“Alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe”

 “Alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe”

(Transcripción de la Columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 14 de septiembre 2022)

Hoy te propongo recorrer los principales contenidos del último informe sobre Desarrollo Humano que se dio a conocer el 8 de septiembre en Nueva York. El informe sobre Desarrollo Humano se realiza desde 1990 de manera ininterrumpida por parte del Programa de Naciones Unidas  para el Desarrollo (PNUD) y pretende ser una radiografía de cómo está el desarrollo en los distintos países año tras año.

Justamente este último informe se llama como el título “Tiempos inciertos, vidas inestables: configurar nuestro futuro en un mundo en transformación”. El informe advierte de la existencia de múltiples capas de incertidumbres que se conectan entre sí y que están provocando una desestabilización sin precedente en la vida de todos y de todas. Y nos muestra cómo los dos últimos años han resultado devastadores para miles de millones de personas en todo el mundo producto por supuesto de la pandemia de COVID-19, pero también de la guerra entre Rusia-Ucrania, la relación con las transformaciones sociales y económicas, los cambios a nivel planetario y el avance que ellos llaman a la polarización.


Por primera vez en estos 32 años de que el PNUD lleva elaborando el índice de Desarrollo Humano, donde mide la situación de la salud, la educación y las condiciones de vida en los distintos países, ha empeorado a nivel mundial durante dos años consecutivos (justamente por la pandemia). Este índice ha retrocedido a niveles de 2016, revirtiendo buena parte de los avances hacia los que se llaman ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) definidos por Naciones Unidas. El retroceso es prácticamente universal, ya que más del 90% de los países registran un deterioro de los niveles de su IDH (Índice de Desarrollo Humano) en 2020 o 2021. Y más del 40% registran un retroceso en los dos años: una demostración de cómo la crisis sigue empeorando para muchos países.

Algunos países están empezando lentamente a recuperar el terreno perdido, pero es parcial y desigual; lo que amplía aún más las brechas en el desarrollo humano a nivel global. Es decir, brechas entre aquellos países con mayores niveles de desarrollo y aquellos con desarrollo medio o con bajo nivel de desarrollo.

Si miramos la situación de América Latina y el Caribe, se ha visto particularmente afectada como región. Al observar el IDH que captura la situación de los países de nuestra región a fines de 2021, vemos cómo varios países de la región sufrieron retrocesos significativos en el desarrollo humano comparado con 2019 (situación pre-pandemia). Nuestra región fue justamente una de las regiones más afectada por la pandemia. Recordemos que tenemos algo así como el 9% de la población y durante la pandemia tuvimos el 33% de las muertes por COVID-19 a nivel mundial. Y, también, como resultado de la pandemia, fue la región con la contracción económica más fuerte: cerca de un 7% en 2020.

Algunas de las economías -como decía- se han recuperado parcialmente en 2021, pero la recuperación a nivel regional es lenta y desigual. El informe de IDH para 2021, examina por qué no se están produciendo los cambios necesarios y avanza en algunas hipótesis o algunas explicaciones, como por ejemplo la interconexión entre inseguridad y polarización y el impacto que estos elementos tienen en la erosión de la solidaridad y de la acción colectiva necesaria para combatir la crisis en todos los niveles. En el informe de IDH hay algunos cálculos interesantes: muestra que las personas que tienen una mayor sensación de inseguridad son más propensas a caer en el extremismo político, lo que a su vez (lo agrego yo) tiene que ver con las consolidaciones o desarrollos democráticos en nuestra región.

Por otra parte, ya antes de la pandemia del COVID-19, se veía esta paradoja que supone un progreso acompañado por una mayor inseguridad y una creciente polarización. Una tercera parte de la población mundial hoy en día –de acuerdo a este informe– se siente estresada y menos de un tercio confía en los demás, lo que supone un importante obstáculo a la hora de adoptar políticas constructivas para las personas y el planeta en general. Este informe reconoce una pequeña ventaja de oportunidad para tratar de reiniciar los sistemas y construir un futuro con acciones decisivas frente, por ejemplo, al cambio climático y crear oportunidad para todas las personas.

En esa búsqueda de nuevos rumbos, el informe recomienda aplicar políticas dirigidas a fomentar las inversiones desde las energías renovables hasta la preparación frente a crisis o situaciones pandémicas como las que se acaban de atravesar y el aseguramiento de las personas por medio de la protección social para poder preparar a las sociedades ante las contingencias de este mundo incierto, por eso titulan así el informe. El informe también plantea la necesidad de innovación en múltiples dimensiones como la tecnológica, económica y cultural que pueden desarrollar capacidades para responder a los desafíos que vayan surgiendo en el futuro.

Este informe global del IDH también tiene un capítulo latinoamericana, es decir, también hay un informe regional que se presentó hace pocos días y se destaca que en nuestra región se encuentra “empantanada” en una trampa que no le permite avanzar hacia la consecución de la agenda 2030 y los objetivos de desarrollo sostenible.

Según los datos del PNUD, los progresos conseguidos en las últimas décadas en nuestra región son más desiguales que en las otras regiones del mundo comparables de acuerdo a los indicadores de niveles de desarrollo. Además de que los indicadores sociales en nuestra región están por debajo de lo que deberían, tomando en cuenta que se trata en promedio de una región de renta media.

En la publicación del pequeño informe para América Latina, se titula: “Atrapados: Alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe”. Y se afirma que nuestra región está inmersa en un círculo vicioso alimentado por la concentración del poder, por la violencia y por las políticas de protección social deficientes. Tres factores que se retroalimentan, interactúan y potencian entre sí.

También este informe de América Latina hace un llamado a los latinoamericanos y latinoamericanas para que comprendan la conexión entre estos factores y destaca un punto de entrada que puede servir para liberarse de ese bajo crecimiento y esa alta desigualdad. Además, la implementación de sistemas universales de protección social que sean redistributivos, fiscalmente sostenibles y más favorables al crecimiento.

Entonces, quería compartir estos contenidos del informe sobre Desarrollo Humano, porque están muy en sintonía con varias de las columnas que hemos desarrollado en InfoCLACSO, especialmente haciendo énfasis en esta idea de la protección social a nivel universal, que sin dudas sigue siendo una materia pendiente en América Latina y el Caribe. Entonces, recomiendo a todos y todas que puedan consultar tanto el informe en su versión global como el informe regional “Atrapados: Alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe”.

-Pensaba algunas variables que vuelven a remarcar lo preocupante que venís comentando hace tiempo, que profundizaron las lógicas más dramáticas de las desigualdades. Cuando el informe habla de innovación, que interesante sería que esos procesos de innovación se empiecen a dar en muchos ámbitos, como un sistema universal de protección social. Qué difícil es a veces que la innovación y los decisores de políticas públicas puedan innovar por ahí y no que la innovación sólo esté puesta, por ejemplo, en los sectores industriales o en otros lugares más relacionados como “optimizar las ganancias” y no pensar en el impacto en la gente.

-Absolutamente. Tiene que ver en términos de la necesidad de desplazar este mecanismo que hoy en nuestra región latinoamericana se impone: nos referimos al mercado como articulador de todo con esas lógicas de ganancia, de búsqueda de lucro y colocar sobre la mesa la necesidad de asegurar determinado derechos y determinados bienes como bienes públicos y en condición de sus derechos universales para todos y todas. En parte también se realiza logrando finalmente esa materia pendiente que tiene nuestra región que es el bienestar social y la protección social para todos y todas. Recordemos también la baja cobertura a nivel del número de países que tiene algo tan básico como el seguro de desempleo en momentos donde se da una inseguridad en el mercado de trabajo como lo que pasó en la pandemia y ocurre hoy. Pocos países de América Latina y el Caribe –7 u 8– tienen prestación de desempleo y el resto no lo tiene. Entonces, ahí está el camino que tenemos transitar… Por supuesto se relaciona también con los pilares básicos del bienestar social que hemos estado planteando aquí y por supuesto tiene que ver con la temática educativa.


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