceso a algo tan básico como la educación, en este caso la educación superior que es un derecho; las profundas desigualdades al interior de los países y también entre los países de América Latina. Aquí además encontramos diferencias en esta relación entre lo público y lo privado, porque, como mencioné recién, el promedio de educación privada es del 54% en América Latina, pero en algunos países como Chile, Perú, Brasil (los que mencioné recién), es bastante mayor.
También hay otro punto creo que es importante: cuando miramos esos millones de estudiantes de educación superior, cómo se distribuye a lo largo de América Latina y el Caribe, vemos que el 96% de la matrícula está solo en 8 países de la región: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, México, Perú y Venezuela. Por supuesto que allí tenemos también muchos de los países más poblados de América Latina y el Caribe, pero en esos 8 países está el 96% de la matrícula.
El último punto que me gustaría dejarles planteado como reflexión, como elemento para pensar hacia adelante, es justamente esta idea de la relación entre lo público y lo privado en la Educación Superior. Y en definitiva también el proceso en algunos casos y en algunos países de mercantilización y de privatización de la Educación Superior que está viviendo nuestra región.
Recordemos que la educación superior es además uno de los objetivos, es decir, el acceso a la educación superior como un derecho, como un bien público, como un derecho para todos y todas, es uno de los objetivos de la agenda 2030 para el desarrollo definida por los países en Naciones Unidas. Es concretamente el objetivo, la meta 4.3 que dice que para el 2030 tenemos que asegurar el acceso en condiciones de igualdad para todos y todas a una formación técnica, profesional y superior de calidad incluida la enseñanza universitaria. Y que por supuesto esto se relaciona con otros de los objetivos de desarrollo definidos para la agenda 2030 como son el fin de la pobreza, la salud y el bienestar, la igualdad de género, el trabajo, etc.
Entonces, en definitiva, lo que quiero plantear es la necesidad de volver a colocar la defensa de la educación superior, la lucha por la educación superior como un bien público y como un derecho humano, anudado esto por supuesto a los procesos que en cada uno de los países se están dando para trabajar en esta dirección, pero sin olvidar que ésta debe ser también un planteo en la agenda de los procesos de integración regional.
-Te pediría que repitas esos datos de cómo los sectores de menores recursos o cuántos están representados en la educación superior y cuántos son los de mayores recursos. Porque escuché un 10% y un 80%, ¿es tan grande la diferencia entre cómo pueden acceder a la educación superior?
-Exacto. Eso si comparamos los datos, el crecimiento de la tasa bruta de matriculación entre los más pobres de la región y las personas que tienen más recursos. Ahí vemos que el 2018 encontrábamos de las personas de menores recursos un crecimiento que llega a representar apenas el 10%. Y entre las personas de mayores recursos son el 77%. Si vamos comparando cómo crece este año a año, entre los más pobres la tasa de crecimiento es menor al 5%, mientras que entre los de mayores recursos la tasa de crecimiento es mayor al 20%. Pero creo que los números a retener es esa distancia entre el 10% y el 77% o 10% y el 80% en términos de la tasa de matriculación en educación superior.
-En ese término es como un decir popular de lo que genera como transformación la educación popular no solo de manera individual sino a nivel social. ¿Cuáles te parecen que serían los datos a representar con respecto a los niveles de transformación que es la educación superior en los sectores más postergados, más pobres de América Latina y el Caribe?
-Es como la base para todos los derechos. Por eso insistía en esta idea de la Educación Superior como un derecho y como un bien público y la necesidad del acceso para todos y para todas a las distintas formas de educación superior, pero completando ese ciclo. ¿Para qué? Para poder tener, entre otras cosas, por ejemplo, acceso a un trabajo de calidad, a un trabajo digno, a un trabajo decente, para mejorar mejores herramientas en general para la vida. Por eso creemos que este tema es muy importante y es muy importante recordarlo en este mes de febrero en que se están preparando muchos países, por lo menos en el sur de América Latina y el Caribe para comenzar su año lectivo y en las condiciones agravadas o dificultadas por la pandemia.
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