«Hay que generar nuevos consensos sobre la evaluación científica»
Transcripción de la columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 10 de abril de 2024
El Consejo Internacional de la Ciencia (ISC) está impulsando diálogos globales del conocimiento en distintas regiones del mundo. En este caso, le tocó el turno a América Latina y el Caribe. Específicamente en Santiago de Chile, se está realizando el Diálogo Global del Conocimiento para abordar distintas temáticas. CLACSO es protagonista de una de ellas en términos de organización y discusión y por las posiciones que ha sostenido al interior de la región latinoamericana y caribeña, así como hacia otras regiones del mundo, sobre el futuro de la evaluación y las publicaciones científicas en el contexto de la ciencia abierta.
En primer lugar, debemos poner la discusión en el marco de la idea más general de ciencia abierta, recordando que a nivel internacional son 193 países los que adoptaron en 2021 la recomendación de UNESCO. Esto es, el planteo de abrir los procesos de creación, evaluación y comunicación del conocimiento científico a actores sociales más allá de la comunidad científica tradicional. Asimismo, es condición necesaria revisar los sistemas de evaluación de investigación y los sistemas de evaluación de las carreras científicas, para alinearlos con los principios de la ciencia abierta. Desde 2019, en CLACSO hemos creado y venimos impulsando con mucha fuerza el Foro Latinoamericano sobre Evaluación Científica (FOLEC).
En el marco de un panel sobre el Diálogo Global del Conocimiento, vamos a discutir cuál es el papel de las publicaciones científicas en estos procesos de evaluación, teniendo presente los ocho principios que el propio Consejo Internacional de la Ciencia, con la participación activa de CLACSO y los aportes de nuestra asesora Dominique Babini y Laura Rovelli, ha remarcado y aprobado en 2021.
El primero de ellos, la circulación rápida y global de las ideas, es fundamental para el proceso científico. Además, debe existir un acceso universal rápido y abierto al registro de la ciencia, tanto para los autores como para los lectores, sin ningún tipo de barrera a la participación, en particular, las vinculadas a condiciones de pagos comerciales, barreras asociadas al idioma o a la geografía.
Con respecto al mapa del conocimiento, cada vez que lo dibujamos es un mapa muy distorsionado, donde el Sur Global queda subrepresentado en términos de sus aportes al conocimiento. No porque se produzca menos conocimiento, sino porque las barreras de idiomas y comerciales impiden que ese conocimiento se difunda y sea accesible en otras partes del mundo.
El segundo principio está vinculado a que las publicaciones científicas deben tener licencias abiertas para permitir su reutilización y la extracción de textos y datos. El elemento central es que para quienes hacemos ciencia e investigación y publicamos nuestros resultados, aquellos datos genéricos en los que se basan nuestras investigaciones estén abiertos. Es decir, si una persona quiere acceder a esa información, tomarla o replicarla, pueda acceder a los microdatos y a los datos que sustentan las afirmaciones. En la realidad sabemos que no es así en algunas áreas del conocimiento porque existe la protección de bases de datos, que no permite el criterio de replicabilidad.
El tercero es la revisión por pares rigurosa y oportuna, que debe seguir desempeñando un papel clave en la creación y el mantenimiento del registro público de la ciencia. Es decir, esta idea de la revisión por pares pero con algunos elementos asociados a ello, con el real sentido que tiene sin que se convierta en un obstáculo para la difusión del conocimiento.
Un principio nuevo es la cuestión de los datos y las observaciones, que deben ser accesibles para su escrutinio y para poder ser eventualmente replicados en caso de ser necesario.
Por otro lado, el registro de la ciencia debe mantenerse de forma que se garantice el acceso abierto a todas las generaciones futuras, es decir, sin tiempos limitados. Y los modos de publicación y bibliodiversidades en diferentes disciplinas y regiones deben adaptarse a las necesidades pertinentes, pero de manera que se facilite la interoperabilidad entre diferentes disciplinas y diferentes regiones, incluyendo procedimientos para la comunicación multilingüe. Hay que incluir los idiomas que son propios de nuestras regiones como, por ejemplo, las comunidades indígenas de América Latina, los pueblos originarios, para que todos esos multilingüismos tengan una expresión posible en el campo científico.
También, hay que hablar de la gobernanza de los procesos de difusión del conocimiento científico y cómo se debe rendir cuentas a la comunidad científica sobre los resultados y los procesos de elaboración del conocimiento y su difusión. Me permito enfatizar que desde CLACSO compartimos la mirada que tiene el Consejo Internacional de la Ciencia sobre la ciencia abierta como un bien público global y mundial.
Es necesario incorporar a la conversación internacional sobre el futuro de la publicación científica la mirada latinoamericana. ¿Cuál es esa mirada latinoamericana? Ni más ni menos que esa experiencia de muy largo aliento que tenemos en la región en torno a distintos modelos de comunicación científica abierta. Por ejemplo, a través de todo lo que son los repositorios latinoamericanos y caribeños, las bases indexadoras de publicaciones en acceso abierto como Redalyc, entre otras. Estas entienden al conocimiento como un bien común y público y como un bien gestionado por las comunidades académicas y universitarias, y no por industrias comerciales que están por detrás, en muchos casos, de grandes emprendimientos denominados revistas científicas o de primera línea.
Desde el FOLEC-CLACSO, queremos impulsar mayores sinergias entre todas las iniciativas expuestas, también mayores discusiones desde la experiencia latinoamericana y caribeña a otra regiones del mundo que no tienen tan presente esta mirada tan particular desde nuestra región.
Además, hoy, queremos dejar como antesala una nueva discusión en el marco de la Asamblea y Conferencia de #CLACSO2025 a realizarse en Bogotá, Colombia, como sucedió anteriormente en #México2022. Recordemos que en nuestra última Conferencia se aprobaron una serie de principios orientadores sobre el FOLEC, que serán nuevamente discutidos. Para #CLACSO2025 avanzaremos con distintas propuestas de trabajo.
– ¿Cómo se está avanzando frente a los cambios en las cuestiones de publicaciones, ciencia abierta y políticas públicas?
Los avances han sido muy significativos. Desde 2019, podemos encontrar casos concretos de estos principios en los procesos de evaluación, que incidieron sobre los parámetros o patrones de evaluación. Por ejemplo, en el caso de Uruguay se incorporaron miradas diferenciales en la producción de varones y mujeres, especialmente asociadas a los ciclos reproductivos, para contemplar la evaluación en función de las distintas etapas del ciclo vital de las personas. Es decir, cuando se evalúa la producción de una investigadora en algunos de los países de nuestra región, se debe tener en cuenta si en el último año ha sido mamá o está ejerciendo funciones de cuidado, ya que impacta directamente en las posibilidades de producción de conocimiento.
En definitiva, lo que nos interesa promover es esta idea de cambiar las formas de evaluación científica y para eso hay que generar nuevos consensos en torno a tres grandes cuestiones: el sentido de la evaluación, los criterios de valoración y los indicadores concretos de medición.
Con respecto a la primera cuestión, se pone sobre la mesa la discusión política, porque no estamos hablando de un sentido meramente técnico sino del proceso político que implica la evaluación. Además, necesitamos que en esa definición de los sentidos de la evaluación emerjan distintos escenarios, actores, propuestas, formas de producción de conocimiento, que se traduzcan en criterios e indicadores que permitan tener algunos principios ordenadores. Esto propone el FOLEC-CLACSO, por ejemplo la indagación crítica de la realidad y la pluralidad de perspectivas, articular diferentes tipos de conocimientos y de saberes, dando discusión en torno a impactos, usos y al potencial transformador de esos saberes y conocimientos sobre la realidad social.
Además, debemos discutir la internacionalización hegemónica de las prácticas de cooperación y de integración regional de la investigación de la docencia y de la extensión. Y por último, incorporar las premisas de los principales movimientos transformadores de nuestro tiempo, como a las mujeres investigadoras, el movimiento de mujeres y el feminismo. Es decir, tenemos que incorporar esa participación diferencial de varones y mujeres en los ámbitos científicos y en los ámbitos universitarios en base a instrumentos concretos.
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