“Poner fin a las desigualdades. Poner fin al SIDA. Poner fin a las pandemias”
(Transcripción de la Columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 1 de diciembre 2021)
Tenemos varias pandemias. Hemos abordado aquí en estas columnas de InfoCLACSO, la de violencia de género la semana pasada, y hoy vamos a trabajar con el Día Mundial de SIDA, porque el 1 de diciembre de todos los años se conmemora el Día Mundial de SIDA. Y justamente en este 2021 se cumplen los cuarenta años de la primera descripción clínica de casos de lo que se conoció como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) y 38 años desde que se identificó al VIH en los laboratorios del Instituto Pasteur de París.
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONU-SIDA) estimó justamente para esta fecha que, a lo largo de estas cuatro décadas de pandemia, 79 millones de personas contrajeron la infección por el VIH, y casi 40 millones de personas fallecieron a causa del SIDA.
Esa tasa de letalidad acumulada, que orilla el 50%, y que sin duda cuando la mencionamos espanta, también esconde un fenómeno positivo que es el descenso de la tasa de letalidad en los últimos quince años gracias al avance de los tratamientos antirretrovirales.
Hablamos del famoso “cóctel” como lo conocemos: una combinación de medicamentos que permite controlar la multiplicación del virus e impide por tanto que el mismo destruya las defensas del cuerpo, reduciendo las posibilidades de transmitirlo.
Desde el pico que se alcanzó en el cambio de milenio allá por el 2000, las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 52% y esto es una buena noticia. Hoy en día las nuevas esperanzas están puestas en la vacuna contra el VIH, que ya pasó de la fase III, y permitiría que personas VIH negativas sean inmunes al virus.
Sin embargo, el VIH sigue amenazando al mundo pese al avance de la investigación científica. Naciones Unidas nos advierte que en los últimos años asistimos a una ralentización en el ritmo al cual se van reduciendo las nuevas infecciones por el VIH y también una ralentización en las muertes relacionadas con el SIDA. Por ejemplo, según ONU-SIDA en el año 2020 unos 38 millones de personas tenían VIH, se infectaron 1,3 millón de personas, y fallecieron unas 680 mil personas.
Sucede que al igual que como vemos con las nuevas cepas de coronavirus con la variante Ómicron, es el acceso desigual (una dimensión más de las desigualdades en este caso) a las terapias, medicamentos y vacunas las que ponen en definitiva un freno al combate a la enfermedad: al Coronavirus que es la que está en la prensa hoy en día, pero también toda esta temática del VIH SIDA.
Si bien en la última década se produjo una notable difusión en el acceso a la terapia antirretroviral, aumentando la población en tratamiento de 7,8 millones en 2010 a 28,1 millones en 2021, nuevamente Naciones Unidas (ONU) estima que unas diez millones de personas con VIH hoy no acceden a los tratamientos, y otros seis millones ni siquiera saben que son positivos por falta de acceso a estudios de diagnóstico.
Por ese mismo motivo, este año 2021 Naciones Unidas centra su atención en la neceSIDAd urgente de acabar con las desigualdades que ayudan a propagar el SIDA y otras pandemias en todo el mundo, bajo el lema “Poner fin a las desigualdades. Poner fin al SIDA. Poner fin a las pandemias”. Aquí encontramos otra de estas dimensiones de las desigualdades que venimos recorriendo cada miércoles en InfoCLACSO.
Al igual que sucede con el COVID-19 en los últimos meses, el principal factor de desigualdad en relación al VIH y el SIDA es el factor geográfico. Hoy en día, África subsahariana concretamente contiene a dos tercios (67%) de las personas que viven con el VIH. Al interior de esa región también las mujeres y las niñas representan el 63% del total de nuevas infecciones por el VIH en 2020.
La combinación de las dos pandemias, la del COVID-19 y la de VIH-SIDA, plantea un escenario de preocupación en todas partes del mundo y de preocupación muy particular en el caso de África. Los estudios más recientes han mostrado que el riesgo de morir por COVID-19 entre las personas con VIH es el doble que el de la población general. A mediados de 2021, la mayoría de las personas que vivían con el VIH no tenían acceso a las vacunas anti-COVID-19. En julio de 2021, menos del 3% de las personas en África habían recibido al menos una dosis de la vacuna anti-COVID-19. Ya hemos tratado el tema de las vacunas pero vuelve a escena también en este Día Mundial del SIDA.
Quiero recordar también que desde CLACSO y en conjunto con la Alianza Liderazgo en Positivo y Poblaciones Clave, hemos trabajado durante 2021 en la realización de un Programa de Alfabetización y un Diploma Superior en VIH desde la perspectiva de la salud colectiva. En este programa se formaron más de 250 referentes sociales de 17 países de América Latina. Recordemos que en nuestra región en América Latina y el Caribe viven casi un millón y medio de personas con VIH.
De ese curso, han salido además algunas publicaciones y otros materiales audiovisuales que les recomiendo visitar (disponibles como siempre en nuestro sitio), donde podemos encontrar vivencias, experiencias y memorias de quienes pese a las limitaciones que les imponía su estado de salud y el estigma social que se le aplica en muchos casos a estas personas, se organizaron, crearon conciencia colectiva y buscaron soluciones, incidiendo en las políticas de salud de los gobiernos de nuestra región, para mejorar la situación de las personas que viven con VIH y hacer -como siempre decimos- de nuestras sociedades, sociedades más justas e igualitarias.
Quería traer este tema por el 1 de diciembre (Día Mundial del SIDA) y porque además, como siempre decimos, éste va a ser uno de los ejes también en nuestra Novena Conferencia #CLACSO2022. Este tema va a estar presente en más de un eje, como en los ejes vinculados a salud colectiva y en los ejes vinculados a derechos sexuales y reproductivos.
Entonces, aprovecho también para recordarles a todos y todas quienes nos están escuchando (o leyendo) que el 10 de diciembre de 2021 vencen las inscripciones para participar de nuestra Conferencia #CLACSO2022 en junio (en 6 meses) en México en la UNAM (UniverSIDAd Nacional Autónoma de México). En esa fecha vence el período para enviar ponencias, para participar y comunicar allí sus trabajos. Y queremos verlos a todos y todas en México para tratar el tema de hoy y todos los temas que venimos abordando miércoles a miércoles aquí en esta columna de InfoCLACSO.
-Karina, clarísimo lo que tú decías… Me impresiona mucho, porque cuando ibas haciendo el relato inclusive recordaba lo que fueron esos tiempos, mucho en el recuerdo de lo que algunas cosas se fueron escuchando y lo que se veía en las noticias cuando aparecían los primeros casos de VIH la intención de sectorizar, de enmarcarlo en algún lugar, de decir que sólo era una parte del mundo, tiene tanta similitud con lo que vivimos con respecto a Ómicron y este intento de aislar a Sudáfrica, a una parte de África. Tiene tanta relación que da la sensación de que esa lógica cíclica de desigualdad es tan brutal y tan reiterativa que digo: ¿Aprendimos algo en estos años?
No solamente brutal y reiterativa, sino que es una excelente muestra de cómo se interceptan o se entraman (si queremos usar el título de nuestra próxima Conferencia) los hilos y las dimensiones de las desigualdades. Acá lo vemos con mucha claridad en la cuestión geográfica que tú mencionas y también en las formas en que estas dimensiones se intersectan, se combinan y, por supuesto, la consecuencia es la potenciación de estas desigualdades a veces por un tema, a veces por otro o con diferentes (no quiero decir excusas) ejemplos, podemos analizar cómo esto se va dando y es un tema de mucha preocupación. Una vez más vemos también cómo el acceso a lo que deberían ser bienes públicos, bienes colectivos o bienes comunes –la salud en general y las vacunas en particular– están en el origen de estas desigualdades.
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