“La discusión sobre el cuidado es central para superar las desigualdades”

 “La discusión sobre el cuidado es central para superar las desigualdades”

(Transcripción de la columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 26 de abril 2023)

Nos encontramos en Santo Domingo, República Dominicana, en el Foro Internacional sobre Sociedad de los Cuidados y Políticas de la Vida, temáticas que son centrales para CLACSO y forman parte de las estrategias que estamos promoviendo en las Plataformas para el Diálogo Social.

En Santo Domingo hemos realizado una escuela de posgrados en torno a las cuestiones de cuidados y género, además de varios diálogos que están ocurriendo entre los públicos a quienes van destinadas nuestras Plataformas para el Diálogo Social: el sector académico, el sector de la política pública y los movimientos y las organizaciones sociales. Estamos discutiendo políticas del cuidado en República Dominicana, pero también en el Caribe en general, porque luego continúa en Cuba.



¿Por qué políticas del cuidado? Porque la cuestión del cuidado se ha convertido en el nudo crítico de las desigualdades sociales y particularmente de las desigualdades de género. Por eso los países de la región latinoamericana y caribeña están avanzando en formular e implementar acciones y políticas para poner el cuidado en el centro y colocar esta discusión como una cuestión central para superar las desigualdades. América Latina y el Caribe sigue siendo la región más desigual del planeta.

– Los eventos en República Dominicana y Cuba están marcando lógicas necesarias de una temática en discusión en toda Nuestramérica con sus divergencias y planteos diferentes. ¿Qué ha pasado en los últimos años con la pandemia de por medio en las temáticas del cuidado y por qué es tan central este tema al día de hoy en Nuestramérica?

– Es un tema que se ha instalado de diferentes formas a lo largo y ancho de nuestra región, quizás con distintos énfasis. Hoy, concretamente, tenemos al menos 14 países que están discutiendo o implementando políticas del cuidado en América Latina y el Caribe. Efectivamente las realidades pueden ser diferentes en muchas dimensiones, pero hay una en la que se presenta similitudes: en nuestra región la cuestión del cuidado sigue siendo responsabilidad de las familias y, dentro de las familias, de las mujeres. Los datos que tenemos de toda la región y de cada uno de los países, nos muestran que somos las mujeres quienes realizamos el 80% de las tareas del cuidado no remunerado.

Esto tiene consecuencias desde muchos puntos de vista. A nivel individual, en la posibilidad que tienen esas mujeres con la carga de cuidados para realizar otras actividades en su vida como educarse, trabajar, participar política y socialmente. Pero tiene consecuencias también a nivel agregado, es decir, a nivel social o de colectivos más amplios en términos de las desigualdades que impactan de manera diferencial sobre las mujeres por tener esta carga de cuidados.

¿Qué desigualdades? Por ejemplo, la distinta participación en el mercado de trabajo: es evidente que si tengo que cuidar 40 horas a la semana a hijos chicos, voy a tener menos tiempo disponible para estar en el mercado de trabajo y allí hay una explicación de esa brecha diferencial en lo que es la población económicamente activa femenina frente a la masculina. Entonces, esto tiene consecuencias en los ingresos, por lo cual una vez que las mujeres logran incorporarse al mercado de trabajo ganan menos. Pero tiene consecuencias también en la organización de la vida cotidiana.

¿Qué es lo que queremos? Queremos colocar esta discusión en el centro, porque queremos nuevas formas de organización social del cuidado, donde se redistribuya el cuidado a nivel micro entre las personas que conforman los distintos hogares en nuestra región, pero sobre todo a nivel macro. Y llamar a la responsabilidad que le corresponde sobre los Estado y los gobiernos de nuestros países. Y allí el camino del trabajo es el diseño de las políticas públicas que incorporen la temática del cuidado y que le den el estatus que ya en algunos países se ha reconocido en entender el cuidado como un derecho.

– En este marco, la dimensión de este tipo de encuentros y eventos plantean las lógicas que tienen las Plataformas para el Diálogo Social como son los movimientos sociales, las políticas públicas y las académicas/os. ¿Cómo ha funcionado en el marco de este foro en República Dominicana esta tríada tan fundamental para generar cambios y modificaciones?

– Cada uno de los diálogos que hemos realizado en República Dominicana contó con la participación de diálogos entre personas de la academia de distintos países de América Latina y el Caribe, participantes de la política pública de dicho país y de movimientos y organizaciones sociales. Y ese es el diálogo que debemos promover para poder abordar esta temática, entendiendo una vez más que lo que queremos es avanzar hacia sociedades más justas, más democráticas, más igualitarias. Este tema está en el centro de la producción de las desigualdades hoy en nuestra región.

La participación en este Foro Internacional ha sido muy amplia, los diálogos han sido muy potentes. Además se acompañó del proceso de formación, donde más de 120 personas que provenían de universidades, sindicatos, organizaciones sociales, personas con responsabilidad en los Ministerios Públicos estuvieron participando de nuestra escuela de posgrados y ha sido realmente muy productivo.


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