A 5 Años de “Ni Una Menos”
Lanzamos la Campaña #PorunaCuarentenadeDerechos para las mujeres del mundo
“En 1995, Susana Chávez acuñó la consigna ‘Ni una más’, que identifica la lucha contra los feminicidios en México. La escritora y activista, que escribiera Sangre en homenaje a una de las tantas mujeres muertas, apareció asesinada en 2011. A esa consigna le siguió ‘Ni una mujer menos, ni una muerta más’.
Hoy se cumplen 5 años de la fundación de Ni Una Menos, movimiento multitudinario que ha logrado trascender las fronteras artificiales e internacionalizarse en el Sur y el Norte, desplegando las redes sociales con manifestaciones públicas en las calles para afirmar colectivamente nuestra hermandad contra el patriarcalismo estructuralmente racializado.
La singularidad de este 3 de junio nos encuentra atravesando un enemigo invisible, la pandemia del Covid-19. Inmediatamente después de que la OMS definiera su propagación global, la ONU advirtió que la desigualdad persistente se incrementaría para las mujeres, poniendo en crisis los de cuidado. En abril, la tasa de desempleo aumentó a 15.5% para las mujeres, y las mujeres negras y las latinas enfrentaron tasas de desempleo promedio aún más altas. Asimismo, el 70% del personal de salud son mujeres que trabajan desde las trincheras expuestas a un mayor riesgo de infección y de discriminación por ubicarlas como “portadoras” letales del virus. Es en las cárceles en las que el virus se propaga con mayor fuerza. Las mujeres en contexto de encierro, que representan el 60% de todos los presos en Argentina, no tienen una sentencia fija, sufren de hacinamiento y el coronavirus agravó su situación, impidiendo continuar con las visitas por ejemplo.
A las desigualdades persistentes históricas y la vulnerabilidad de la poblaciones indígenas, afrodescendientes y LGBTTTQI+, la falta de estadísticas profundiza la invisibilización del impacto diferenciado. Recientemente el Mecanismo de Expertos de la ONU ha declarado, “La propagación del COVID-19 ha exacerbado y seguirá exacerbando una situación ya crítica para muchos Pueblos Indígenas: una situación en la que ya abundan las desigualdades y la discriminación. El aumento de las recesiones a nivel nacional y la posibilidad real de una depresión mundial agravarán aún más la situación, causando un temor de que muchos indígenas mueran, no sólo por el virus en sí, sino también por los conflictos y la violencia vinculados a la escasez de recursos, y en particular de agua potable y alimentos.”
En los momentos de crisis las que más sufren estas medidas económicas suelen ser las mujeres, quienes ganan 27% menos que los hombres, tienen los trabajos más precarios y una doble jornada laboral dado que, como sostiene la encuesta realizada por el INDEC en el año 2013 sobre trabajo no remunerado y uso del tiempo, las mujeres le dedican el doble de horas que el hombre al trabajo del hogar.
Las desigualdades de género que conocemos en el mundo del trabajo asalariado se amplía en los barrios populares con un impacto material en la vida de las mujeres: la dependencia económica exacerba la vulnerabilidad. Si mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries no tienen posibilidad de acceder a un trabajo remunerado con derechos ¿cómo pueden hacer frente a una situación de violencia? ¿cómo pueden hacerse cargo de sus hogares?
La pandemia del coronavirus ha configurado un nuevo espacio público y en simultáneo, obligó a las mujeres a regresar a la esfera doméstica y en muchos casos, a convivir con potenciales femicidas y agresores en situaciones de emergencia. Con todas las implicaciones que ello significa en términos de aumento de las violencias de género, feminicidios y transfeminicidios, o restricción de la posibilidad de acceder a la salud sexual integral y reproductiva, anticonceptivos, interrupciones voluntarias de embarazo, cuando el envío del proyecto de Ley a la Cámara de diputados fue interrumpida por el inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio.
Durante 2020 se registraron 134 feminicidios y, al menos, 9 transfeminicidios en Argentina. Cuando se tiene miedo de buscar ayuda, sabiendo que los abusadores podrían controlar las llamadas telefónicas, gritamos ¡Basta de matarnos!
El impacto de COVID-19 en las mujeres que viven en condiciones vulnerables o en contexto de encierro en Argentina es aún más fuerte. Ellas son invisibles para las estadísticas. La gran mayoría se encuentran adaptando sus rutinas y sosteniéndose a sí mismas y a sus familias en comunidades de cuidado.
Comunidades que son fundamentales en las redes de resiliencia necesarias para alcanzar la equidad de género. Enfrentando la realidad de sostener las cuarentenas en barrios populares y llorando la muerte de la referente barrial de la villa 31 de Ciudad de Buenos Aires, Ramona Medina, luego de conocerse el primer contagio que se esparció por los barrios populares donde las mujeres están en mayor riesgo. Ramona gritó que siete personas de riesgo se encontraban viviendo hacinadas. Dejó al descubierto que “Quedarse en casa” depende de un privilegio de clase. Las personas migrantes, la población de la economía popular que desarrollan actividades de subsistencia en la vía pública, las poblaciones originarias en el Barrio Qom de Chaco, todas ellas vieron agravada su situación. Allí donde los policías abusaron sexualmente de dos chicas menores de edad. También las rociaron con alcohol y amenazaron con prenderlas fuego. Pero ningún policía quedó detenido. Gritamos ¡NI Una Menos!
El impacto de las medidas de aislamiento social y cuarentena profundizan, vía el racismo estructural, la exclusión social de la población afroargentina, afrodescendiente y africanas sin acceso a la documentación. La violencia patriarcal, racista, y colonial impacta directamente en la sostenibilidad de la vida.
Es necesaria una mirada integral que logre abordar la violencia de género en relación con la falta de derechos, así como pensar en el acceso a la vivienda y el trabajo precisa de una perspectiva que considere las claves de género de la desigualdad.
La pandemia amenaza con deshacer los avances que hemos logrado históricamente los feminismos, pero aquí seguimos firmes, tejiendo redes en la lucha, amorosa y valientemente para cambiar todo lo que deba ser cambiado. Porque como afirmó la afroamericana Pat Parker: “La Revolución no es limpia, ni bonita, ni veloz”.
Por una sociedad más justa, equitativa, antirracista y anti colonialista.
Hoy más que nunca volvemos a gritar:
¡NI UNA MENOS, VIVAS Y LIBRES NOS QUEREMOS!
3 de Junio de 2020
Grupo de Trabajo CLACSO
Epistemologías del Sur
Esta declaración expresa la posición del Grupo de Trabajo Epistemologías del Sur y no necesariamente la de los centros e instituciones que componen la red internacional de CLACSO, su Comité Directivo o su Secretaría Ejecutiva.

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