Declaración sobre la necesidad de implementar un tributo a los sectores más acomodados de la sociedad
Integración regional, políticas tributarias progresivas y revisión de la deuda externa
La pandemia de coronavirus ha movilizado un conjunto de problemas sanitarios, sociales y económicos. A nivel global, y en América Latina y el Caribe en particular, las acciones coordinadas resultan un desafío ineludible. Donde el COVID-19 continúe acechando a algún país de la región la amenaza de su impacto sobre el resto de los países se mantendrá vigente.
Al momento de desatarse la pandemia, la región ya atravesaba situaciones de desigualdad, y vulnerabilidad social y económica, en muchos casos extremas, con economías financiarizadas y primarizadas, y políticas tributarias regresivas. Asimismo, en la mayoría de los países la deuda externa funcionó como un instrumento disciplinador de las decisiones de política pública, mediante la reducción de los recursos destinados al desarrollo soberano.
El actual contexto crítico derivado de la pandemia profundizó las desigualdades preexistentes. Bajos ingresos, altos niveles de informalidad laboral, desocupación, pobreza y extrema pobreza son problemas que nuestros países arrastraban previamente, y que se agudizaron y probablemente volverán a nuestras sociedades más vulnerables, y al mismo tiempo más excluyentes que antes. Es cierto que el virus afecta a todas las personas por igual, sin distinción de clase, raza, etnia, género, pero las condiciones socioeconómicas que constituyen la escena donde el virus se desata (vivienda, territorio, ingresos, accesos sanitarios y recursos tecnológicos) imprimen sobre la aparente igualdad anterior condiciones de profunda heterogeneidad, siempre en perjuicio de los más vulnerables. La desigualdad es el sendero por donde avanza el coronavirus: cuanto peores son las condiciones materiales más gravoso es el impacto.
Los países de América Latina y el Caribe atraviesan una situación de crisis económica y social tan crítica que un conjunto de especialistas ha llegado a asemejarla a la de los años 1930. Según el último informe de la CEPAL se estima para el 2020 una contracción regional de -5,3% del PBI -, una caída de las exportaciones de alrededor de 15% y un saldo de casi 12 millones de desocupación en la región, sobre una masa laboral con un 53% de informalidad (CEPAL, 2020).
De acuerdo con los datos de OXFAM, en 2017 se produjo el mayor aumento de la historia en el número de personas cuyas fortunas, a nivel mundial, superan los mil millones de dólares, con un nuevo milmillonario cada 2 días. El 1% más rico de la población acaparó el 82% de la riqueza mundial mientras que la mitad más pobre no se benefició en absoluto (OXFAM, 2018). Y en América Latina en particular la desigualdad continúa siendo uno de los problemas estructurales más acuciantes. Además, los Estados carecen de información transparente respecto de quiénes son los dueños de las empresas que más ganan, quiénes son los más ricos y cómo generan esos ingresos. El modelo financiarizado y globalizado de la acumulación capitalista de los últimos años facilitó la fuga de cuantiosos recursos hacia el exterior en cuentas secretas, lejos del control de los Estados nacionales.
Desde el Grupo de Trabajo “Élites empresariales, Estado y dominación” creemos que en este momento crítico que atravesamos, posiblemente el más difícil de nuestras generaciones, debemos observar el accionar de las élites empresariales, diseñar e implementar políticas redistributivas con un componente tributario progresivo que graven a los sectores más privilegiados y revisar las deudas externas públicas de los distintos países. La crisis actual es una oportunidad única para hacerlo: la necesidad de implementar un tributo solidario y de emergencia a los sectores más acomodados debe ser colocado en el centro de la agenda pública.
Hoy lo que se encuentra en riesgo es la vida los otros y las otras, especialmente de quienes se hallan en situaciones más vulnerables. Es el tiempo de iniciar una discusión regional sobre el tema, fundamentada y concreta, que fortalezca los debates nacionales y los caminos para una salida con mayor integración regional, siempre teniendo como objetivo un futuro compartido con mayor igualdad, solidaridad e inclusión social.
Grupo de Trabajo CLACSO
Élites empresariales, Estado y dominación
Mayo de 2020
Esta declaración expresa la posición del Grupo de Trabajo Élites empresariales, estado y dominación y no necesariamente la de los centros e instituciones que componen la red internacional de CLACSO, su Comité Directivo o su Secretaría Ejecutiva.

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