“El 1 de Mayo nos encuentra en una crisis devastadora para el mundo del trabajo”
(Transcripción de la Columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 5 de mayo 2021)
“Hoy en Colombia hay centenares de detenciones arbitrarias y violación a los derechos humanos”
No podemos comenzar esta columna (que la vamos a dedicar la Primero de Mayo) sin hablar de estas dos situaciones graves que hoy están ocurriendo en nuestra América Latina y el Caribe.
El caso de Colombia donde, por la información que nos llega minuto a minuto, sabemos que ya hay centenares de detenciones arbitrarias y más de una treintena de asesinatos. Colombia que enfrenta hoy ese récord en violación a los derechos humanos. Y uno se pregunta por qué todo esto, cuáles son las demandas que están por detrás, qué están demandando en las calles colombianos y colombianas: cosas tan básicas como el sistema de salud, el acceso a las vacunas, la renta mínima, el no al aumento a las tarifas públicas, todo en torno a lo que se le dominaba la Reforma Tributaria, pero bien sabemos que están estas otras demandas más de tipo estructural por detrás.
En uno de los países más desiguales de nuestra región, hoy vuelve a recrudecer la violencia. Y allí lo que queremos dejar bien claro y se ha posicionado nuestro Comité Directivo al respecto, es que en el marco de un Estado de derecho la protesta social no puede nunca ser una amenaza al orden público, todo lo contrario: tiene que ser parte del ejercicio de la democracia, del ejercicio de la ciudadanía. Es un derecho reconocido y protegido por las normas, por los estándares internacionales. Protestar no es un delito, no hay que criminalizar la protesta; es un derecho.
Los estados de América Latina y el Caribe tienen el deber de actuar respaldando estas protestas, estas manifestaciones públicas y, por supuesto, tendrán que investigar y sancionar cualquier uso desmedido de la Fuerza como el que estamos observando en este momento en Colombia. Nos preocupa mucho y reitero: tenemos el comunicado de nuestro Comité Directivo disponible en la página web, en las redes de CLACSO y seguimos con mucha atención esta situación.
Y también en El Salvador donde nuestro Comité Directivo también se ha pronunciado haciendo un llamado a restituir la institucionalidad, al apego a lo establecido por la Constitución de El Salvador, siempre trabajando con Justicia, con transparencia y respetando los derechos humanos de todas las personas. No podemos permitir en este caso -como en otros- que el miedo, la incertidumbre y el cierre de los espacios predominen en nuestros países. Y nos sumamos entonces a todas las acciones e iniciativas que estén como siempre a favor de la Justicia, la paz, la verdad, el Estado de derecho y la democracia. También seguimos con mucha preocupación lo que allí está ocurriendo.
El 1 de Mayo nos encuentra en una crisis devastadora para el mundo del trabajo
Quiero dedicar la columna de hoy a lo que fue el Primero de Mayo, el Día Internacional de los Trabajadores y de las Trabajadoras. Primero de Mayo que nos encuentra en América Latina pero también en el mundo en una crisis sanitaria, económica, financiera y ambiental, que ha tenido efectos muy grandes, diría devastadores en el mundo del trabajo destruyendo (como vimos en columnas anteriores) empleos, empresas, medios de subsistencia y provocando el aumento de la pobreza en nuestra región.
Esta pandemia del COVID-19 aceleró las tendencias mundiales que se venían dando ya desde la crisis del 2008: el aumento de la desigualdad, la concentración de la riqueza, la destrucción de empleos, el mayor endeudamiento de los Estados y también del sector privado, el aumento del proteccionismo en el caso de las potencias, el crecimiento económico mundial empujado por Asia y particularmente por China, y a sus vez el estancamiento o la caída económica en los casos de Estados Unidos y de Europa.
Si miramos los datos del monitor del COVID-19 y el mundo del trabajo que presenta la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los trabajadores de los países de ingresos bajos y de ingresos medios son los que más se han visto afectados. Allí se plantea que justamente hay una disminución estimada en las horas de trabajo del 23%, eso quiere decir 240 millones de puestos de trabajo a tiempo completo en el segundo trimestre del año 2020.
Además, también si miramos el panorama laboral en tiempos del coronavirus de la OIT, vemos que América Latina y el Caribe es justamente la región más afectada a nivel mundial en términos de las horas trabajadas y de los ingresos laborales. En los tres primeros trimestres del año pasado, del 2020, la reducción estimada de horas fue del orden del 20%, mientras que los ingresos por el trabajo se contrajeron un 19 o casi 20%.
Los resultados también nos muestran que hay una relación o correlación positiva entre los estímulos fiscales y la capacidad de sostener la actividad laboral, algo que se discute y mucho en nuestros países en estos días. Pues bien, veamos lo que está pasando: de los prácticamente 10 billones de dólares anunciados en paquetes de estímulo fiscal durante el 2020, casi el 90% (para ser más precisa el 88%) corresponde a países de ingreso alto. Es decir, una vez más, los países más ricos son los que tuvieron la capacidad de tomar medidas para preservar el empleo y la producción.
La irrupción de la pandemia en nuestra región se da en un contexto que ya estaba caracterizado por la desaceleración económica y por una ralentización de las mejoras laborales logradas en los años previos, donde aun a pesar de esas mejoras persistían desigualdades vinculadas a la informalidad laboral, a los salarios bajos en promedio, a las brechas salariales, a las debilidades de los sistemas de protección social y las debilidades del sistema de salud que tan en evidencia han quedado en este año y pico de pandemia.
Recordemos solamente datos que ya hemos mencionado antes: en 2019, por ejemplo, el 77% de la población de nuestra región (470 millones de personas) pertenecían justamente a estratos de ingresos bajos o medios bajos, donde los ingresos per cápita no superaban tres veces la línea de la pobreza y, por tanto, no contaban con ahorros suficientes para poder enfrentar un año y pico que llevamos ya de crisis.
Como hemos mencionado también antes, esto ha profundizado las brechas de desigualdad con una cosa muy clara: los ricos son cada vez más ricos, teníamos los datos de algunas empresas internacionales y sus ganancias exorbitantes en tiempos de pandemia; y los pobres son cada vez más pobres.
En el segundo trimestre por ejemplo del año pasado, del 2020, se perdieron casi 50 millones de empleos en América Latina y el Caribe, y obviamente esos empleos están generalmente asociados a la población de ingresos bajos o medios bajos. Además, tenemos que recordar la afectación diferencial de las mujeres: se han visto más afectadas que los varones en esta crisis; y también los jóvenes que se han visto más afectados que los adultos en esta crisis, particularmente en las dimensiones vinculadas a la pérdida del empleo y ampliando de esta manera las brechas laborales que ya tenían.
Recordemos lo que ha planteado la OIT para este Primero de Mayo: la necesidad imperiosa de una recuperación centrada en las personas con los criterios de Justicia y Equidad en primer plano. Es decir, una recuperación sostenible e inclusiva para todos y para todas. Y esto se va a poder lograr y avanzar en esa reconstrucción si somos capaces de generar empleo y garantizar condiciones de trabajo dignas para todos y para todas; si somos capaces de extender la protección social, de proteger los derechos de los trabajadores y de las trabajadoras; y si somos capaces también de fomentar un diálogo social amplio.
Esta crisis nos abre la oportunidad para poder también discutir y reestructurar las instituciones del mundo del trabajo y del mundo de la protección social, para avanzar en estrategias que permitan mejores garantías, mejor protección social (y de manera permanente) y también mejores condiciones de trabajo digno y de calidad para todos y todas. Una vez más la seguridad y la salud en el mundo del trabajo se han convertido en un elemento clave para las estrategias de recuperación pos-pandemia. Esta era la reflexión que quería dejar hoy en ocasión de lo que fue la celebración del Primero de Mayo en nuestra región y en el mundo.
–Pensaba nuevamente la relación que vos contabas con respecto a América Latina… podía tener anclaje perfecto por ejemplo en la situación de Colombia en el relato de la pérdida laboral, la búsqueda de soluciones a través de las mismas alternativas neoliberales de siempre, la lógica del impacto hacia los sectores más empobrecidos y los sectores de las clases medias. Claramente la Reforma Tributaria es uno de los reclamos más grande que impactara en ese sector y no así en los sectores más ricos…
-Exactamente. Y por eso comencé la columna con Colombia y mostrando cuáles son en definitiva las demandas que están por detrás de esta situación que están viviendo colombianos y colombianas: trabajo, salud, renta mínima, no al aumento de las tarifas públicas, etc.
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