“La pandemia nos deja como lección la necesidad de volver a discutir la ecuación Sociedad-Estado”
(Transcripción de la Columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 10 de noviembre 2021)
La semana pasada hablamos de la temática del Cuidado. Entonces, hoy nos podemos mover hacia un concepto un poco más amplio que es el de Bienestar Social y el de Protección Social, que sin dudas es uno de los ejes de la #Conferencia2022 en junio como venimos anunciando en todos los InfoCLACSO.
-En realidad yo creo hay que empezar por el Bienestar Social que incorpora los temas que tú estás planteando, pero es en realidad una temática más amplia. Y cuando hablamos de Bienestar Social, estamos hablando en realidad de las políticas, las políticas públicas en general, para tratar de acompañar, de reducir o de eliminar en algunos casos, los riesgos que todos y todas atravesamos a lo largo de nuestra vida. Entonces, cuando hablamos de Bienestar Social sin dudas estamos hablando de seguridad social como tú dijiste, estamos hablando de salud como tú también dijiste, estamos hablando de educación, de trabajo, más recientemente de cuidados y de varios otros temas que componen esas distintas áreas o esas distintas dimensiones que todos y todas necesitamos para nuestro bienestar individual (como personas) y para nuestro bienestar colectivo (social) como sociedad.
Ese es un tema que va a recorrer varios ejes de nuestra #Conferencia2022. Y es un tema que en América Latina es una materia pendiente, porque efectivamente nuestros estados Latinoamericanos y Caribeños no llegaron o no alcanzaron a completar lo que se denominan Estados de Bienestar Social. Algunos tienen alguna aproximación mayor, otros menor; algunos están en franco déficit en términos de bienestar social.
¿Y por qué traigo este tema? Porque siempre fue un tema muy importante, donde uno tiene que discutir, o mirar, analizar la articulación entre varios agentes proveedores del bienestar. ¿Cuáles son los más conocidos? El Estado, el mercado, si miramos la literatura el 80% de la discusión del bienestar social se dirige a eso: cuánto de Estado y cuánto de mercado en áreas claves como educación, salud, trabajo, seguridad social. Pero también más recientemente hemos incorporado otros agentes proveedores de bienestar, por ejemplo: los hogares, las familias o las comunidades. Entonces de la combinación de cómo se distribuye la responsabilidad y las actividades en torno al bienestar social, es que surgen las distintas matrices de bienestar o de protección social. Y en América Latina ese es un tema absolutamente clave, porque los Estados en muchos periodos se redujeron en su mínima expresión; en esa discusión cuánto de Estado y cuánto de mercado, ganó el mercado muchas veces: pensemos en la educación y en la salud.
Y con la pandemia este tema quedó más que claro, porque también hoy a 18 meses de iniciada la pandemia, ya en una perspectiva de salida aparentemente, cuando miramos los estudios que hay vemos que efectivamente las respuestas de los distintos estados a nivel mundial pero también aquí (América Latina), son bien diferentes en función de los sistemas de bienestar social previo. Por ejemplo: En el caso de Uruguay, que se pone de ejemplo siempre por muchas razones y también en el manejo de la pandemia, para comprender lo que pasó con la pandemia en Uruguay más allá del pico crítico que tuvo, responde a la existencia de dimensiones del Estado de Bienestar muy presentes como un muy buen sistema de salud, por poner un solo ejemplo. Y allí aparecen estas discusiones que tú planteas: ¿Cómo hacemos para asegurarles a todos y todas esto? Una posibilidad puede ser la renta básica o el ingreso ciudadano (tiene distintos nombres), para garantizar que todas las personas independientemente de su posición en el mercado de trabajo o de su acceso a recursos de otra fuente, puedan garantizar cubrir sus necesidades básicas, sus necesidades mínimas en materia de educación, salud, trabajo, cuidados…
-En ese sentido, Karina, da la sensación que todavía era una discusión difícil de avanzar, porque mientras algunos gobiernos en la región están planteando una reducción al mínimo de los estados, pensar en una renta básica parece tantos pasos más allá de lo que algunos gobiernos, sobre todo en la lógica de derecha o centro derecha, podrían llegar a dar que parece complejo. Pero entiendo que el panorama de América Latina y el Caribe es de luces y sombras, porque en algunos lugares posiblemente se puede pensar con más cercanía algo así.
-Sí, claramente es de luces y sombras o de encrucijadas como nos gusta llamarlo nosotros en CLACSO, porque algunos países -el caso de Uruguay nuevamente- volvió a una lógica neoliberal y por supuesto de recortes en materia de las políticas sociales, las políticas de bienestar social, pero también hay otros países que han retomado sendas progresistas o sendas de gobiernos de corte más populares y eso lo observamos permanentemente no solo hoy, siempre en América Latina y el Caribe. Allí lo importante creo que la pandemia nos deja como lección la necesidad de volver a discutir la ecuación Sociedad-Estado, o Estado-Sociedad como más te guste a ti, y colocarla en el centro. Y es por eso que este tema va a ser un eje muy significativo en la #Conferencia2022 que atraviesa otras dimensiones, porque esa ecuación de Sociedad-Estado va a estar presente en el eje de Educación, de Género, de la Salud, y así podría ir nombrando unos cuantos ejes más. Creo que ese tema es una discusión de actualidad en nuestra región y para la cual quienes van a estar presente en nuestra #Conferencia2022 son cientistas sociales, de las Ciencias Humanas, integrantes de movimientos y de organizaciones sociales, y también del campo de las políticas públicas tendrán mucho para aportar en esta discusión. ¿Por qué? Porque lo que queremos, en definitiva, es tratar de entender lo que sucedió, pero sobre todo construir alternativas hacia adelante.
-En este camino lo que uno ve en los registros de muchos países de América Latina es que por ejemplo las economías dentro de la informalidad que sin sostén terminan generando una serie de problemas muy grandes y en general no son tenidas en cuenta al momento de contabilizar una cantidad de cuestiones. ¿Cuánto de lo del ingreso ciudadano podría ser una forma resolutiva para estas economías informales? Y no quiero que terminemos la charla sin agregarte como un eje temático más –que tú lo has nombrado recién– que tiene que ver con el tema de la salud. Porque sabemos en algunos países de la salud pública gratuita, en otros países extremadamente onerosa y casi imposible acceder sobre todo para los sectores más empobrecidos de la sociedad. Entonces ahí pienso: economías informales, acceso a determinadas cosas o no acceso, ¿cómo juega todo eso en pensar un posible ingreso ciudadano?
-Desde ya es un elemento central el tema de la informalidad. Recordemos, lo hemos dicho en otras columnas de Info CLACSO: el 52% de quienes trabajan remuneradamente en nuestra región lo hace en el sector informal (uno de cada dos para ser más clara) y eso implica ya como punto de partida ausencia de seguridad social de todo tipo: cobertura de salud, previsión a futuro de pensión o jubilación. Por lo tanto, estamos hablando de un fenómeno de gran magnitud. Y sin dudas allí la idea del ingreso o la renta ciudadana puede ser una solución por lo menos para acceder a esos pisos mínimos –pisos mínimos – de seguridad social o de protección social. Entonces es un eje absolutamente determinante. Y de los sistemas de salud, quedó muy claro en la pandemia, no sólo en América Latino sino en el mundo, que aquellos estados con sistemas de salud públicos fuertes tuvieron mejores resultados. Y cuando digo mejores resultados quiere decir no solo que se infectaron menos personas, sino sobre todo que los fallecimientos fueron menores. Y creo que eso nos tiene que interpelar a todos y todas.
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