“Este modelo económico mostró todas sus carencias en la crisis que estamos atravesando”
(Transcripción de la Columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 14 de abril 2021)
Hoy les propongo retomar algo que conversamos el año pasado promediando la pandemia, dado que seguimos en esta situación, volver a pensar dónde están los nudos y cuáles son las propuestas para enfrentar esta crisis y ojalá para salir de ella. América Latina y el Caribe, de acuerdo a los datos que mes a mes se van liberando, sigue mostrando que es la región en desarrollo más afectada por la pandemia. Recordemos que más o menos aproximadamente tenemos en América Latina y el Caribe algo así como el 8% de la población mundial, y sin embargo tenemos más del 30% de las muertes al día de hoy por el COVID-19. Y también que la caída que ha sufrido el producto bruto el año pasado cuando hablábamos de esto en InfoCLACSO lo dábamos como una estimación; hoy tenemos el dato: ha sido la peor contracción del producto bruto interno en 120 años, concretamente cayó en 2020 un 7.7%. Y que esto, como ya también hemos mencionado muchas veces, no ha hecho más que amplificar, incrementar, agrandar las brechas estructurales de la desigualdad en esta región que sigue siendo la más desigual del planeta.
Entonces, les propongo retomar algunas de las propuestas que, por ejemplo, CLACSO discutió, trabajó, en el marco de un acuerdo con la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y que hoy resultan realmente imperioso retomar y agregar, además, algunos elementos a esas propuestas que hacíamos el año pasado.
En primer lugar, como siempre, desde CLACSO planteamos que esto es una tarea colectiva. Y cuando decimos colectiva pensamos desde el nivel más micro a los niveles más agregados desde el punto de vista social. No hay forma de que tú, yo o cualquiera de los nosotros encuentre soluciones individuales, pero tampoco hay formas de que nuestros países como Uruguay, Argentina, México, Colombia, los distintos países, encuentren salidas por sí solos para esta crisis que estamos atravesando.
Lo segundo como han planteado ya muchos, muchas y quizás los que nos están escuchando en nuestro observatorio Pensar la Pandemia, nada va a ser igual que antes y tenemos que volver a discutir esa relación entre sociedad y Estado. Y cuál es el papel del Estado que ha quedado tan evidente en el marco de esta pandemia. Y recordar que nuestro continente es muy rico en términos de sus capacidades tanto humanas, científicas, culturales, sociales. Es así que surge esta necesidad imperiosa de empezar a discutir lo que a mí me gusta llamar un nuevo contrato social o unas nuevas reglas de relacionamiento entre todos y todas. Y recordemos también que las Ciencias Sociales tienen allí un papel además protagónico justamente en el análisis, en la construcción de estas comunidades que ojalá puedan emerger tras la pandemia.
Tenemos desde CLACSO algunos temas claves como la democracia, la solidaridad, la interdependencia y de la corresponsabilidad. Pero también propuestas concretas, es decir, qué es lo que hay que hacer o por dónde hay que avanzar para encontrar soluciones. La primera –y creo que hay un acuerdo o un consenso bastante amplio en esta dirección– tiene que ver con la necesidad de rediseñar el modelo económico, replantear la reducción de la deuda y la renta básica ciudadana de carácter excepcional como plantean algunos organismos internacionales, o de carácter permanente. Pero esto hay que colocarlo sobre la mesa. Este modelo económico mostró todas sus fallas, sus carencias, en esta crisis que estamos atravesando. Y siempre, por supuesto, este diseño o rediseño del modelo económico de la reducción de la deuda y de la renta básica, desde la idea de los bienes públicos comunes como esenciales para que exista una ciudadanía realmente democrática o una ciudadanía en ejercicio.
Y eso me lleva al segundo de los planteos: cuando decimos bienes públicos, bienes esenciales, hoy el ojo de la tormenta está en el sistema de salud, en el acceso universal de la salud que planteamos como una de las soluciones hacia adelante. Y claramente dentro del tema de la salud, lo que abordamos ya en otra columna en InfoCLACSO: las vacunas y la posibilidad de acceder de manera igualitaria para todos y todas a estas vacunas. Las vacunas deben ser un bien público global común y desplazarse de esta lógica mercantil que está primando en lo que es la distribución profundamente inequitativa actual que se dan ante las vacunas. Entonces, ese tema está en segundo lugar.
En tercer lugar, que también tiene que ver con la ciudadanía, es la necesidad aún en el marco de situaciones de crisis que pueden imponer ciertas restricciones a los derechos ciudadanos de fortalecer la calidad de nuestras democracias. Y que sólo es posible fortalecerlas desde la base de un diálogo profundo entre organizaciones, estados, actores que colaboran en la vida social y desde la base de la idea de la democracia participativa. Es decir, cada uno de nosotros puede efectivamente participar en esa construcción y profundización de la democracia.
Además, por supuesto, tenemos que tener muy presente la relación con el medio ambiente: necesitamos construir una nueva relación con el medio ambiente. La pandemia nos mostró también con mucha claridad la necesidad de repensar la relación de la humanidad con la naturaleza y de la defensa de la vida, de las distintas formas de vida, de la vida en su conjunto como condición para la supervivencia de la humanidad.
En quinto lugar, que por supuesto lo abordamos todo el mes pasado en profundidad, es la necesidad también de acortar las brechas de género que es una de las consecuencias de la pandemia: el agravamiento de las brechas de desigualdad, pero particularmente de las brechas de género dentro de la desigualdad. Todo esto en definitiva no lleva a plantearnos realmente la ampliación de la agenda pública y el pensar en nuevas formas de organización social en nuevos pactos políticos, en nuevos pactos sociales, en nuevos pactos ambientales y en nuevos pactos fiscales también de distribución de los recursos, para lograr el bienestar y la protección social universal que tanto necesitamos en estos momentos.
-Karina lo importante de cada uno de estos pasos, el 2020 que parecía ser el año de la pandemia, muchos inclusive en los ámbitos económicos tenían una perspectiva de que parecía terminar en el 2020 toda esta situación. Vemos un 2021 no solamente muy complicado sino increíblemente más complejo que el 2020 con respecto a los fenómenos de la pandemia. Y pensaba entonces dos temas como para plantearte y que puedas desarrollar mínimamente: ¿es posible pensar las vacunas como bien público y cómo interpretas los aportes estatales en diferentes parte de Latinoamérica, gobiernos que hicieron más aportes para sostener las economías, tratando de evitar que las empresas entren en una situación de quiebra? Pero daría la sensación que inclusive en los países que hubo más aportes de esas características la situación igual es muy compleja y en la extensión países que no pueden abonar esas cosas… Entonces, por un lado vacunas y por la otra economía: ¿Es hoy el momento de pensar en cuestiones de modificaciones más profundas de las lógicas económicas?
-Sí, es hoy el momento en realidad de pensar en desplazar la lógica del mercado que rige en todos los elementos que tú estás planteando y que la particularidad de este 2021, a diferencia del 2020, es que quizás con cierta ingenuidad pensábamos que este problema era sólo del 2020, estamos viendo cómo está impactando en este 2021 pero además se acumulan los efectos particularmente desde el punto de vista social y económico. Todo el desgaste del 2020 se suma todos estos meses y los que quedan por transitar del 2021. En relación con las vacunas, yo tengo una convicción absoluta de la necesidad de liberar las patentes para tener una producción obviamente más rápida, más barata y más global, producción y distribución de las vacunas. Y de hecho hay una campaña internacional “Liberen las patentes” a las que personalmente pero en representación como Secretaria Ejecutiva de CLACSO me he sumado y que se está difundiendo en las redes. Estamos abogando en esa dirección, ojalá a tiempo y con impacto, porque parece que hoy la solución al problema estrictamente del COVID-19 en lo sanitario que está al alcance de las manos son las vacunas. Pero para que sean efectivas tienen que llegar rápido y a todos y todas sino es imposible.
Y en relación a los otros elementos que me planteas podemos, si tú deseas, en próximas columnas avanzar un poquito más en esos efectos que estamos viendo y en algo bien interesante que lo ha mostrado el último informe la CEPAL: cómo los distintos países de América Latina han apostado más o menos por medio del gasto público a paliar o tratar de solucionar los efectos de la crisis, obviamente los comportamientos de acuerdo al país que miramos han sido bien dispares. Mi país, particularmente, es el que peor se ha comportado en esa dirección.
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