Políticas xenófobas en la coyuntura del coronavirus: un análisis del caso húngaro
Mg. Mara Tissera Luna[1]
This article analyzes the causes and consequences of the political and media campaign developed by the Hungarian government during the coronavirus emergency, based on the review of hundreds of primary sources (of non-governmental organizations, the state, and the media) and accounts of the international students who were the target of the campaign. The thread that runs through this analysis is how the Hungarian ruling party has succeeded in instrumentalizing a xenophobic narrative to divert attention from serious governance problems and advance its strategy to secure power: political tribalism.
Introducción
¿Cuáles son las consecuencias en las vidas de los migrantes[2] cuando un gobierno implementa una campaña política y mediática xenófoba durante la emergencia del coronavirus? ¿Qué podemos aprender del caso húngaro sobre el impacto de las respuestas estatales a la emergencia del coronavirus sobre los grupos más vulnerables? En este artículo analizo las causas de la campaña política y mediática anti-migrantes de la coalición gobernante de derecha (Fidesz–KDNP) durante la emergencia del coronavirus, así como sus consecuencias en las vidas de sus blancos (diecisiete estudiantes iraníes) y la de otros extranjeros en Hungría.
Durante la emergencia del coronavirus, muchos gobiernos recurrieron a explicaciones sobre las epidemias basadas en juicios morales que asociaban a la enfermedad con “el ‘otro’, ya sea la otra raza, la otra clase, el otro grupo étnico”, con el fin de producir la ilusión de “orden y certitud” (Nelkin, Gilman, 1988, p. 362-363). La originalidad del caso húngaro reside en que la estigmatización del “otro” fue facilitada por la maquinaria de propaganda estatal anti-migración preexistente “única a nivel mundial, debido a su escala, alcance, costo, complejidad y centralización” (Barlai, Sik, 2017, 153).
Mi análisis parte de la hipótesis de que la élite gobernante húngara construye poder en base al «tribalismo político», definido por el psicólogo social y politólogo Péter Krekó como una concepción de la política entendida como una guerra entre el pueblo húngaro y el “otro”, en la que el Estado defiende a la “tribu” de amenazas externas. En particular, en los últimos años el gobierno logró explotar los altos niveles de xenofobia preexistentes entre la población (Barlai & Sik, 2017) con miras a avanzar su estrategia de política “tribal” y desviar la atención de las deficiencias en la gobernanza y la corrupción sistemática (Hunyadi et al., 2015, 6).
Mi principal técnica metodológica ha sido el relevamiento de fuentes primarias. Desde mayo de 2019, analicé casi 100 investigaciones y materiales audiovisuales de organizaciones de derechos humanos y del Estado (páginas web, publicaciones en redes sociales, Podcasts, folletos, exposiciones en eventos, etc.), y más de 150 artículos periodísticos de medios de comunicación húngaros e internacionales.
La importancia de analizar en profundidad los desarrollos políticos en Hungría casi en tiempo real radica en que Viktor Orbán (y el modelo de Estado autocrático que desarrolla en Hungría desde 2010) es considerado como un ejemplo a seguir por otros mandatarios con tendencias antidemocráticas (Oslo Freedom Forum, 24 de abril de 2020), tales como Jair M. Bolsonaro.[3]
La campaña política y mediática anti-migrantes durante la emergencia del coronavirus
¿Por qué usar la xenofobia como estrategia de gobernanza?: el miedo a los migrantes
“Antes de mudarme sabía que Hungría no era un país amistoso para los extranjeros, así que siempre me moví con cautela. En marzo, mientras charlaba con mi madre en mi lengua materna [malayalam] sentada en una estación céntrica del metro, un señor empezó a golpearme con una bolsa de plástico llena de latas de cerveza como si quisiera echarme del metro. Aunque había mucha gente cerca, ninguna me habló o siquiera me miró; me sentí sola y aislada.
Tuve dos incidentes similares de acoso y nunca me sentí cómoda en Budapest. Cuando caminaba por mi barrio anterior tenía miedo de que me estuvieran siguiendo, así que me mudé a otro donde viven más extranjeros. Estoy contenta de haberlo hecho antes del coronavirus porque ahora la gente en la calle nos mira a las personas de color con un aire acusatorio, como si hubiéramos causado todo esto.” (Estudiante internacional en Budapest. Entrevista virtual, Budapest, 28 de abril de 2020).
¿Por qué el partido gobernante húngaro decidió culpar a los extranjeros del coronavirus, en un país étnicamente homogéneo con una población migrante muy minoritaria? Para responder a esta pregunta tenemos que remontarnos a principios de 2015, cuando comenzó la serie de campañas políticas y mediáticas anti-migración. Éstas consistieron en la declaración del “estado de emergencia” por la “crisis de la migración” del verano de 2015 (que sigue vigente hasta ahora), y en la reforma del sistema de asilo, ambas siendo acompañadas por comunicados oficiales, anuncios audiovisuales, carteles en la vía pública y cuatro “consultas nacionales” que consistieron en la distribución de folletos con informaciones falsas a ocho millones de hogares húngaros (Batory, Svensson, 2019, 234).
La instrumentalización de los miedos e incertidumbres de los húngaros hacia la migración ha sido descrita como un “botón de pánico moral” que el gobierno instaló en 2015 para “presionar” cada vez que necesita mejorar su imagen pública, lidiar con crisis políticas (Barlai, Sik, 2017, 152; Adler, 2020), y y desviar la atención de los problemas acuciantes de política pública. Por ejemplo, en marzo pasado, Human Rights Watch y el director de Amnesty International en Hungría denunciaron que la comunicación gubernamental en relación al coronavirus continuó centrándose en “difundir el miedo y odio hacia los extranjeros”, en vez de enfocarse en “preparar al deteriorado y mal gestionado sistema de salud estatal, el cual tiene un personal escaso e infra-financiado” (Gall, 2020); o, en “debatir las circunstancias de los profesionales médicos que usualmente tratan a los pacientes sin protección suficiente” (Víg, 2020).
El éxito de estas campañas en un país donde los extranjeros representan menos del 2% de la población es que apelaron a la “xenofobia platónica” de los húngaros: la preponderancia de “actitudes contra la inmigración sin migrantes” (Krekó et al., 2018, 13). Datos previos a la “crisis de la migración” de 2015 mostraban que casi la mitad de los húngaros (48%) no permitirían que un solo migrante procedente de un país más pobre de afuera de Europa se asentara en Hungría (en comparación con el promedio en la UE de 18%) (Messing, Ságvári 2018, 9), cifra que llegó al 62% en el 2017 (Messing, 2018).

Propaganda del Consejo Operativo para el Coronavirus de gobierno de Hungría: “Los iraníes que no cooperen con la autoridad epidemiológica serán detenidos y deportados”. (Murphy, P. [@MurphyPeterN], 2020).
La “guerra” política y mediática en contra de los migrantes
Al comienzo de la crisis del coronavirus, e incluso antes de aplicar medidas de distanciamiento social, el gobierno cerró las fronteras a los solicitantes de asilo que esperaban ingresar desde Serbia a los centros de detención donde podían solicitarlo (las “zonas de tránsito”) y aumentó el número de tropas que vigilan la frontera, bajo el argumento que “existe una conexión entre el coronavirus y la migración ilegal” (About Hungary, 2020). También decidió clausurar las universidades antes que las escuelas, recurriendo a la narrativa de la existencia de una “guerra entre civilizaciones”, la necesidad de autodefensa y “la intención del valiente gobierno de apoyarla” (Barlai, Sik, 2017, 157):
“Nuestra experiencia es que son los extranjeros más que nada los que introdujeron la enfermedad, y que se está propagando entre los extranjeros […] Estamos peleando una guerra de dos frentes, un frente se llama inmigración y el otro coronavirus. Hay una conexión lógica entre los dos, ya que los dos se propagan con la movilidad”. (France 24, 2020).
La culminación de esta “guerra” fue la mediatizada deportación de Hungría (con una prohibición de ingreso al espacio Schengen de tres años) de diecisiete estudiantes iraníes de la Universidad de Medicina Semmelweis, fundamentada en la supuesta violación de las medidas de cuarentena durante su aislamiento en un hospital de Budapest (Panyi, 2020).
Quince de estos estudiantes crearon la campaña virtual VOIS — Voice of Iranian Students, (la Voz de los Estudiantes Iraníes), en donde relataron lo que ocurrió luego de haber sido internados en el hospital Szent Laszló por haber estado en contacto con un estudiante iraní que había contraído el coronavirus:
“Fuimos respetuosos con el personal sanitario y no rompimos ninguna regla de la cuarentena [porque] nosotros pertenecemos a la familia del personal sanitario […] luego de 7 días nos dieron de alta […] Al siguiente día, recibimos una carta de notificación diciendo que íbamos a ser deportados del país. Nuestra vida académica entera pasó por delante de nuestros ojos. […] La corte desestimó nuestro recurso y, sin juicio alguno, tuvimos que abandonar el país […] No tenemos ninguna adscripción política a ninguna persona o partido, somos un grupo de 15 jóvenes inocentes que sólo quieren justicia […] Respetamos a todos los húngaros porque vemos a Hungría como nuestro segundo hogar”. (VOIS, 2020).[4]
Las consecuencias de la “guerra”: el miedo de los migrantes
Además de avanzar su estrategia política tribal y desviar la atención del deficiente sistema de salud público, a través de esta campaña el gobierno sumó a las vidas de todos los migrantes que viven en Hungría un miedo extra al “miedo global” del pánico generado por el coronavirus (Lins Ribeiro, 2020): el de la posibilidad de ser deportados del país si, por alguna circunstancia, nuestra existencia en éste perjudica a las élites gobernantes.
Puede hipotetizarse una tendencia según la cual, en cada una de sus reformas políticas y campañas mediáticas anti-migración, la élite gobernante húngara avanza y amplía esta cosmovisión, la cual “(…) requiere la total lealtad hacia el jefe de la tribu, el rechazo del pluralismo tanto dentro como fuera de la propia tribu, y el cuestionamiento de la legitimidad de las acciones de la otra tribu —a veces, hasta de su mera existencia” (Krekó y Juhász, 2019, 71).
Conclusión
En este artículo analicé las causas y consecuencias de la campaña política y mediática anti-migrantes en Hungría durante la emergencia del coronavirus. Para cerrar, quiero volver a remarcar uno de los objetivos de las campañas anti-migrantes: desviar la atención de los húngaros de los fracasos de las políticas públicas, incluyendo el lamentable estado del sistema de salud que comparten con nosotros, los migrantes. Ilustran este punto a sobremanera las palabras del periodista Daniel Trilling, que investiga uno de los centros de recepción de refugiados en Italia:
“Cuando pienso en Augusta, en Italia […] pienso en la vez en la que vi una multitud recibiendo suministros médicos de un puesto sanitario de la Cruz Roja. No eran refugiados; eran italianos que habían sido excluidos del sistema de salud por ser pobres. Si permitimos que los políticos enfrenten a estos grupos en contra del otro, todos vamos a perder”. (Trilling, 2020).
[1]Graduada de la carrera de ciencias antropológicas de la Universidad de Buenos Aires y del máster en administración pública de la School of Public Policy, Central European University (Budapest,Viena). www.maratisseraluna.com/es
[2]Sin desestimar las diferencias entre los términos «migrantes», «solicitantes de asilo», “refugiados”, «inmigrantes», etc., en lo que respecta a definiciones legales, políticas y sociales, en este artículo uso la palabra «migrante» indistintamente para referirme a trabajadores y estudiantes internacionales del Sur Global, solicitantes de asilo y refugiados en aras de la brevedad y para reflejar el término usado por el gobierno húngaro en sus comunicaciones.
[3]Por ejemplo, hace un año tuve una conversación con Eduardo Bolsonaro (hijo de Jair M. y presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Diputados), en la que señaló que “le habían gustado” las leyes y políticas de criminalización de la sociedad civil y control de los medios de comunicación adoptadas por Orbán, y que estaba viendo “qué copiar de Hungría para hacer reformas en Brasil”. (Conversación personal en el Institute of Foreign Affairs and Trade of Hungary, 18 de abril de 2019).
[4]Debido a las irregularidades en los procedimientos que llevaron a su expulsión, la versión de los estudiantes recibió el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán (Mehr News Agency, 2020).
Bibliografía
About Hungary (1 de marzo de 2020). Migrant flood possibly infected with coronavirus is expected to arrive at the Hungarian border. http://abouthungary.hu/news-in-brief/breaking-news-migrant-flood-possibly-infected-with-coronavirus-is-expected-to-arrive-at-the-hungarian-border/.
Adler, L. (28 de abril de 2020). Battle of Narratives: Discursive Responses to the Coronavirus Pandemics. 28/04/2020. NCCR on the move. https://blog.nccr-onthemove.ch/battle-of-narratives-discursive-responses-to-the-corona-virus-pandemic/.
Barlai, M., Sik, E. (2017). A Hungarian Trademark (a “Hungarikum”): the Moral Panic Button. In: The Migrant Crisis European Perspectives and National Discourses. Barlai, M., et al (Eds.). LIT. 147-168. https://tarki.hu/eng/2017_publikaciok.
Batory, A., Svensson, S. (2019). The use and abuse of participatory governance by populist governments. Policy & Politics, 47. 10.1332/030557319×15487805848586.
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Gall, L. (19 de marzo de 2020). Hungary Weaponizes Coronavirus to Stoke Xenophobia. Human Rights Watch. https://www.hrw.org/news/2020/03/19/hungary-weaponizes-coronavirus-stoke-xenophobia.
Hunyadi, B., Juhász, B., Zgut, E. (2015). Focus on Hungary: Refugees, Asylum and Migration. Political Capital. Commissioned by the Heinrich-Böll-Stiftung.
Krekó, P., Juhász, A. (2019). Beyond Populism. Political Tribalism in Poland and Hungary. Turkish Policy Quarterly, 18(3). https://bit.ly/2zWFxaU.
Lins Ribeiro, G. (2020). Medo Global. Cientistas Sociais e o coronavírus(5). http://www.anpocs.com/index.php/publicacoes-sp-2056165036/boletim-anpocs.
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Messing, V., Ságvári, B. (2018). Looking behind the culture of fear. Cross-national analysis of attitudes towards migration. European Social Survey, Friedrich Ebert Stiftung. https://library.fes.de/pdf-files/bueros/budapest/14181-20180815.pdf
Murphy, P. [@MurphyPeterN] (9 de marzo de 2020). Twitter. https://twitter.com/MurphyPeterN/status/1237086711164911616.
Nelkin, D., Gilman, S. (1988). Placing Blame for Devastating Disease. Social Research, 55(3), 361-378. www.jstor.org/stable/40970508.
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Panyi, S. (2 de abril de 2020). How once cherished Iranians became coronavirus scapegoats in Orban’s Hungary. Direrkt 36. https://www.direkt36.hu/en/igy-lettek-baratokbol-a-koronavirus-bunosei-az-iraniak/.
Trilling, D. (25 de febrero de 2020). Migrants aren’t spreading coronavirus – but nationalists are blaming them anyway. The Guardian. https://bit.ly/36kxgtF.
Víg, D. (21 de marzo de 2020). Hungarians should be rising to the challenge of the coronavirus outbreak in spite of Orbán. Euronews. https://www.euronews.com/2020/03/21/hungarians-should-be-rising-to-the-challenge-of-the-coronavirus-outbreak-in-spite-of-orban.
VOIS [@voiscampaign] (17 de mayo de 2020). Instagram. https://www.instagram.com/voiscampaign/?hl=en.
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