“En pandemia, las desigualdades y discriminaciones se han profundizado para la población LGBTIQ+”
(Transcripción de la Columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 30 de junio 2021)
Hoy quiero referirme al Día de la Diversidad por la celebración de los derechos de la población LGBTIQ+ y plantear cómo estamos en América Latina relación a estos derechos de la diversidad y cuáles son las deudas, las materias pendientes en este tema.
En ese sentido, recordando este 28 de junio, decir que pese a los avances que han habido para alcanzar la igualdad de derechos que hemos observado en varios países de América Latina y el Caribe, los estados siguen teniendo todavía grandes deudas de carácter estructural con esta población. Los países de América Latina y el Caribe tienen además un avance dispar, diferente en relación a los derechos de la población LGBTIQ+.
Mientras algunos, como el caso de Argentina, pueden en alguna materia llevar la delantera, hay algunos países que todavía en América Latina siguen criminalizando las relaciones entre personas del mismo sexo. Además, un dato bastante reciente que se conoció hace relativamente poco, en 2020 hubo casi 300 asesinatos en América Latina y el Caribe, con Brasil a la cabeza. Y un 33% de estas muertes registradas son además dentro del colectivo LGBTIQ+ de personas trans. Personas trans que como sabemos por investigaciones que se han hecho, la esperanza de vida en nuestra región no supera los 40 años y es absolutamente preocupante. Porque además de este fenómeno de la violencia que refería recién, por supuesto tienen limitaciones en el acceso a otra cantidad de derechos como por ejemplo, un derecho tan básico como el derecho al trabajo decente o a la vivienda digna.
Mencioné por allí el matrimonio igualitario. Y decía que el avance es dispar en nuestra región, entonces tenemos en relación al matrimonio igualitario: si lo situamos en el mundo, hoy son 28 países en el mundo que lo reconocen, 5 de los cuales están en América Latina. Lo han aprobado en América Latina: Argentina, Brasil, Colombia, México (sólo algunos estados, 21 de los estados mexicanos) y Costa Rica que fue el último en hacerlo y el primero de Centro América, además de Ecuador y Uruguay.
En algunos otros países hay algún tipo de reconocimiento de uniones civiles entre personas del mismo sexo, pero que para nada les garantiza los mismos derechos que a las parejas heterosexuales. También reconocemos algunos avances, nuevamente el caso de Argentina, Uruguay, el caso de varios estados mexicanos, en el reconocimiento desde el punto de vista laboral a lo que se conoce como la Ley de Cupo Laboral Trans que permitirá, sin duda, que travestis, transexuales y personas transgéneros puedan acceder a trabajos en el sector público y bajo los beneficios además de un trabajo formal.
Ahora bien, en esta situación de pandemia que estamos viviendo desde hace ya prácticamente un año y medio, esta pandemia, así como lo hemos dicho para otras dimensiones de las desigualdades, también en este caso estas desigualdades y diríamos que las condiciones de vida de las personas LGBTIQ+ se han profundizado. La situación era ya compleja para las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas y la crisis sanitaria del coronavirus profundizó las discriminaciones en estos sectores de la pandemia. ¿En qué aspecto? En varios. Voy a destacar solamente dos: el acceso a la salud tanto para atenderse por cuestiones vinculadas al coronavirus, que han tenido dificultad para acudir a los servicios de salud y para ser atendidos sin ser discriminados en esos sectores de salud. Pero también porque la suspensión de buena parte de las prestaciones de salud en nuestros países, entre otras, por ejemplo, las pruebas de detección de VIH o los tratamientos asociados de VIH, han generado consecuencias muy importantes en esta población. Además, la segunda, el impacto económico de la pandemia, que si bien golpea a toda la población de manera muy fuerte en América Latina los golpea especialmente ya que, en muchos casos, esta población trabaja y obtiene sus ingresos del sector informal de la economía. Y como hemos dicho en otras columnas, Gustavo, sabemos que las personas que están en el sector informal carecen de seguridad social, carecen de cobertura médica, carecen en definitiva de los derechos asociados a la condición de trabajador o trabajadora. Y en estos momentos carecer justamente de cobertura médica o de seguridad social es particularmente complejo.
Recordemos además que por ejemplo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha dicho que le preocupa particularmente la situación de esta población en el marco de lo que son las disposiciones que han adoptado los estados para combatir la pandemia del coronavirus. Porque estas medidas no contemplan la situación de esta población y pueden derivar en actos de discriminación y de violencia basadas en el prejuicio.
Y por último quiero hacer mención a otro aspecto que es muy importante y que tiene que ver con el aspecto educativo. Y para eso me voy a basar en los informes que regularmente realiza la UNESCO, el Global Education Report, que en su último informe llama la atención en términos de los aspectos de inclusión y educación para todos y para todas. Llama la atención sobre la importancia del sexismo y de la homofobia en las escuelas de América Latina, es decir, lo fuerte, lo presente que está el sexismo y la homofobia en las escuelas de América Latina.
Sin ir más lejos, en un estudio que realizaron en siete países, en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay, encontraron que 4 de cada 5 estudiantes LGBTIQ+ en Chile no se sienten seguros en la escuela. En Colombia el 15% de los y las estudiantes habían sido víctimas de violencia escolar debido a su orientación sexual. En Perú el 17% de los estudiantes se encontraban también en esta situación o habían denunciado agresiones físicas en el año anterior. Y en México el 75% del estudiantado LGBTIQ+ experimentó acoso verbal e insultos en la escuela.
Pero mencionando también la importancia de incluir la reflexión sobre lo educativo en relación a estas prácticas discriminatorias, que no son solamente por parte de compañeros y compañeras, sino también del profesorado en las escuelas y en el sistema educativo de América Latina.
Entonces, allí lo importante es poner en práctica de una buena vez políticas públicas que sean capaces de erradicar el estigma, la discriminación y la violencia que sufre esta población. Porque en definitiva estos movimientos por la diversidad sexual no han enseñado a lo largo de todos estos años a celebrar la propia identidad como un acto político dignificante y como acto político transformador. Y es desde allí que tenemos que trabajar en nuestra región que como queda claro tiene muchas materias pendientes en este tema.
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