Honduras avanza en la construcción de una nueva Política Pública de Juventudes

 Honduras avanza en la construcción de una nueva Política Pública de Juventudes

En un hecho considerado por sus protagonistas como un momento histórico para Honduras y América Latina, se presentó en Tegucigalpa el borrador de la nueva Política Pública de Juventudes 2025–2035, un instrumento que nace desde la participación activa de las y los jóvenes de Honduras, y que busca garantizar sus derechos, reconocer su protagonismo en el presente del país y proyectar políticas públicas estructurales con enfoque territorial, interseccional y de derechos humanos.

El evento contó con la presencia de autoridades nacionales, juventudes organizadas, referentes políticos y académicos, entre ellos Zulmit Rivera, ministra del Instituto Nacional de la Juventud; Pablo Vommaro, director ejecutivo de CLACSO; y Hugo Noé Pino, diputado del Congreso Nacional de Honduras.

Un proceso participativo desde los territorios

La ministra Zulmit Rivera destacó que la nueva política pública responde a un mandato del gobierno de la Presidenta Xiomara Castro y a una decisión política clara: construir un nuevo horizonte para las juventudes hondureñas. “Creemos que la urgencia de tener una política pública de juventudes viene a reforzar la capacidad que nosotros y nosotras tenemos para apostar al desarrollo de nuestra nación”, expresó Rivera.

“Esta política pública va totalmente acorde con lo que la presidenta Xiomara Castro ha expresado desde el inicio de su gobierno: un profundo respeto hacia los derechos humanos y la destinación de un presupuesto dirigido a las poblaciones más desfavorecidas”. Rivera señaló además que la política se construyó con base en un proceso participativo, con diagnósticos territoriales y un sistema de retroalimentación que permitirá su actualización constante: “Para potenciar el desarrollo del país, potenciar el futuro individual y colectivo de las y los jóvenes, es necesario, es urgente. No solo es necesaria, es urgente”, concluyó.

El presente y no solo el futuro

Por su parte, Pablo Vommaro, director ejecutivo de CLACSO, celebró la iniciativa y subrayó la importancia de construir políticas que surjan desde las propias problemáticas que enfrentan las juventudes: “Tiene que haber una relación orgánica entre las problemáticas juveniles y la política pública de juventudes. Por eso esta política que partió de un diagnóstico participativo, de la consulta y de la participación de las juventudes, se relaciona orgánicamente con sus realidades”. Vommaro remarcó que la juventud ya no debe pensarse como un actor del futuro, sino como protagonista del presente: “Juventudes como actores estratégicos del desarrollo. En el caso específico de Honduras, donde el país requiere de la energía de los y las jóvenes, ya no podemos hablar de futuro: la juventud es el presente”. En ese marco y retomando. las palabras de la ministra, lanzó una pregunta: “¿Cuánto cuesta una política pública de juventudes? Pero más importante aún: ¿cuánto cuesta no tenerla? Cuesta más no tenerla que tenerla”.

El diputado Hugo Noé Pino, actual vicepresidente del Congreso Nacional, elogió la presentación y el proceso colectivo que derivó en el documento. A la vez, remarcó las limitaciones presupuestarias heredadas y el desafío que enfrenta el gobierno para sostener políticas sociales. Sin embargo, Pino sostuvo que, a pesar de esas limitaciones, el Congreso Nacional apoya plenamente la iniciativa y se compromete a trabajar en la construcción de un presupuesto con enfoque en juventudes, al estilo de lo que ya se ha hecho en otras áreas como el enfoque de género: “Podemos y debemos incorporar en el presupuesto normas específicas para juventudes, con indicadores claros y mecanismos de rendición de cuentas”.

Una herramienta para el desarrollo integral

Los tres panelistas coincidieron en la urgencia y necesidad de una política pública que no se quede en el papel, sino que tenga efectos concretos en áreas clave como educación, trabajo, salud, seguridad y participación política.

Vommaro sintetizó: “Una política pública de juventudes como la que se impulsa en Honduras es una herramienta potente: para incidir, para diagnosticar, para planificar, para resolver problemas concretos. Es una herramienta de transformación que no podemos darnos el lujo de postergar”.


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