Crónica desde Brasilia: el Caribe presente en la Marcha de las Mujeres Negras 2025

 Crónica desde Brasilia: el Caribe presente en la Marcha de las Mujeres Negras 2025

Por Maydi Estrada Bayona, co-coordinadora del Grupo de Trabajo CLACSO Cuerpos, territorios, resistencias

El pasado 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, se realizó en Brasilia la Marcha de las Mujeres Negras, un espacio de reivindicación, lucha y articulación para los movimientos feministas y antirracistas de América Latina y el Caribe. Allí estuvo presente Maydi Estrada Bayona, co-coordinadora del Grupo de Trabajo CLACSO Cuerpos, territorios, resistencias, quien comparte esta crónica sobre los procesos políticos y espirituales que se fortalecieron durante las jornadas.

Tejidos ancestrales, articulación política y horizonte caribeño

Los días previos a la marcha fueron escenario de intensos trabajos colectivos, diálogos y rituales de preparación. En este contexto, se consolidó la Red Binacional integrada por organizaciones de mujeres de Haití y República Dominicana, con el objetivo de preparar el Congreso 17 de EFLAC en Haití, 2027.

Asimismo, tomó forma el Bloque Caribeño para la Marcha Mundial de Mujeres Negras, orientado a construir una agenda política común que articule apoyo a EFLAC y visibilice las luchas del Caribe en defensa de los derechos humanos, la autonomía de los cuerpos y la justicia social.

Entre cánticos resonó una consigna que marcó el ánimo de las jornadas:
“Sí, sí, sí, el Caribe ya está aquí”.

Reparación, dignidad y justicia

Las discusiones y proclamas que acompañaron la marcha denunciaron violencias históricas y actuales:

  • el derecho a la tierra y a la dignidad,
  • la violencia contra mujeres migrantes y racializadas,
  • las deportaciones y la criminalización de la movilidad,
  • la justicia epistémica frente a las necropolíticas,
  • las desapariciones de personas en flujos migratorios,
  • la militarización y presencia guerrerista de Estados Unidos en aguas caribeñas,
  • y los bloqueos que afectan a países como Haití y Cuba.

La marcha también reclamó buen vivir, reparación y el derecho a cimarronear, como práctica de resistencia, libertad y construcción de futuro.

Palenques, ancestralidad y sanación política

El 24 de noviembre, mujeres negras y mestizas del Palenque Afectivo y del Bloque Caribeño realizaron un encuentro espiritual y político para preparar colectivamente la marcha. Allí se creó un gran mural llamado “Mundo Caribe”, que plasmó sueños, desafíos y estrategias desde los saberes ancestrales y las corporalidades diversas.

Las experiencias de la migración, el racismo estructural y la violencia transfronteriza emergieron como dolores compartidos entre las participantes. Las disidencias sexuales tuvieron un papel central, aportando miradas críticas desde el antirracismo, la transfronteridad y la defensa de la vida.


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