Aborto y democracia en México, Argentina y Uruguay

 Aborto y democracia en México, Argentina y Uruguay

En el marco del Ciclo “Pensar la política y las sociedades contemporáneas desde la izquierda crítica”, el 18 de febrero la antropóloga y feminista mexicana Marta Lamas ofreció la conferencia magistral “Aborto y democracia en México, Argentina y Uruguay”, comentada por Karina Batthyány, Secretaria Ejecutiva CLACSO.

La conferencia se dio en el marco de la línea de investigación “Gobernabilidad, democracia y procesos sociopolíticos en América Latina”. Coordinadores del ciclo: René Torres-Ruiz y Darío Salinas Figueredo.



Marta Lamas Encabo, es también catedrática de ciencia política del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y profesora/investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México adscrita al Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG). Desde 1990, edita una de las más importantes revistas feministas de América Latina, “Debate Feminista”. ​ Fue nominada para el Premio Nobel de la Paz en 2005 y, dos años más tarde, recibió el Premio “Doctor honoris causa con perspectiva de género” de la Universidad de Oaxaca (México).

En su detallada exposición, Marta Lamas sostuvo que “los tres países de los que quiero hablar han tenido procesos de lucha por la legalización del aborto muy distintos. En México la legalización solo ocurre en la Ciudad de México en el 2007, luego va a ser hace dos años apenas, en el 2019, que uno de los 31 Estados restantes, Oaxaca, también despenalice siguiendo el mismo modelo de la Ciudad de México. Ahí la intervención de la Iglesia no fue muy abierta, México es un país que se supone que tiene separación del Estado, que tuvo una revolución socialista a principios de siglo y en donde el intervencionismo religioso no fue muy abierto (…) La acción más abierta de lucha política se va a dar después de la legalización en la Ciudad de México y va a tomar la forma –y sigue tomando hasta la fecha– de cambiar las constituciones en México: son 32 Estados, 32 entidades federativas, y cada entidad federativa tiene su propio Código Penal y su propia Constitución estatal, y la estrategia fue meter una reforma a las constituciones protegiendo la vida desde el momento de la concepción pensando que de esa manera ya no se iban a aceptar las causales de no punibilidad que existen sobre el aborto. Tenemos en este momento que hace dos semanas se acaba de hacer otra de estas reformas que además se nombran como reforma antiaborto. Curiosamente todos los países europeos que tienen despenalizado el aborto tienen la protección de la vida porque es un valor general que admite también excepciones, como la legítima defensa, como el aborto. La forma en que el proceso se da en México es muy interesante porque se da en una ciudad que es la Ciudad de México (antes llamada Distrito Federal) en donde gana la izquierda por primera vez las elecciones y es al cobijo de la izquierda y muy de la mano de la izquierda que se logra el tema de la interrupción legal del embarazo –ILE se llama en México–. Y va a ser además cuando en las elecciones presidenciales del 2006 en donde el candidato de la izquierda, que es el actual presidente López Obrador, va a perder por un margen de 0.1%, no se va a hacer todo el recuento de los votos, y esa izquierda que pensaba que iba a ganar las elecciones se queda tan enojada sintiendo que le han robado la presidencia y le han robado la elección, que está dispuesto a hacer algo que las feministas llevamos mucho tiempo luchando y que tenía que ver con la despenalización del aborto. Y se puede hacer en una ciudad como la Ciudad de México, en ese momento el gobernante era Marcelo Ebrard, nuestro actual secretario de Relaciones Exteriores. Entonces el tema ha sido complicado en México, ha tenido que ver con una postura de izquierda y con una lucha por la democracia y ha estado de alguna manera condicionado por esto. Yo creo en lo personal que si Andrés Manuel hubiera ganado esas elecciones o que el cómputo hubiera sido favorable, no hubiera habido despenalización en la Ciudad de México, tuvo que ver mucho con el conflicto político.

En Uruguay el proceso fue distinto, en Uruguay empieza a discutirse la iniciativa desde hace muchísimo tiempo, es uno de los debates ciudadanos más interesantes. Además Uruguay yo creo que es el país más laico que hay en América Latina. Cuando se lleva por primera vez a la Cámara una última propuesta de aborto sí gana en diputados por una mayoría no muy amplia –47 votos a favor y 40 en contra– pero son 3 días de discusión acaloradísima al respecto. Cuando la Iglesia católica se da cuenta de que había grandes probabilidades de que la ley fuera aceptada en el Senado, va a desplegar una estrategia de presión muy común en ellos: son llamadas personales a los senadores, envíos de cartas por ejemplo a algunos que tenían hijos que asistían a colegios católicos en el sentido de que si votaban la reforma pues van a tener que sacar a sus hijos de esas escuelas. Hasta entonces los grupos llamados pro vida habían tenido un perfil muy bajo en Uruguay pero en ese momento empezaron a salir a la calle grupos, grupos de mujeres, mujeres vestidas de blanco, a juntar firmas a favor de la vida y en contra del aborto. El arzobispo de Montevideo llamado Nicolás Cotugno declaró que ningún legislador que se llame cristiano puede votar esta ley y los principales líderes políticos luego ahí se pronunciaron en contra. La iniciativa fue rechazada en el Senado con 17 votos en contra y 3 a favor y una senadora por el Frente Amplio, Margarita Percovich, declaró: si el proyecto no hubiera que aprobarlo levantando la mano, si la votación fuera en secreto, la mayoría lo hubiera votado. En el 2004 el triunfo de la izquierda en las elecciones presidenciales en Uruguay va a despertar de nuevo esperanzas, el Partido Socialista ha sostenido una postura a favor de la legalización del aborto y durante la campaña electoral del vicepresidente Rodolfo Nin Novoa se compromete en diálogos públicos con las feministas que ni bien gane el Frente Amplio la ley del aborto va a ser uno de los primeros proyectos que se van a apoyar. Sin embargo el presidente Tabaré Vázquez anunció que mientras él fuera presidente de la República no habría una ley de aborto y que si el Parlamento llegaba a aprobarla él la iba a vetar. Hubo que esperar el triunfo de José Mujica para que se aprobara la ley en octubre del 2012.

En Argentina se presenta un proyecto de ley en el Gobierno de Macri en el 2018, Macri plantea que él se va a mantener neutral, incluso hay diputadas de su partido que argumentan a favor, la ley gana en Diputados con una votación también muy justa de 129 a favor y 125 en contra, pero en Senadores pierde con un 38% en contra y un 31% a favor. Pero lo que hace muy notable el caso de Argentina es el surgimiento de la marea verde que va a tener como antecedente una movilización contra la violencia hacia las mujeres que se llamó ‘Ni una menos’ en el 2015 que va a sacar a cientos de miles de mujeres sobre todo chicas muy jóvenes a la calle y que va a empezar a convertirse en una forma de movilización política callejera muy fuerte. Argentina es un país que tuvo una dictadura brutal y que tuvo un proceso de transición a la democracia de 37 años en donde muchos grupos de Derechos Humanos, sindicatos, grupos de distinta filiación política, apostaron por esa democracia, y tiene un nivel de concientización de la política democrática que no lo tenemos en México claramente a nivel popular. Además, el movimiento de mujeres lleva 35 años haciendo un Encuentro Nacional de Mujeres, es un encuentro que no está financiado por ningún partido, ninguna organización, en donde llegan las mujeres pagándose sus propios recursos, a hablar de toda una problemática que evidentemente sirvió como articulador para eso. Pero la marea verde aparece a ojos de más sociedades de América Latina justamente con este primer intento de legalización en el 2018 y llega a sacar un millón de personas a la calle con sus pañuelos verdes que es un poco haberse apropiado el símbolo de lucha de las madres y abuelas de las personas desaparecidas durante la dictadura. Entonces qué es lo que cambia en Argentina la legalización ahora en el 2020. Hace mucho tiempo politólogas feministas hablaban de que para conseguir un cambio se necesitaba un triángulo de oro. El triángulo de oro implicaba en una esquina tener un movimiento fuerte en la calle, una ciudadanía exigiendo derechos todo el tiempo. En la otra esquina tienes a la Academia, a los universitarios, al pensamiento dando argumentos, dando estadísticas, fundamentando esas demandas. Y en la punta tienes a los funcionarios, a la gente que está en la toma de decisiones. Y en Argentina vemos varias cosas, vemos ese movimiento en la calle de forma masiva que se expresa desde el 2018 (…), tienes una Academia trabajando, investigando el tema, y vas a tener en la punta de la toma de decisiones no solamente a un presidente que desde su campaña electoral –cuando él va a visitar a Mujica a Uruguay están los dos con el pañuelo verde y hace una declaración muy importante tanto Mujica como Fernández– sino que vas a tener este fenómeno de las feministas de gobernanza, de activistas feministas que después de una lucha política llegan a ocupar puestos en el Gobierno”.

Karina Batthyány, al comentar la conferencia de Marta Lamas, rescató que CLACSO está trabajando fuertemente en torno a la temática de la desigualdad de género y que “el tema de los derechos sexuales y reproductivos y del aborto en América Latina y el Caribe es uno de nuestros ejes prioritarios. Como bien planteaba Marta en su conferencia, cuando uno mira el panorama actual en América Latina y el Caribe lo que encontramos es que el aborto o bien está prohibido o bien está muy restringido o poco despenalizado. Esa es la situación que ella planteó, la ilustró para tres países, pero planteó en general la situación en toda América Latina y el Caribe. Y este es un tema que preocupa porque los países que han despenalizado el aborto –Cuba, Puerto Rico, Uruguay, Argentina y por supuesto los Estados de Ciudad de México y Oaxaca allí en México– son una excepción a la regla que se extiende en toda nuestra región y que salvo estos casos y por algunas circunstancias, hay incluso penas muy fuertes contra las mujeres. Quizás lo más paradigmático son los 5 países latinoamericanos y caribeños que rechazan el aborto en cualquier circunstancia: República Dominicana, Haití, Honduras, Nicaragua y El Salvador. El Salvador particularmente a mí me sorprende por la forma extremadamente agresiva de enjuiciar a las mujeres acusadas de aborto; hoy en día tenemos más de 12 mujeres salvadoreñas en prisión por haber abortado y algunas con sentencias de más de 40 años de cárcel, incluso sentencias que son mayores, que duplican en muchos casos, a los casos de las sentencias o las penas por violación. Esto es realmente dramático porque además sabemos como nudo de la desigualdad que esto se articula con otras desigualdades y que particularmente son las mujeres más pobres, las más jóvenes, las víctimas de violación, las que tienen que recurrir a este tipo de prácticas y poner en riesgo ya no sólo su salud sino también su libertad en estos países. Tenemos que ser bien conscientes que hoy el 97% de las mujeres latinoamericanas y caribeñas en edad reproductiva viven en países donde el aborto no está permitido, y con las dificultades que tiene el acceso y la rigurosidad a estos datos, pero más o menos se estima que entre 5.000 y 10.000 mujeres se mueren en nuestra región a causa obviamente de abortos no legales, de abortos clandestinos. Este es además de un problema de salud pública –como bien se dijo acá y por allí comenzó a Marta su conferencia– es un tema de índole política ya que las mujeres no podemos decidir de forma legal sobre nuestros propios cuerpos y esto se agrava en las situaciones de pobreza y de violencia en la que muchas mujeres viven en nuestra región latinoamericana y caribeña. Marta lo decía con mucha claridad: que el aborto esté prohibido no significa que no exista, siempre ha existido y va a continuar existiendo, simplemente cuando el aborto está prohibido lo hace de manera segura quien puede, quien tiene los recursos, quien tienes los contactos para interrumpir su embarazo, mientras que la gran mayoría de las mujeres tienen que hacerlo poniendo en riesgo su vida o su libertad.”


Si desea recibir más información sobre las propuestas de formación de CLACSO:

[widget id=”custom_html-57″]

a nuestras listas de correo electrónico.