Amazonas, la diversidad amenazada

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales presenta el primer pliego de la serie multimedia “Amazonas, la diversidad amenazada”.

El primer texto publicado y leído es del teólogo, filósofo y escritor brasileño Leonardo Boff: “Nuestro futuro común depende de la Amazonía”, ilustrado por el dibujante argentino Rep.

Nuestro futuro común depende de la Amazonía

Vivimos en la nueva fase de la Tierra, el proceso de planetización. Más allá de su expresión económica, significa que todos estamos en la misma Casa Común, con toda la comunidad de vida. Regresamos del exilio después de millones de años y ahora estamos todos juntos en un solo lugar, en el planeta Tierra.

La Tierra no es de nadie. Es un bien común de toda la humanidad y de toda la comunidad de vida (animales, árboles, microorganismos, etc.). La Amazonía que abarca 9 países con cerca de 8 millones de kilómetros cuadrados es parte de la Tierra; Brasil y otros países no son los señores de la Amazonia. La Amazonia es de toda la Tierra, de toda la humanidad. Brasil, por ejemplo, posee solo la gestión de una parte (63%), la administra mal y de forma poco responsable.

Hoy sabemos que la Amazonia es fundamental para el equilibrio del planeta, del sistema climático, de la absorción de dióxido de carbono y, además, regula el ciclo de lluvias de gran parte del mundo. Esto significa que toda la humanidad tiene una responsabilidad sobre la Amazonia, no es solo de Brasil y el resto de los países amazónicos. El futuro de la vida en la Tierra se juega en la conservación o destrucción de la Amazonia.

Los pueblos indígenas, los habitantes originarios de estas tierras conocen el ritmo de la selva, saben cómo preservarla. Son nuestros maestros y doctores, no solo los científicos que tienen una visión desde afuera. La belleza del documento preparatorio al Sínodo Panamazónico es hacer que los nativos sean los protagonistas principales, a fin encontrar soluciones verdaderas y sostenibles para este inmenso bioma.

El propio Papa Francisco advirtió «que el futuro de la humanidad y de la Tierra está vinculado al futuro de la Amazonia; por primera vez, se manifiesta con tanta claridad que desafíos, conflictos y oportunidades emergentes en un territorio, son la expresión dramática del momento que atraviesa la supervivencia del planeta Tierra y la convivencia de toda la humanidad». Son palabras graves, menospreciadas por las grandes corporaciones depredadoras, porque se dan cuenta de que deberían cambiar de modo de producción, de consumo y de descarte. Pero prefieren el lucro a la salvaguarda de la vida humana y terrenal.

En la visión de los astronautas es evidente: desde la Luna o desde sus naves espaciales, Tierra y Humanidad forman una única entidad. El ser humano es aquella porción de la Tierra que comenzó a sentir, a pensar, a amar y a cuidar. Somos Tierra con la misión ética de cuidarla y guardarla.

Viven en la Amazonía 37.731.569 habitantes, 2,8 millones de los cuales son indígenas de 390 pueblos diferentes, que hablan 240 idiomas, de la rica matriz de 49 ramas lingüísticas, un fenómeno inigualable en la historia de la lingüística mundial. Los grandes incendios que afectaron millares y millares de kilómetros cuadrados representan una agresión directa a la vida agravada por la negligencia del presidente Bolsonaro que quiere implementar minerías y un extractivismo ilimitado en esta vasta región.

Si la Amazonia fuese completamente abatida, todo el sur de Brasil hasta el norte de Argentina y de Uruguay se transformaría en una sabana, o quizás en un desierto. 50 mil millones de toneladas de dióxido de carbono serian lanzados en la atmosfera, lo que haría imposible la vida en toda esta región. De ahí la importancia vital de ese bioma multinacional para el futuro de la vida en la Casa Común.

Un grupo multitudinario de indígenas con subscripciones de obispos, científicos y otras tantas personas de todo el continente ha elaborado un documento para que sea asumido por el Sínodo Panamazónico y personalmente por el papa con el título “Amazónia, santuario intangible de la Casa Común”. Al igual que otros biomas fueron considerados por la UNESCO patrimonio de la Humanidad, con mucha más razón lo es la Amazonía, dada su importancia vital para el futuro de la vida y de la humanidad.

Leonardo Boff pertenece a “Carta de la Tierra”

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