La Educación en tiempos de crisis, transformaciones, incertidumbres y desafíos futuros

 La Educación en tiempos de crisis, transformaciones, incertidumbres y desafíos futuros

Dentro de la Colección de los “Cuadernos del pensamiento crítico latinoamericano”, CLACSO presenta “La Educación en tiempos de crisis, transformaciones, incertidumbres y desafíos futuros”, de Jorge Rojas Hernández


La Educación en tiempos de crisis, transformaciones, incertidumbres y desafíos futuros

Jorge Rojas Hernández*

¿Sociedades de individuos sin educación?

El título de este breve texto suena a provocación. Puede serlo. En verdad se trata de una Invitación a reflexionar sobre las amenazas que actualmente recaen sobre la educación en diferentes países, regiones y a nivel internacional. Se expresa en ataque al conocimiento, a las ciencias sociales, a la ciencia en general y a las universidades, centros de investigación e instituciones relacionadas con la formación, investigación y educación. La educación ha jugado un papel relevante en la época moderna – en verdad, desde los atenienses de la antigua Grecia-, en el proceso de desarrollo de la personalidad, subjetividad, valores, hábitos y conductas ciudadanas. En general, la educación pública ha contribuido en parte a cohesionar las sociedades, socializando en valores comunes, historia, democracia, cultura, tradiciones, identidad, derechos ciudadanos, permitiendo algún nivel de integración y movilidad social. La educación, en sus diferentes niveles, sufre en forma permanente las crisis y conmociones sociales, que la obligan a repensar y readaptarse a las nuevas realidades y desafíos que enfrenta en procesos regionales y globales de trasformaciones. En la actualidad la educación experimenta una crisis profunda y, además está siendo criticada y desmontada por los grupos políticos y gobiernos conservadores de ultraderecha. Ello se manifiesta por ejemplo en altos niveles de deserción de jóvenes de la educación y en el desánimo de docentes por enseñar. La nueva derecha, definida de diferentes maneras: neopopulistas, conservadurismo de extrema derecha, neofascista, tecnofascitas. Estos sectores políticos elitistas niegan la educación, en tanto que expresión del movimiento de la llamada Ilustración que impulsó -en contextos de luchas socioculturales y políticas- el proceso de modernización de la sociedad, que se ha ido plasmando históricamente en formas de democracia, libertad y derechos ciudadanos, de la mujer, etnias, niños/as, jóvenes y, en general, de los pueblos. Un sistema de dominación sin educación, sin democracia y carentes de derechos, es la estrategia que moviliza y une a esta nueva derecha a nivel mundial, anti-Ilustración y antidemocracia. La actual crisis de la educación y la amenazadora emergencia de tendencias ultraconservadoras que la niega nos obliga a repensar el sentido de la educación, de sus bases conceptuales, epistemológicas y metodológicas. En este sentido, la co-producción de saberes pueden contribuir a descolonizar el conocimiento del Sur y elevar la importancia de los saberes locales en la construcción de sistemas económicos, sociales, ecológicos, culturales e institucionales de las localidades, aportando cualitativamente a sus desarrollos propios y por ende, a la sociedad en su conjunto. La vocación “formadora de comunidad” o educar en y para el “bien común” es algo que se repite mucho en el proceso de modernización de la educación, aunque su implementación ha sido siempre restringida y parcial, presentando enormes brechas sociales y cognitivas, especialmente en los países y regiones menos desarrolladas. Buscar lo colectivo, relatos superiores o por encima de lo individual, resulta difícil de realizar en épocas de sello individualista y consumistas, como la actual. Pero es posible, abriendo espacios que pueden ir progesivamente ampliándose y profundizándose. En este contexto, la crisis actual que experimenta la educación, en sus diferentes niveles, requiere de nuevas ideas, concepciones y epistemologías. Los años de pandemia han afectado también fuertemente los procesos educativos: la escuela, la enseñanza media y la educación superior. En cierto modo, se ha perdido el sentido de la educación, de la interacción entre docentes y estudiantes en los nuevos contextos. Por lo mismo, que se requiere recuperar la mística, la intercomunicación humana de enseñanza-aprendizaje, el compromiso y la alegría de enseñar. Una mejor y nueva interrelación entre docentes y estudiantes. Por otra parte, la nueva revolución tecnológica en marcha remecerá profundamente las bases del sistema enseñanza aprendizaje imperante -heredada de la era industrial-, impactará profundamente las bases de la sociedad desarrollada, de las más atrasadas y de las llamadas emergentes. Las remecerá en varios sentidos: i) en la forma de enseñar y de aprender; ii) en el tipo de competencias y perfil profesional de sus egresados; iii) en la gestión institucional; iv) en la empleabilidad de los profesionales que forma en sus aulas y; v) en su relación con la sociedad en proceso de transformación y el planeta en situación creciente y amenazante de crisis ecológica global. Esta transformación también debe ser considerada en la concepción de la nueva educación. En todo caso, la educación sigue desempeñando un papel relevante en la sociedad del conocimiento, como factor fundamental del proceso de socialización y de movilidad social y cultural, como muy bien lo plantea Juan Carlos Tedesco (2014): “En síntesis, es preciso romper el aislamiento institucional de la escuela, redefiniendo sus pactos con los otros agentes socializadores, particularmente la familia y los medios de comunicación. Pero ¿Cuál debería ser el papel específico de la escuela? En el contexto del análisis que efectuamos hasta aquí, parece necesario enfatizar la idea de que la escuela debe asumir una parte significativa de la formación en los aspectos duros de la socialización. Esto no significa reivindicar la rigidez, la memoria, la autoridad, etc., sino aceptar que su tarea es llevar a cabo en forma consciente y sistemática la construcción de las bases de la personalidad de las nuevas generaciones” (Tedesco, 2014:67). Este papel se ve aún más necesario y urgente en las actuales complejidades que vive la sociedad moderna y el mundo, atravesados por multicrisis, pérdida de sentido existencial, hiperindividualismo, transformaciones, guerras y conflictos regionales e incertidumbres sobre el futuro. Para comprender mejor la compleja situación en que se encuentra actualmente la educación, resulta importante y necesario repasar el modelo imperante, como a continuación lo haremos, con la visión de dos destacados biólogos investigadores.

La economía de la escuela

Los biólogos evolucionistas, Heather Heying y Bret Weinstein, en su obra Guía del Cazador Recolector para el Siglo XXI, analizan las características y proyecciones de la escuela y la enseñanza moderna, reproductora de culturas y sistemas de subordinación y dominación. La denominan “economía de la escuela”: “Para los niños, se puede entender la escuela como la mercantilización del amor y la crianza. Dicho de otra manera, es un poco como la externalización de esto último. Ya hemos visto muchos de los aspectos negativos y de los riesgos del reduccionismo. He aquí otro: el reduccionismo facilita la mercantilización de cosas fáciles de cuantificar y tiende a ignorar las más difíciles de contar. Así, la escuela se reduce a una serie de parámetros: ¿cuánto, con qué velocidad o con qué destreza lee este chiquillo? ¿Se sabe las tablas de multiplicar? ¿Ha memorizado un poema? Huelga decir que leer, mutiplicar y saber de poesía entraña un valor evidente e imperecedero. Pero poner el acento en la velocidad o la cantidad es un error. ¿Qué miles de cosas más no se estarán aprendiendo en la escuela porque se resisten a caer víctimas de la evaluación reduccionista? La escuela se basa en la rentabilidad económica, pero carece de imaginación en cuanto a las posibilidades. La economía de la escuela, por no hablar de los perversos incentivos detrás de la enseñanza obligatoria, suele llenar de conocimientos la cabeza de los niños, pero no les muestra el camino al saber (…)Quizás la escuela debería cumplir el propósito de ayudar a la juventud a abordar la siguiente pregunta: ¿quién soy y qué voy a hacer con la perproblema más grave e importante que puedo resolver con mis dones y habilidades? O: ¿cómo encuentro mi consciencia, mi yo más auténtico?… Pero en vez de centrarse en cualquiera versión de estas preguntas, la escuela moderna, en especial la enseñaza obligatoria extendida por todo el mundo WEIRD, es más propensa a enseñar calma y sumisión” (Heying, H. & Weinstein, B. 2022: 229-230). Los autores se explayan en explicar las lógicas de sometimiento implícitos en la escuela moderna y sus sistemas pedagógicos. Su reduccionismo mercantilizante y métodos que impiden que los niños y jóvenes puedan realizarse de acuerdo a sus propias subjetividades, vocaciones y necesidades personales de desarrollo presente con proyección futura. Consideran a los niños y jóvenes como individuos pasivos, objetos del proceso educativo; desprovistos de carácter e intereses propios y como meros reproductores de información y conocimientos prefabricados por un sistema ajeno a sus intereses que busca dominarlos. Más aún, el sistema opera con el miedo como mecanismo de control, inhibidor del desarrollo propio, impedidor de las opiniones y reflexiones personales, lo que en el fondo niega la capacidad creadora e innovativa del ser humano en desarrollo. Interesante interrelación: los grupos políticos conservadores de extrema derecha, a nivel internacional, emplean también el miedo para controlar a la población e impedir el surgimiento de movimientos socioculturales, laborales, étnicos, feministas y ambientales que luchan por sus derechos, por lograr mejoras en su calidad de vida, en la protección de la naturaleza y en la realización de anhelos humanos emancipatorios. “El miedo es un mecanismo de control cómodo; no debería extrañarnos que los maestros lo utilicen para someter a los alumnos de todas las edades. Como el castigo corporal perdió aceptación en muchos lugares, aunque no en todos, fue sustituido por el control psicológico y emocional, que se ve menos. Se amenaza a los niños con ponerles malas notas y exámenes difíciles y con informar a sus padres de su mala conducta…Los buenos maestros están atrapados en un sistema de indicadores cada vez más profusos impuestos desde afuera. “Usar el miedo para que los niños no se muevan de la silla, para que miren hacia el frente y se callen e impedirles levantarse salvo unos pocos instantes programados cada día contribuirá a crear adultos incapaces de regular su propio cuerpo y sus sentidos. Serán incapaces de confiar en su habilidad para tomar decisiones y, probablemente, serán propensos a exigir entornos igual de controlados en su vida adulta: avisos de contenido sensible, espacios seguros y demás” (Heying, H. & Weinstein, B. 2022: 232). Los autores se refieren también a la educación superior, analizando lo que podría ser un modelo imperante en la universidad cuando el joven se incorpora a sus aulas: “Tu arquetipo de académico tenía todas las posibilidades de estar leyendo un libro u hojeando tomos entre la estanterias de una biblioteca. Cuando entran a la universidad, los alumnos ya han interiorizado este cliché. Primero lees y luego respondes. Quizás algún día tú también llegues a escribir un volumen parecido que, a posteriori, los demás se sentarán a leer y contestar. Y así se perpetúa el ciclo” (Heying, H. & Weinstein, B. 2022: 236). Profundizan al señalar que la educación superior debería subrayar que: “La civilización necesita ciudadanos capaces de abrirse a nuevas posibilidades e investigar. Por tanto, estos deberían ser los sellos de la educación supeior. A medida que nos adentramos en el siglo XXI, cada vez necesitamos más agilidad mental, más creatividad a la hora de formular preguntas y buscar soluciones, más habilidad para volver a los primeros principios, en vez de recurrir a la mnemotecnia y a la sabiduría popular. La gente está juzgando mal cómo será el trabajo en el futuro, y se está especializando antes y con mayor concreción. La educación superior es el lugar natural desde el que contrarrestar esa tendencia y trabajar para que los alumnos sean más polifacéticos, maticen y estén más integrados. Los alumnos que estudian actualmente en la universidad siguiendo el método tradicional no son capaces de predecir cómo será su trabajo sona que soy? Otra forma de expresarlo podría ser: ¿cuál es el cuando cumplan setenta, cincuenta o treinta años. La facultad es donde habría que inculcar el polifacetismo” (Heying, H. & en formas espontáneas de comprensión del mundo que parecerían Weinstein, B. 2022: 246-7). La educación superior debería permitir que los estudiantes reconozcan los patrones científicos y cuturales predominantes, provenientes del pasado estructural institucional- universitario y que tiende a repetirse y reproducirse en la mente de los jóvenes en el proceso formativo. La reproducción de conocimientos y de metodologías bloquea e inhibe la creatividad de los jóvenes, dejándolos sin nuevas herramientas eficaces para enfrentar el futuro en sus diferentes ámbitos, dimensiones e incertidumbres frente al futuro. Les impide plantearse de manera abierta las nuevas preguntas y preparar las respuestas permitentes a los nuevos desafíos, como sería o será por ejemplo la organización y cultura del trabajo futuro, influido por la digitilización y la Inteligencia artificial. En este contexto, los autores sugieren el abandono del “aula”, de los ritos tradicionales y reglas establecidas que recubren la enseñanza de simbologías restrictivas que impiden al joven ser él y a ella ser ella. La educación superior debería abrir nuevas posibilidades de desarrollo y formar ciudadanos e investigadores/as del Siglo XXI. Ahora bien, la educación no es una actividad independiente del curso y organización que sigue la sociedad, como también lo han señalado los autores anteriores. ¿De qué manera existe la sociedad y cómo se percibe y ubica el individuo y la comunidad en sus estructuras, funciones y principios orientadores?

¿Fin de las sociedades? Emergencia del individualismo y del sujeto

Otro signo relevante de los tiempos que vivimos tiene que ver con la sostenibidad de la sociedad. Alain Touraine (2016), en una de sus relevantes obras, nos anuncia “el fin de las sociedades”. Mientras otros autores sostienen lo contrario: la emergencia de la sociedad en tiempos de crisis del modelo neoliberal. Según este autor, estaríamos transitando de sociedades más “colectivas” a sociedades “más individualistas”. “Decir que estamos viviendo el fin del mundo social acarrea consecuencias tan brutales que nos resistimos a admitirlo. ¿Podemos aceptar la idea de la impotencia del Estado o de la desaparición de los actores sociales? Los daños producidos por una economía que desborda todos los controles (hoy en día, los paraísos fiscales albergan capitales equivalentes al total de los PIB de los Estados Unidos y Japón) y por el aumento de los individualismos son visibles en todas partes desde la crisis que estalló en 2007-2008” (Touraine, 2016: 362). Sería sumamente grave que ya no existiesen sociedades. Un verdadero desastre social. Imaginarse que existiesen sólo individuos solos, sin referente societal ni comunitario. Miles de millones de individuos solos, vagando por el mundo, sin rumbos fijos ni sustento social. Solos frente a las incertidumbres del futuro y los desastres ambientales y climáticos que seguirán sus cursos catastróficos. Sin sociedad y con poco Estado resulta muy difícil enfrentar escenarios de riesgos y amenazas de desastres y enfermedades, incluidas las mentales y climáticas. En este sentido, algo de esta realidad ya está sucediendo, se puede percibir en el ambiente de varias sociedades, especialmente en las más desarrolladas, marcadas por políticas, economías y culturas de sello neoliberal. Sin embargo, se trata de fenómenos bastante diferenciados, según el modelo de desarrollo de la sociedad, que incluye su estructura y sistema social, político y cultural. En todo caso, individuos carentes de sociedad y de comunidad vivirían en estados depresivos, con enfermedades mentales, social y humanamente desanimados, agresivos, conflictivos y podrían ser también, en parte, objeto de captación por grupos y estrategias de extrema derecha, en acciones de desestabilización democrática, como lamentablemente de hecho ya está ocurriendo en algunos países. Por su parte, el sociólogo cognitivo, Gérarld Bronner, profesor de la Universidad de la Sorbonne en Paris, autor del libro “Apocalipsis Cognitiva” (Paidós, 2022), advierte sobre la manipulación del cerebro en la era digital. Se refiere al actual proceso de desregulación de la información, mercantil, que va transformando nuestra disponibilidad mental en economía mental: basada, según el autor, en la “economía de la atención”. Ello se traduce en un menor esfuerzo cognitivo, que elegiría según “pasiones tristes”, que serían: la conflictividad, el asco, el resentimiento, el miedo y la credulidad; que se manifestaría en formas espontáneas de comprensión del mundo que parecerían ser verosímiles pero que en realidad no son verdaderas. Como lo sabemos, esta estrategia manipuladora de las mentes humanas se encuentra actualmente en plena marcha en varias sociedades. La esperanza que nos queda es que el individuo, ontológica y existencialmente abandonado, se transforme en sujeto, como lo concibieron históricamente los modernos ilustrados de avanzada crítica y pensamiento emancipador. Que el conocimiento científico, unido a los saberes locales y a la tecnología innovadora, contribuyan a sostener con fuerza y soberanía al sujeto consciente de sí mismo y del ser humano en comunidad, sociedad y sustentabilidad con el entorno natural. La esperanza está también depositada en las generaciones futuras que, por lo general, más allá de las acciones de las fuerzas opresoras, emergen a la vida sociocultural con nuevas ideas y sueños que buscan cambiar la realidad imperante, forjando un nuevo futuro.

Derechos del Niño y de la Niña: futuro de la sociedad

En las actuales circunstancias y escenarios políticos y socioculturales globales y regionales, resulta muy importante preocuparse de los niños, niñas y los jóvenes, de sus derechos Lo que reciban o no reciban hoy y en el futuro cercano, influirá no sólo en lo que lleguen a ser como personas, sino que también en el tipo de sociedad y Planeta Tierra que se plasmará en el futuro. Fundamental: crearles oportunidades en la escuela, establecimientos educacionales, universidad, familia para que se desarrollen como personas en un ambiente acogedor, humano y sean felices. “Cada niño tiene derecho a recibir una educación. La educación primaria debería ser gratuita. La educación secundaria y superior deben estar al alcance de todos los niños. Se debería apoyar a los niños para que asistan a la escuela hasta completar el grado más alto posible. La disciplina que se imponga en las escuelas debería respetar los derechos de los niños, y nunca se debe recurrir a la violencia” (UNESCO, Convención sobre los Derechos del Niño. Capítulo 28, Acceso a la Educación). “La Convención, a lo largo de sus 54 artículos, reconoce que los niños (seres humanos menores de 18 años) son individuos con derecho de pleno desarrollo físico, mental y social, y con derecho a expresar libremente sus opiniones. Además, la Convención es también un modelo para la salud, la supervivencia y el progreso de toda la sociedad humana” (UNESCO Comité Español. Convención sobre los Derechos del Niño. 2006). Lamentablemente los derechos de los niños y niñas son en la actualidad fuerte y gravemente negados y atropellados en diferentes países y regiones, especialmente en situaciones de conflictos y guerras, como en Ucrania, en la Franja de Gaza. Mueren en medio de los bombardeos a la población civil y sus viviendas, son secuestrados y se les priva de tratamiento de salud, de vivienda, de familia y de alimentación básica. La muerte por la negación de alimentos. Esta situación se agrava con los asesinatos a personas que acuden a obtener agua o alimentos: “Al mismo tiempo, más de 1.000 personas -10 más en la última jornada- han muerto tiroteadas en las zonas de reparto de comida establecidas dos meses atrás por Israel y Estados Unidos, empujando a miles de gazaties al dilema sobre si jugarse la vida por conseguir algo de comida o ver a sus familiares más vulnerables -niños, ancianos, enfermos- desvanecerse bajo el sol” (Cabasés Vega, J, El País, 24/07/2025). El hambre es utilizada como arma de guerra: “El hambre se ha cobrado este viernes otra vida en Gaza. Es un menor, según recoge la agencia palestina de noticias Wafa, citando fuentes del hospital Al Ahli de Ciudad de Gaza. 114 personas han muerto en la Franja de inanición desde el 7 de octubre de 2023, según los datos del Ministerio de Sanidad gazatí… La gran mayoría, 82 de ellos, son niños” (El Pais, 25/07/2025). Esta terrible situación a la que se expone la población indefensa de la Franja, ha sido condenada por diversos países y organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos, no sólo es moralmente inacepable, sino que constituye una muestra de crueldad e inhumanidad que, junto con ser internacionalmente condenable debería ser impedida -con la debida urgencia que la gravedad del problema amerita- por los organismos competentes de las Naciones Unidas. NÚMERO 101 | SEPTIEMBRE DE 2025 | Segunda época En realidad, en general en la actualidad los niños sufren situaciones de Efectivamente, las crisis y cambios acelerados obligan a pensar abandono, represión o de despreocupación en muchas sociedades, también en América Latina y en países desarrollados. Esta situación de despreocupación o carencia de prioridad de las políticas públicas se observa y expresa especialmente en los establecimientos de enseñanza: precarización de infraestructura, falta de docentes, enseñanza desadaptada a la realidad sociocultural y a las necesidades de los niños, niñas y, también de los jóvenes. Por otra arte, agregando nuevas condiciones de vulneabilidad de la infancia, la neurocientífica chilena Florencia Álamos Grau, directora ejecutiva de la Fundación Kiri (busca fortalecer el aprendizaje socioemocional infantil), investigadora del Centro Interdiciplinario Neurociencia Universidad Católica de Chile, PUC, emplea el concepto de “desnutrición socioemocional” de los niños. En entrevista reciente sostenia: “El gran desafio generacional que tenemos hoy en día con la niñez es la desnutrición socioemocional”. Para enfrentar este grave problema, la neurocientífica y su equipo, la Fundación Kiri y la PUC, organizan Talleres en escuelas para enfrentar este problema de desnutrición socioemocional, dominante en muchos niños, adolescentes y jóvenes chilenos. El Objetivo central de estos talleres es desarrollar habilidades socioemocionales en esta etapa temprana -decisiva en el desarrollo futuro- de la vida humana. Resulta interesante destacar que se trata de una actividad de Ciencia Impacta, abierta, que ya ha atendido a más de 5.000 estudiantes en situación de vulnerabilidad de las regiones Metropolitana, Ñuble y Araucania. Florencia Alamos, al ser entrevistada, sostiene: “Es una epidemia silenciosa. El 70% de los adolescentes no sabe decir lo que le pasa. Más de la mitad de los jóvenes tiene problemas de salud mental… Lo que tratamos de hacer es atacar el problema de raíz, es decir, desde la prevención, que los niños desarrollen habilidades sociales y emocionales que son críticas para luego poder protegerse de potenciales enfermedades de salud mental. La forma en que promovemos esta enseñanza es muy lúdica y práctica, y es por medio del deporte, la cultura y la ciencia, que son mundos que generan una motivación y un interés de forma muy natural en los niños y que les permite formar verdaderas comunidades.” Ante la pregunta si el modelo educativo tradicional debería incluir esto, ser más flexible, adaptativo, responde: “A eso aspiramos. Hace décadas el problema era la desnutrición infantil. En gran desafío generacional que tenemos hoy con la niñez es la desnutrición socioemocional, un problema sistémico donde todos, la escuela, familia y barrio, tenemos un rol. Si esto no se soluciona es muy difícil que ocurran los aprendizajes. Uno lo ve en el empleo con las altas tasas de licencias médicas pr temas de salud mental. Es un problema que se arrastra a lo largo de toda la vida y que tiene consecuencias a nivel personal y social “ (Álamos, Florencia. Reportaje Daniela Torán. 22/07/2025). En verdad, los derechos de los niños y de las niñas son derechos CUADERNOS DEL PENSAMIENTO CRÍTICO LATINOAMERICANO | CLACSO humanos básicos, reconocidos internacionalmente, que garantizan que todos los niños y niñas tengan la oportunidad de vivir una vida digna y saludable, con la protección adecuada y la posibilidad de desarrollarse plenamente como personas humanas. Estos derechos fundamentales deben hacerse también extensivos a los jóvenes. Los derechos de los niños, niñas y jóvenes deberían estar contemplados y garantizados en todo sistema educacional. El respeto de estos derechos constituye una base estructural y epistemológica de un nuevo sistema socio-educacional y cultural, válido para toda sociedad que sitúe en el centro de su preocupación el desarrollo humano íntegro de sus niños, niñas, adolescentes y jóvenes como base de la sociedad futura.

¿Cómo pensar la educación en tiempos de multicrisis, transformaciones y nuevos desafíos?
Las transformaciones que experimenta el mundo y su impacto en la sociedad moderna y en los individuos, impacta también al conocimiento, remece las estructuras de las epistemologías y paradigmas imperantes en los procesos formativos. Los cambios serán probablemente graduales pero inevitables.
Efectivamente, las crisis y cambios acelerados obligan a pensar de otra manera. A enfrentar el pensar de una manera diferente al acostumbrado. De allí que algunos autores, como Morin, pensador contemporáneo de la educación, se refiera a la necesidad de la reforma de pensamiento, indispensable para preparar mejor a las nuevas generaciones. Prepararlas para la vida y el ejercicio de la profesión en territorios más inciertos y complejos: en los contextos “inter-retro-acciones” en que se ve envuelta a menudo la acción humana en el mundo moderno en metamorfosis. “El nacimiento de la vida puede concebirse como la metamorfosis de una organización fisicoquímica que, al llegar a un punto de saturación, crea una metaorganización, la auto-eco-organización viviente, la cual, aunque involucra exactamente los mismos constituyentes fisicoquímicos, lleva asociada unas cualidades nuevas, entre las cuales están la autoreproducción, la autorreparación, la alimentación a partir de energía exterior y la capacidad cognitiva” (Morin, 2011: 32). Con toda seguridad existen otros elementos fundamentales, a parte de los señalados por Morin, que una nueva educación debería tomar en cuenta para responder con pertinencia a los retos de una sociedad cada día más compleja en sus interrelaciones, interdependencias, incertidumbres, constelaciones y contextos históricos, fracturas sociales y multicrisis. Desde luego, a pesar de los procesos de globalización y de reordenamiento de poderes globales, siguen existiendo contextos locales, sociales y culturales que influyen y seguirán influyendo en la estructuración y condicionamientos específicos de los procesos formativos de regiones y países. La biografía y trayectoria local: territorio, cultura, escuelas, universidades, paisaje, redes familiares, étnicas, de género, religiosas y sociales, seguirán pensando en los procesos de enseñanza-aprendizaje. La interdependencia, incluso la interacción de lo local con lo global hará aún más complejo el desarrollo y estudio científico de los procesos de la educación y formación de profesionales. Estos planteamientos obligan a desandar la forma como hemos construido el pensamiento en nuestros países, obliga a des y repensar el conocimiento. Nos plantea el desafío de distinguir entre la epistemología del Norte y del Sur, sin desconocer los enormes aportes y avances científicos de la modernidad. Des-pensar implica reflexionar sobre lo impuesto y relevar el saber propio para construir calidad de vida y felicidad desde la sociedad no alienada, más libre, más comunitaria y solidaria. En este sentido, Aníbal Quijano, autor de la teoría de la Colonialidad de poder, sostiene que: “(…)las ideas centrales de la modernidad, en especial su veta utopística, la igualdad y la solidaridad, emergen también con América. En consecuencia, expansión y consolidación del capital, racionalidad y modernidad, si bien ocurren en el curso de la constitución de “Europa Occidental” y son, en ese especifico sentido, “europeos”, son igualmente “americanos”, pues América es el único espacio-tiempo dominado dentro de la colonialidad del poder y Europa Occidental la nueva sede central de control de este patrón de poder… Por eso, podemos hablar con rigurosa propiedad de la colonial /modernidad/ eurocentrada y de su lugar específico como la primera gran mutación histórica dentro de la colonialidad del poder” (Quijano, 2012: 22-23). Uno de los ejes centrales es la idea de raza, construcción mental que expresa la experiencia básica de dominación colonial. Interesante resulta considerar que esta idea de raza impregna la estrategia e ideología de las expresiones de la nueva extrema derecha neofascista imperante actualmente en el mundo. “Por cierto, el poder es siempre una cuestión central del conocimiento social. Y para el debate científico-social actual, muchos de cuyos interesados participantes están hoy reunidos aquí (seminario en Lima), no podría ser identificada ninguna cuestión más profundamente decisiva que el poder en el contexto histórico especifico de la colonialidad del poder” (Quijano, 2012: 23). Para Quijano, la crisis que experimenta el sistema capitalista global afecta al patrón de poder colonial en su conjunto. Sólo se podría superar esta crisis mediante una mutación de este patrón de poder. Los movimientos de los pueblos indígenas de América Latina y en general, la emergencia de nuevos movimientos sociales, representan alternativas de cambio. Y a pesar de que se desconoce sus resultados, estos movimientos son portadores de “caminos de descolonialidad” de poder y de un nuevo sentido histórico. El desafío de descolonialidad/ emancipación es enorme, pero históricamente ineludible. Otro gran pensador latinoamericano que se ha ocupado del colonialismo es el mexicano Pablo González Casanova. El colonialismo interno corresponde a una estructura de relaciones sociales de dominio y explotación entre grupos culturales heterogéneos, distintos. Si alguna diferencia específica tiene respecto de otras relaciones de dominio y explotación es la heterogeneidad cultural que históricamente produce la conquista de unos pueblos por otros, y que permite hablar no sólo de diferencias culturales (que existen entre la población urbana y rural y en las clases sociales), sino de diferencias de civilización. El autor reconoce por lo menos 17 modalidades de colonialismo interno, que se expresan en monopolios, migración (éxodo y movilidad de los indígenas), formas de dependencia, diversas formas de discriminación (política, sindical, agraria, fiscal, crediticia, de inversiones públicas, desplazamiento indígena por el ladino, reforzamiento político de los sistemas combinados de explotación). Este colonialismo interno es impulsado, según el autor, por el “Centro Rector” o la Metropoli. Una pregunta que a menudo se plantea pero que no siempre se responde con la debida profundidad es lo que existía antes del inicio del proceso de colonización y lo que historicamente quedó o sobrevivió al colonialismo. A menudo la historia comienza con la Independencia y/o la creación del Estado-nación. Al respecto, Hannah Arendt, en su obra La Libertad de Ser Libres, se ocupa del problema analizando los conceptos de liberación y libertad en los contextos históricos de la revolución estadounidense y de la Revolución francesa. En ese sentido, referiéndose a los discursos de John Adams -estadista, miembro del partido federalista y líder del movimento de la independencia de Estados Unidos- “la revolución se llevó a cabo antes de que diera comienzo la guerra” no debido a un espíritu específicamente revolucionario o rebelde, sino porque los habitantes de las colonias habían “constituido por ley corporaciones u órganos políticos” con “derecho a reunirse… en sus propios ayuntamientos y a deliberar acerca de sus asuntos públicos”, pues efectivamente fue “en aquellas asambleas de municipios o distritos donde se forjó en primera instancia el sentimiento de pueblo”. A decir verdad, en Francia no existía nada que pudiera compararse con las instituciones políticas de la colonia, pero la mentalidad era la misma; lo que Tocqueville llamaba en Francia “pasión” y “gusto” era en Estados Unidos una experiencia manfiesta desde los primeros tiempos de la colonización, de hecho, ya desde que el Pacto del Mayflower (Pacto celebrado por los peregrinos embarcados en el Mayflower en 1620, por el que acuerdan constituirse en sociedad y regirse por normas acordadas entre ellos), se convirtió e una verdadera escuela de civismo y de libertades públicas” (Arendt, Hannah, 2018: 27-28). Como lo demuestra este interesante trabajo, el tema de la constitución del pueblo es de gran antiguidad, incluso muy anterior a la emergencia de la sociedad moderna y sus revoluciones o reformas. Incluso Arendt menciona que tanto los autores de las colonias en Estados Unidos como los de la revolución francesa se dedicaron a ”escudruñar los registros de la Antigüedad” (Roma, Atenas). En América Latina y El Caribe, se retrotae a la historia, prácticas y saberes de las culturas de los Pueblos Originarios que crearon sus propias civilizaciones, con anterioridad a la época moderna. En este sentido, el antropólogo Georg Vaillant, en su obra, La Civilización Azteca, explica y resalta la importancia de la actividad agrícola en la vida sociocultural y en el desarrollo de las comunidades mesoamericanas y andinas, impulsadas históricamente: “En el Nuevo Mundo hubo dos centros de intenso desarrollo agrícola: Mesoamérica y la región andina, que representan las cúspides más altas de la cultura social y material del indio americano. El desarrollo de la agricultura realizó, en América como en todas partes, la liberación del hombre de la incesante búsqueda de alimentos. Su abastecimiento permanente, que podía aumentarse por el cultivo de tierras nuevas, permitió el crecimiento de la población. El precario equilibrio que mantenía la naturaleza entre la población y la abundancia de alimentos, se volvió más estable y el hombre disfrutó de horas de ocio para inventar técnicas y para desarrollar reglas de conducta social. Se hizo posible el sostenimiento de comunidades suficientemente grandes para la comunidad pudiera ejecutar obras públicas, tales como sistemas de irrigación y templos” (Vaillant, Georg: 2018: 17-18). En este mismo sentido, lo sostiene también Elisa Loncon en su obra, Azmapu, al explicar y profundizar los aportes de la Filosofía Mapuche y sus tradiciones: “Así como en el pueblo mapuche existe un paradigma propio sobre el conocimiento que enseña cómo se organizan el mundo, las cosas y la convivencia, también existe una forma como se construye el saber, para qué se aprende y qué se aprende; es decir, un método que nos permite construir el saber, aprender y explicar para qué es necesaria la sabiduría. Hoy, frente a la crisis climática y la crisis de despojo del saber, los pueblos podemos volver a las preguntas que al inicio se hicieron nuestros antepasados, y respondernos cuál es el sentido del saber, del conocimiento, por qué es importante la sabiduría, cómo nace. Heredamos un saber que no implica suprimir la diversidad ni destruir la Tierra, sino que uno que nos da pistas para seguir siendo mapuches, para cumplir con el mandato que nos dieron al inicio de la vida, cuidarnos los unos a los otros, cuidar la Tierra y hablar nuestra lengua. Como sabemos, la Tierra está siendo destruida por la mente extractivista. Los pueblos indígenas también estamos perdiendo nuestros saberes propios, la diversidad de lenguas y de culturas, con ello también se pierde nuestra imaginación y la inteligencia de los otros seres con quienes cohabitamos en la Tierra. El individualismo instalado por el sistema capitalista aniquila nuestras mentes, la capacidad humana de solidarizar con el otro. Es necesario descolonizar nuestras mentes y volver a nuestra humanidad y hermandad con los seres de la Tierra, ello implica volver a dialogar con nuestros saberes, recuperar la episteme de nuestros pueblos…(Loncón, Elisa, 2023: 71). Para seguir en esta profunda y diversa reflexión, resulta también interesante considerar la opinión actual de Florence Gaub, destacada cientista política franco-alemana, investigadora del Futuro. En reciente entrevista sobre la realidad de los sistemas polticos, la democracia y las instituciones, en el sentido de fortalecerlas y hacerlas más atractivas a la población, que confien más ellas, respondia: “Cuanto más fuertemente participen las personas en los procesos de toma de decisiones, menos se sentirán controladas por otros. Por lo tanto, la democracia debería ser participativa” Preguntada por lo que necesitaría actualmente la política para mejorar sus funciones en la sociedad moderna, respondió: “Una visión de Futuro. La Política debería transmitir con convencimiento cómo enfrentar bien las transformaciones en curso que producen temor en la población. Ya sea, se trate del cambio climático, de la inteligencia artificial o de la migración. La Política no debería hablar solo de Deberes, renuncias o exigencias, sino promover motivaciones sobre el Futuro. Porque una política a favor del clima significa y requiere también una naturaleza sana, ciudades donde valga la pena vivir y ofrezca oportunidades económicas” (Gaub, F. revista Brand ein, junio/ julio 2025: 54. Traducida del alemán por autor del presente artículo). Los sistemas políticos influyen profundamente sobre la educación, ya sea que le proporcione una determinada orientación filosófica, la encierre en un sistema inflexible, se olvide de ella o procure reformarla. Depende, de la visión de futuro – en caso de que se tenga-, como bien lo plantea la autora Gaub. Por su parte, UNESCO define la educación superior como proveedora de bienes públicos: “La Educación Superior como un bien público y una estrategia imperativa para todos los niveles de educación y fundamento de la investigación, la innovación y la creatividad debe ser un tema de responsabilidad y apoyo económico para todos los gobiernos. De acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos Humanos “La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos” (Artículo 26, Parágrafo 1º) (Declaración Mundial sobre Educación Superior en el Siglo XXI, UNESCO, Paris, Julio 2009). NÚMERO 101 | SEPTIEMBRE DE 2025 | Segunda época que el individuo se especializara según su habilidad y para que La UNESCO define como misión y valor de la educación superior “contribuir al desarrollo sostenible y el mejoramiento del conjunto – Enseñar la identidad terrenal: El conocimiento de los desarrode la sociedad”, declarando que “el apoyo público a la educación superior y a la investigación sigue siendo fundamental para asegurar que las misiones educativas y sociales se lleven a cabo de manera equilibrada. Y agrega: “El Estado conserva una función esencial en esa financiación”. Para la UNESCO superar la pobreza constituye también un objetivo central de la educación superior. Estos planteamientos de la UNESCO se complementan con el concepto de educación interdisciplinaria, que impulsa un cambio de Paradigma para la educación del Siglo XXI, que introduce definiciones relevantes para los Tres Grados de la Educación:

Primaria:
enseñar a conocer Más que reprimir las curiosidades naturales que son propias de toda conciencia que se despierta, habría que partir de interrogantes primarias: ¿Qué es el ser humano? ¿La sociedad? ¿El mundo? ¿La verdad? Al interrogar al ser humano se descubriría su doble naturaleza, biológica y cultural. Enseñar a Conocer

Secundaria:
enseñar a investigar, visión holista Aprendizaje de lo que debe ser la verdadera cultura, la que establece el diálogo entre cultura de las humanidades y cultura científica, no sólo al dirigir una reflexión sobre los saberes y el devenir de las ciencias, sino también al considerar la literatura como escuela y experiencia de vida. Visión Holista

Universidad:
formación interdisciplinaria La Universidad debe ser el centro de la innovación, investigación y reflexión y aportes al desarrollo. Debe tener una misión y una función transecular. Formación interdisciplinaria (Morin, E. Enseñar a Vivir. 2015: 92-94). En verdad, la UNESCO, en su calidad de organización internacional central de la Educación ha publicado y socializado relevantes aspectos, dimensiones y funciones de la educación contemporánea, renovando y ampliando sus temáticas y proyectándolas hacia el futuro. Un ejemplo de ello lo constituyó también la defincion de los Cinco Pilares de la Educación. Jacques Delors, planteo los primeros 4 Pilares y la UNESCO agregó posteriormente el quinto Pilar: Aprender a Transformarse uno mismo y a la Sociedad, muy importante:

1) Aprender a Conocer
2) Aprender a Hacer
3) Aprender a Vivir con los Demás
4) Aprender a Ser
5) Aprender a Transformarse uno mismo y a la Sociedad
(Fuente: UNESCO, 1996:4-6).

Estos cinco pilares tienen aún plena validez y siguen siendo importantes, en términos generales, como bases orientadores de la educación. Además, la UNESCO editó de Edgar Morin su obra “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, los que constituyen también un importante aporte para la renovación de los procesos educativos:
Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión: El conocimiento del conocimiento debe aparecer como una necesidad primera que serviría de preparación para afrontar riesgos permanentes de error y de ilusión que no cesan de parasitar la mente humana.
Los principios de un conocimiento pertinente: Es necesario desarrollar la aptitud natural de la inteligencia humana para ubicar todas sus informaciones en un contexto y en un conjunto. Es necesario enseñar los métodos que permiten aprehender las relaciones mutuas y las influencias recíprocas entre las partes y el todo en un mundo complejo.
Enseñar la condición humana: El ser humano es a la vez físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico. Es esta unidad compleja de la naturaleza humana la que está completamente desintegrada en la educación a través de las disciplinas y que imposibilita aprender lo que significa ser “humano”
Enseñar la identidad terrenal: El conocimiento de los desarrollos de la era planetaria que van a incrementarse en el siglo XXI, y el reconocimiento de la identidad terrenal que será cada vez más indispensable para cada uno y para todos, debe convertirse en uno de los mayores objetos de la educación.
Enfrentar las incertidumbres: Se tendrían que enseñar principios de estrategia que permitan afrontar los riesgos, lo inesperado, lo incierto, y modificar su desarrollo en virtud de las informaciones adquiridas en el camino. Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certeza.
Enseñar la comprensión: Ahora bien, la educación para la comprensión está ausente de nuestras enseñanzas. El planeta necesita comprensiones mutuas en todos los sentidos. La comprensión mutua entre humanos, tanto próximos como extraños es en adelante vital para que las relaciones humanas salgan de su estado bárbaro de incomprensión.
La ética del género humano: La educación debe conducir a una «antropo-ética», considerando el carácter ternario de la condición humana, que es el de individuo <-> sociedad <-> especie. De allí, se esbozan las dos grandes finalidades ético-políticas del nuevo milenio: establecer una relación de control mutuo entre la sociedad y los individuos por medio de la democracia y concebir la Humanidad como comunidad planetaria. La educación debe no sólo contribuir a una toma de conciencia de nuestra Tierra-Patria, sino también permitir que esta conciencia se traduzca en la voluntad de realizar la ciudadanía terrenal (Morin, E. UNESCO. 1999: 1-3).
La superación de las multicrisis requieren de esfuerzos colectivos e individuales, de innovación, renovación de la política, nueva cultura y fortalecimiento de la educación, adaptada a los tiempos en transformación. En este sentido, las universidades, institutos y grupos de investigación, así como los establecimientos educacionales pueden desempeñar un importante rol activo e innovador en el proceso de búsqueda de un futuro sustentable. Requiere de intercomunicación, diálogos para encontrar lo común y humano en la propia Historia vivida, en las prácticas y tradiciones de las comunidades y regiones; en el bioconocimiento acumulado; en la investigación desarrollada; en los territorios productivos y poblados con sustentabilidad; en las culturas e instituciones democráticas; en las libertades y derechos humanos y sociales; en la evolución y desarrollo de las ideas y profesiones en las instituciones universitarias; en las huellas socio-institucionales y ecológicas que han acompañado el desarrollo de las comunidades y sociedades. Presentes en los esfuerzos descolonizadores y emancipatorios, forjados históricamente por cada país, comunidades y sociedad, aún presentes y renovados por las nuevas generaciones, que también luchan por vivir, desarrollarse y ser felices en el único hábitat que tenemos: el Planeta Tierra.

Experiencia regional. Campus Danlí, Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH. Región DANLI. República de Honduras.
En el marco de un trabajo regional en la República de Honduras, en calidad de profesor invitado internacional de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH, el Dr. Rojas formó parte de un interesante trabajo de terreno en la Región DANLI y la Sede Universitaria de la UNAH. En su viaje el Dr. Rojas realizó una actividad junto a la Agencia de Cooperación Alemana, GIZ, organizada por la Dra. Gunhild Hansen-Rojas, especialista alemana en educación y formación técnico profesional de la GIZ. Esta actividad se realizó en el marco del proyecto Fomento de la Formación Técnica Honduras (FOPRONH), programa impulsado por la Agencia de Cooperación Alemana, GIZ, en convenio con el gobierno de la República de Honduras. El objetivo del proyecto era conocer el nivel de conocimiento que adquieren los jóvenes en los centros técnicos de estudio, cuáles son las áreas a fortalecer en estos centros, las posibilidades de empleabilidad y la incorporación al campo laboral de los beneficiarios, así mismo identificar mecanismos de fortalecimiento en la gestión de los centros de formación profesional seleccionados, para llevar a cabo programas de formación orientados al mercado laboral; así como proponer eventuales cambios que fortalezcan institucionalmente el sistema de formación profesional orientada al mercado laboral, de acuerdo con la “Política Pública de Educación y Formación Técnico Profesional” y el “Marco Nacional de Cualificaciones”. El Dr. Rojas participó en el llarse como personas, a pesar de que el entorno no les favorezca”; evento como invitado para interpretar sociológicamente los testimonios de los jóvenes que participaron en los “focus groups” organizados en los centros técnicos: con esta metodología participativa se busca conocer el impacto de la formación técnico en los jóvenes hondureños que integran el sistema no formal. En términos generales, los temas abordados con los jóvenes fueron los siguientes: 1) razones por la eligieron la profesión; 2) calidad de la formación recibida; 3) posibilidades de inserción laboral y 4) sueños laborales personales futuros. en el Centro de Formación Técnica Loyola de San Pedro Sula y en Santa Bárbara. El Dr. Rojas, la Dra. Hansen-Rojas y personal de la GIZ, visitaron Santa Barbara y el Centro Técnico Loyola, ubicado en el centro de El Progreso, Yoro, es una escuela perteneciente a la Fundación Fe y Alegría. La población atendida en el Centro Técnico Loyola oscila entre 15 y 25 años. Las áreas de estudios son muy variadas: Mecánica industrial, gastronomía, mecánica de automóviles, soldadura, barbería, call-centers. Este proyecto cuenta con 300 jóvenes, los cuales se benefician de equipos y materiales para su formación profesional en diversas áreas de estudios. Síntesis de la percepción general sobre los testimonios entregados por los jóvenes en los centros de formación técnica de El Progreso y Santa Bárbara: “Los jóvenes mostraron un gran nivel de identidad con lo que aprenden y ejercen como profesión, la que en muchos casos se corresponde con una tradición familiar y/o local; sienten un gran respeto por la calidad profesional de sus respectivos centros y por la calidad profesional y humana de sus docentes y directivos; la gran mayoría no piensa en la migración (a Estaos Unidos) como solución a sus problemas; por el contrario, siempre están pensando cómo crear espacios independientes e innovativos de manera de poder desarroasí mismo agregó que “los jóvenes tienen el deseo de salir adelante y trabajar para sus familias, su entorno y la comunidad, para lo cual desean desarrollar sus propios emprendimientos, dando muchos ejemplos concretos sobre la manera de hacerlo ”. Para el profesor este contacto con jóvenes hondureños de centros de formación técnica constituyó una extraordinaria experiencia sobre el valor, las inquietudes y los profundos anhelos de realización personal con sentido social que mueve a estos jóvenes de las regiones visitadas. Por lo mismo que, finalizó mencionando que la Universidad y sus Campus -también las instituciones públicas y privadas-, deberían apoyar estas autoiniciativas, la creatividad de los jóvenes que, junto con desarrollarse como personas, quieren autoemprender para apoyar a sus familias y a las comunidades locales en las que se encuentran insertos. Esta actividad se unió a experiencias interesantes con estudiantes de la Sede UNAH/DANLI que realizan actividades de apoyo profesional en actividades agrícolas, por ejemplo, del café y otras actividades, en su respectiva Región y con el apoyo de instituciones comunales y cooperativas productivas de campesinos de la Región (Sede regional UNAH Pedro Sula. Presencia. Julio 2023). Las regiones de América Latina, El Caribe y del mundo, como lo demuestra la experiencia en Danlí, muestran capacidades propias de desarrollo independiente e interconectado con instituciones de educación superior y comunal, descolonizado. Estas capacidades regionales propias son, por lo general, constituidas con anterioridad a los procesos de colonización y de modernización capitalista. Por lo mismo, deberían ser revalorizadas y potenciadas por la sociedad y las políticas públicas como bases de alternativas de desarrollo sustentable e integradas a los procesos de socialización, así como bases de la renovación de las instituciones de educación en todos sus niveles, incluida la educación superior.


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* Magíster Artium en Sociología y Ciencias Políticas, Dr. Phil. Sociología, Leibniz Universität Hannover, Alemania. Profesor Titular del Departamento de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Concepción. Investigador asociado del Centro CRHIAM/ANID/FONDAP 15130015 / ANID/FONDAP 1523A0001. Universidad de Concepción. Artículo ampliado de la conferencia presentada por el Dr. Rojas en Panel 19: Educación en tiempos de crisis: métodos, saberes locales, fronterizos y decoloniales. X Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, Bogotá, Colombia, 9-12 junio 2025. Co-coordinador del Grupo de Trabajo CLACSO “Praxis emancipatorias, bienes comunes y metodologías descoloniales alterglobales”. ORCID ID 0000-0001-6869-8984. [email protected].


Cuaderno-PLC-101

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