«En las próximas elecciones de Argentina lo que está en juego es democracia o no democracia»
Transcripción de la columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 15 de noviembre de 2023
En el Seminario realizado en Madrid, España, se discutieron dos temas claves: La desigualdad y la democracia en América Latina y Europa. Su objetivo principal fue analizar de manera crítica la relación entre desigualdad y democracia en ambas regiones, teniendo las distintas dimensiones de la desigualdad sobre la mesa, cómo esos temas se articulan e interceptan en esta realidad que estamos atravesando hoy.
Por supuesto, discutimos la relación entre desigualdad y desarrollo económico, pero también el papel de los sistemas de bienestar en la reducción de las desigualdades, el impacto de la globalización y las tecnologías de la información en la desigualdad, así como también las dimensiones raciales, étnicas, territoriales, de género e intergeneracional. Todo esto analizado desde una perspectiva interseccional.
Con las y los colegas de América Latina, nos tocó compartir una descripción de cuál es la realidad hoy en nuestra región en términos de desigualdad, pero después centrarnos en qué se puede hacer, qué medidas o alternativas surgen hacia adelante para intentar superar esta desigualdad que es estructural en la región. Además, en los últimos años, luego de una leve mejora, no ha hecho más que empeorar por la situación de la pandemia.
Para trabajar en esta idea de reducir la desigualdad, es necesario pensar medidas a largo plazo que aborden las causas estructurales de la desigualdad. Ya quedó claro que con pequeños maquillajes no salimos de esta encrucijada. Entonces, estuvimos analizando cómo promover el crecimiento económico (que tiene que ser inclusivo), cómo fortalecer los sistemas de protección social, cómo garantizar el acceso a la educación, a la salud y a los distintos derechos básicos de las personas, cómo promover la igualdad de oportunidades y cómo trabajar en torno a los nuevos derechos y particularmente y particularmente el derecho al cuidado.
También tenemos que trabajar en reformas fiscales que efectivamente se planteen ese crecimiento y desarrollo económico inclusivo, que permita aumentar la recaudación y sobre todo la redistribución de los ingresos de esos sistemas fiscales de manera más equitativa. Además, debemos colocar en el centro la discusión sobre la inversión, por ejemplo en salud, algo absolutamente básico para el desarrollo de quienes habitamos estas regiones. Y promover la igualdad de género, también desde el punto de vista étnico racial, y desarrollar las infraestructuras necesarias para que no haya tantas desigualdades a la interna de las regiones sobre los países, por ejemplo entre lo que tiene que ver con el área urbana y rural.
Frente a esta idea de la desigualdad como característica histórica y estructural de nuestras sociedades latinoamericanas, hay que mostrar cómo no es simplemente un elemento que se ha integrado ya a la reflexión, sino que está afectando directamente el ejercicio de los derechos de las personas, es decir de todos los derechos políticos, sociales, económicos y culturales.
Y esto tiene que ver también con las nociones de ciudadanía y de democracia, es decir, pretender consolidar sistemas democráticos sobre la base de sistemas sociales profundamente inequitativos y desiguales parece ser una contradicción.
A su vez, se planteó con mucha fuerza la necesidad de trabajar no sólo en el análisis de las dimensiones económicas, sino en el orden cultural y político por donde han aparecido las fisuras o las “grietas” (como se dice en Argentina) desde el punto de vista cultural y político.
Y por último, discutimos la importancia de colocar en el centro esta relación entre desigualdad y democracia, entendiendo que las dos se necesitan y que no podemos tomar la desigualdad como una característica más de nuestras sociedades, sino que debemos ponerla como una posible amenaza a la democracia.
A su vez, hay que analizar la democracia como un instrumento de consolidación para superar las desigualdades. Fue planteada con mucha fuerza la necesidad de que los movimientos sociales tengan un papel activo y de su fortalecimiento, es decir ese ejercicio de control por parte de la ciudadanía que permita avanzar en estos temas. ¿En qué temas? En definitiva, en la reducción de la desigualdad económica y social, en el fortalecimiento de las instituciones democráticas, en el combate a los mecanismos que están atentando contra la democracia y a su vez profundizando las dimensiones de las desigualdades.
En América Latina tenemos excelentes ejemplos en el papel de los movimientos sociales en la materia de desigualdades, los movimientos ambientalistas, los movimientos de derechos humanos, memorias y democracia, y por supuesto los movimientos feministas.
No puedo dejar de mencionar que pusimos sobre la mesa la importancia de los nuevos contratos y pactos sociales, es decir, las nuevas bases sobre las cuales nos organizamos socialmente, donde apareció de manera central la igualdad de género. Uno de los nudos críticos que hoy está impidiendo esa igualdad es la cuestión del cuidado, esta idea de que las mujeres deben estar a cargo del cuidado casi de manera exclusiva, y la necesidad de reformular y entender que el cuidado es un derecho para todos y todas y que no solo las mujeres tenemos que hacernos cargo de esta dimensión.
– En ese marco, pensaba qué interesante resulta el diálogo entre América Latina y el Caribe con Europa corriéndose de las lógicas coloniales…
– El diálogo entre América Latina y el Caribe con Europa se trata de correrse de esas lógicas para tratar de trabajar, colaborar y cooperar entre las dos regiones. Porque además, en estos momentos ambas regiones se necesitan. Muchas veces, creemos que hay algunos problemas que pueden ser exclusivamente de América Latina o exclusivamente de Europa. Y cuando empezamos a analizar los temas más finamente, encontramos que en realidad son problemas que están afectando a las dos regiones. Entonces, las soluciones posibles también pueden pasar por un mejor trabajo de articulación y de cooperación entre Europa y América Latina, desde nuevas bases, nuevos contratos, en este caso no sociales, sino en materia de trabajo conjunto que para nada tienen que ver con algunas tradiciones colonialistas que tanto se han repetido en el pasado.
Hay una voluntad de continuar articulando la agenda en torno a desigualdades y democracias entre Europa y América Latina. Por supuesto, para CLACSO estas temáticas son una prioridad enmarcada dentro de las Plataformas para el Diálogo Social (PDS). Estas no son solamente de alcance regional, sino que buscan también abarcar otras regiones en la necesidad de construcción de diálogo social.
Por último, debemos mencionar que si hablamos de democracia, efectivamente tenemos un desafío muy importante en nuestra región. Particularmente, en lo que pueda ser el resultado electoral este domingo 19 de noviembre en Argentina, donde está en disputa un modelo democrático con un modelo profundamente antidemocrático. Desde CLACSO, estaremos siguiendo con mucha atención lo que ocurre en Argentina, así como lo hicimos en otros países de América Latina. El caso emblemático es el de la última elección de balotaje en Brasil 2022 entre Lula Da Silva y Jair Bolsonaro. Esperamos que el resultado confirme la vocación de Argentina de seguir transitando por el camino de la profundización de la democracia y no poner en riesgo elementos tan básicos que hacen a nuestra convivencia cotidiana, tanto allí como a nivel regional.
– ¿Qué otras cuestiones están en riesgo en esta elección de balotaje en Argentina 2023?
– Lo que está en riesgo son las bases democráticas. Me refiero a los derechos tan básicos de todos y de todas como la educación y la salud. Se ponen en cuestión la seguridad y la protección social en general. Además, se pretende llevar al extremo el imperio del mercado en todas las decisiones, desde la más chiquitita de la vida cotidiana hasta las más importantes para la realidad de un país con planteos que creíamos superados no sólo en Argentina sino a nivel de la región, pero que lamentablemente volvemos a observar. En definitiva, lo que está en juego es democracia o no democracia.
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