Brasil: el Estado patriarcal en proceso de derrumbe
Victoria Darling1
Si existe una característica distintiva de la lógica patriarcal, es la práctica discursiva. El discurso patriarcal contempla formas, hábitos y ejemplos masculinos, se desarrolla con verbos y formas gramaticales propias del género masculino y, además, se realiza principalmente entre hombres. Este circuito cerrado contiene mensajes que se presentan como encriptados para quienes lo escuchan y no forman parte de ese conjunto. En todo caso, una no puede sentirse más que excluida, pues, las formas y el contenido son claramente limitados a un conjunto de interlocutores que entienden dichos códigos. Rita Segato afirma que, en situaciones de violencia explícita, sobre todo en su análisis sobre hombres que perpetraron crímenes sexuales y femicidios, los hombres actúan ejerciendo la dominación política en hermandad. Llama a esa solidaridad masculina de “cofradía”. Así, funcionarían como una corporación, “para una corporación no existe ninguna lealtad más importante (…) sacrifico cualquier cosa en este mundo para no sacrificar esa lealtad, lo que es letal porque un hombre va a tener que ser primero un hombre, eso lo vemos diariamente. La segunda característica es que la corporación es en su interior jerárquica: “los hombres son competitivos pero al mismo tiempo dóciles a su posición en la corporación” (Segato, 2019).
Desde que la crisis del gobierno de Bolsonaro se desató, a partir de la pandemia del Covid-19, el presidente no ha dejado de enviar mensajes a sus compañeros y rivales políticos o cófrades. Abundan las declaraciones públicas o pronunciamientos en que el mensaje parece estar dirigido a la ciudadanía, pero que, analizándolo con detenimiento y precisión, no hace más que orientarse a sus cófrades.
Recientemente, en la conferencia de prensa en que ofreció las razones que daban cuenta de la renuncia de Sergio Moro al Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, Bolsonaro se explayó en su relación personal con el entonces ministro. Comentó el momento en que se conocieron, su consideración de él antes de conocerlo personalmente, explicó sus sentimientos al haber sido casi ignorado por el ex-ministro en un comedor de un aeropuerto, justificó sus momentos de acercamiento y distanciamiento en el tiempo compartido de gobierno. No hubo, en la conferencia de prensa del 24 de abril, razones públicas, propias de una legitimidad democrática en cuestión debido a la renuncia de uno de los principales miembros del Gabinete Nacional. Estas declaraciones, su contenido y destinatarios, eran de hombres para hombres. Hombres que, en una lógica de articulación de poder, se miran entre sí asumiendo una percepción cómplice y empática que llega a ser semejante a la del discurso amoroso.
“Eu sempre abri o coração para ele [Moro], mas eu duvido se ele sempre abriu o coração para mim. Eu sempre disse aos meus ministros: a confiança tem que ter dupla mão. O ministro quer que eu confie nele, quer e tem razão, mas eu também quero que o ministro confie em mim.” (UOL, 24/04/2020).
A su vez, el Presidente prosiguió en un discurso que fue ganando énfasis, hasta acusar a Moro de traición por, presuntamente, preocuparse más por el asesinato de la vereadora municipal Marielle Franco que por la investigación en torno de la cuchillada que el propio Bolsonaro recibió durante su campaña electoral.
“A Policia Federal de Sergio Moro mais se preocupou com Marielle do que com seu chefe supremo. Acho que todas as pessoas de bem no Brasil querem saber. Me desculpe senhor ex-ministro, entre meu caso e o da Marielle, o meu está muito menos difícil de solucionar.” (UOL, 24/04/2020).
Cuando el problema era, a todas luces, público, el ex ministro no habría estado a la altura de las jerarquías propias del código masculino. El problema se volvió personal. Sólo en este contexto y en estos códigos puede ser cuestionable que Moro haya colocado entre sus tareas prioritarias la investigación del caso de una mujer, negra, lesbiana y feminista, antes que el atentado a un compañero hombre, además blanco, político y aliado.
Abonando la lógica mencionada, la foto de la conferencia de prensa resulta expresiva de estas declaraciones. ¿Cuántas mujeres se ven en la foto de la conferencia de prensa?

La respuesta correcta es, aunque se encuentren invisibilizadas material y simbólicamente, dos. Hay una mujer detrás del Presidente, Damares Alves, actual Ministra de la Mujer, la familia y derechos humanos. Damares es pastora evangélica, abogada y representante del Protestantismo en el círculo del Presidente. Un dato que en otro contexto merecería mayor detenimiento es que, a un mes de asumir el cargo en el Gabinete, fue revelado que la Ministra habría adoptado irregularmente a una niña indígena. De hecho, debido a las denuncias realizadas, se solicitó la investigación por parte del Ministerio Público Federal. Bajo el pretexto de realizarle un tratamiento dental, la Ministra habría llevado hace 15 años a su casa, sin autorización de su familia, a Kajutiti Lulu Kamayurá, del territorio Xingú. Y la pequeña nunca habría regresado, sin haber documentos legales que tramitaran una posible adopción.
“A criança, então com 6 anos, não retornou, e a adoção jamais foi formalizada (…) Houve uma violação do Estatuto da Criança e do Adolescente e do Estatuto do Índio”, afirmou a deputada Jandira Feghali do PCdoB (Portinari en O Globo, 02-01-2019).
La segunda de las mujeres que se encuentra junto al presidente, en el extremo derecho, fuera de la foto, es Tereza Cristina Corrêa, actual Ministra de Agricultura, Pecuária y Abastecimento. Tereza presidía hasta 2018 un grupo político que defiende abiertamente los intereses de los grandes propietarios rurales en el Congreso. Oriunda de Campo Grande, proviene de una familia en la que su bisabuelo, Pedro Celestino Corrêa da Costa, y su abuelo, Fernando Corrêa da Costa, fueron gobernadores del estado de Mato Grosso. Ella ha sido impulsora del proyecto de Ley Nº 6299/02 de 2002, que propone una agilización de las gestiones para regular el uso de agroquímicos. El proyecto logró dictamen favorable. Debido a eso, militantes ambientalistas la calificaron como la “musa del veneno”.
Aquello que queda claro es que el perfil de las mujeres invitadas a participar del Gabinete Nacional es del todo particular. Por un lado, vinculado a intereses específicos que en nada cuestionan la lógica patriarcal, sino que lo alimentan; por otro, alineados con la lógica de acumulación de capital, que abona la presencia de grandes grupos transnacionales, potencialmente favorecidos por políticas públicas. Cabría en otro análisis dar cuenta de la manera en que esta lógica también nutre un orden jerárquico de patrones que se codean con patrones, de militares que se vinculan con militares, de alianzas que atraviesan al patriarcado y lo complejizan en estructuras de poder y autoridad.
Las mujeres en política en Brasil
La ley electoral 9.540 de 1997 obliga a todas las agrupaciones políticas a que el 30% de sus candidatos sean mujeres, a su vez, existe un proyecto de ley del Senado que aumenta ese cupo a un 50%. Pero cumplir con esos porcentajes “no se logra”. De hecho, se conoce el caso de candidatas fantasma, o sea casos de inscripción de mujeres sólo para cumplir con las cuotas. Además de que la representación de las mujeres en el poder legislativo es pequeña y poco significativa, todavía está restringida a familias de histórico prestigio que tienen alto poder adquisitivo o contactos políticos de reconocida importancia. Sólo como muestra de ello, la mitad de los ganadores en las elecciones parlamentarias en 2014 ya eran diputados.
En Brasil, los fondos para los partidos o candidaturas independientes provienen principalmente de grandes empresas (en general constructoras, bancos o industrias especificas). Aún cuando las mujeres son el 51% del electorado, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), su presencia en la política sigue siendo en condición de rezago y postergación. Hacia 2018 menos del 15% de las sillas del Congreso estaban ocupadas por mujeres, en el gabinete ministerial de Michel Temer sólo hubo una mujer.
El gobierno de Jair Messias Bolsonaro no hizo más que profundizar la dimensión de esta exclusión. El presidente no sólo hace gala de contar con una esposa “bella, recatada y del hogar”, sino además de haber dado muestras de debilidad por haber tenido en su última oportunidad como padre a una hija mujer. Las señales son claras: materiales y simbólicas.
La buena noticia parece ser que dicha conformación estatal de fuerte impronta patriarcal se encuentra en proceso de derrumbe. Bolsonaro se encuentra en un escenario cercano al vacío de poder. Frente a la renuncia o destitución de dos de sus Ministros más estimados por la opinión pública, el Ministro de Salud Luiz Henrqiue Mandetta, y Sergio Moro, ex ministro de Justicia, el aislamiento político se cristaliza. A su vez, quedan en el Gabinete nueve Ministros o Secretarios con status de ministros que son militares o que atravesaron en su formación la escuela militar de las Agulhas negras en Rio, o sea, la mitad de un Gabinete que encuentra en las Fuerzas Armadas razones y fuentes de legitimidad anteriores a la del ex-Coronel retirado, hoy Presidente.
Las nominaciones y alianzas masculinas se volvieron crípticas y la lógica se corroe desde el interior. Los cimientos se están sacundiendo, sólo es cuestión de ubicarse en el mejor lugar desde el cual observar el derrumbe.
1 Dra en Cs. Políticas y Sociales (UNAM), profesora de la Universidade Federal da Integraçao Latino-Americana, integrante del Grupo de Trabajo CLACSO Estados en disputa.
Referencias
– COLOMBARI, EMANUEL Y GONZALEZ, Mariana, “Decepçao com Moro, “mentoroso” e mais: o discurso de Bolsonaro em 10 frases”, en UOL noticias, Sao Paulo, 24-04-2020. Acceso en: 25 de abril de 2020.
– PORTINARI, Natália, “Oposição cobra que MPF investigue Damares Alves por adoção de criança indígena”, en O Globo, 01-02-2019. Acceso en: 25 de abril de 2020.
– SEGATO, Rita Laura (2019) “Politicidad de las mujeres y desafíos del movimiento feminista”, entrevista a Antonia del Solar Benavidez. heinrich Boll Stiftung, Santiago de Chile, 17 de julio. Disponible en: https://cl.boell.org/es/2019/06/17/rita-segato-en-chile-politicidad-de-las-mujeres-y-desafios-del-movimiento-feminista.
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