Problemas y desafíos globales que se le plantean a las ciencias sociales en tiempos de crisis, transformaciones socioecológicas y cambio climático

 Problemas y desafíos globales que se le plantean a las ciencias sociales en tiempos de crisis, transformaciones socioecológicas y cambio climático

Dentro de la Colección de los “Cuadernos del pensamiento crítico latinoamericano”, CLACSO presenta “Problemas y desafíos globales que se le plantean a las ciencias sociales en tiempos de crisis, transformaciones socioecológicas y cambio climático”, de Jorge Rojas Hernández.


Problemas y desafíos globales que se le plantean a las ciencias sociales en tiempos de crisis, transformaciones socioecológicas y cambio climático[1]

Jorge Rojas Hernández[2]

Introducción

Las ciencias sociales han debido luchar en forma permanente para abrir caminos y reconocimientos en las universidades, centros de investigación y, en general, en la sociedad moderna. Pierre Bourdieu, sostuvo que la sociología goza del triste privilegio de tener que afrontar incesantemente la cuestión de su cientificidad. Es una “ciencia que molesta”, porque devela cosas ocultas y a menudo reprimidas.

¿Por qué́ es especialmente problemática la Sociología? Porque devela cosas ocultas y a menudo reprimidas, como la correlación entre el éxito escolar, que se identifica con la “inteligencia”, y el origen social o, para ser más exactos, el capital cultural heredado de la familia. Son verdades que los tecnócratas, los epistemócratas –es decir, muchos de los que leen sociología y de los que la financian– no quieren oír” (Bourdieu, P. 2000: 21). Es una ciencia crítica. Para Adorno la función de la Sociología es “develar la realidad”: mostrar el sistema de dominación, descubrir tendencias como legalidades y examinar lo esencial de la sociedad para transformarla, en un sentido emancipatorio (Adorno, T. 1991). La realidad suele ser invisibilizada por la cultura y el sistema dominantes, fuertemente ideologizados en sus expresiones generales y cotidianas. Estos planteamientos son válidos para el conjunto de las ciencias sociales. En momentos de crisis, los cuestionamientos a las ciencias sociales vuelven a reavivarse, de parte de los sectores ultraconservadores. Precisamente, las ciencias sociales, son requeridas para comprender y explicar la complejidad de la situaciones regionales, nacionales y globales y proponer estrategias de superación de las crisis con criterios de calidad de vida y de sustentabilidad ecológica.

Contextos globales y regionales de las ciencias sociales. Crisis de época y de modelos de desarrollo

Fin de una Época en un momento de compleja transición hacia Algo Nuevo, aún incierto, con tendencias regresivas autoritarias de ultraderecha y, esperanzas de mejorar la calidad de vida en democracia, con respeto a la naturaleza, planteado por los movimientos socioambientales, feministas, étnicos, juveniles; en general, exigidos por los sectores organizados en un sentido transformador y emancipatorio de las sociedades.

En este sentido, reflexionando sobre la naturaleza de la crisis, Morin señala:

“La crisis en una sociedad desencadena dos procesos contradictorios. El primero estimula la imaginación y la creatividad en la búsqueda de soluciones nuevas. El segundo puede traducirse en el intento de volver a una estabilidad anterior o en apuntarse a una salvación providencial. Las angustias provocadas por la crisis suscitan la búsqueda y la denuncia de un culpable. Este culpable puede haber cometido errores que han provocado la crisis, pero también puede ser un culpable imaginario, un chivo expiatorio que hay que eliminar. Todos esos aspectos están presentes en la crisis que vivimos. Las iniciativas que reclaman una nueva política se multiplican y se amplían, mientras que poderosos lobbies lesionan al Gobierno y a los medios para volver al orden anterior” (Morin, 2020: 33-34).

Junto con analizar los diversos y complejos problemas, Morin convoca a Cambiar de Vía:

“El humanismo regenerado es, esencialmente, un humanismo planetario… Como ahora la humanidad está amenazada no solo por nuevas epidemias, sino también por la degradación acelerada de la biosfera, la proliferación de las armas nucleares, el estallido de fanatismos y el aumento de guerras civiles internacionalizadas, la vida de la especie humana y, de forma inseparable, la de la biosfera se convierten en un valor primario, en un imperativo prioritario.

Finalmente, la conciencia planetaria llega espontáneamente a la idea de Tierra- patria: aquí estamos, humanos minúsculos, sobre la minúscula película de la vida que rodea el minúsculo planeta perdido en el universo gigantesco. Este planeta, sin embargo, es un mundo, nuestro mundo. Este planeta es al mismo tiempo nuestra casa y nuestro jardín” (Morin, 2020: 100-102).

Las tensiones y conflictos regionales e internacionales se han incrementado en el último tiempo. La elección de Trump en Estado Unidos y sus amenazas desestabilizadoras del régimen democrático profundizan la crisis global. Su evolución dependerá de las respuestas de los países y regiones afectadas, las que ya empiezan a producirse de parte de México, Canadá, Panamá, China, Groenlandia, Dinamarca, Ucrania, de la Unión Europea y, al interior del país mismo.

La crisis de modelo de desarrollo y epocal, tendrá una larga duración, acompañada de tensiones y conflictos regionales y globales.

¿Nuevo paradigma y nueva cultura?

Pregunta: ¿Surgirá un nuevo paradigma de la existencia y renovación de prácticas y experiencias tradicionales y nuevas en alianza con conocimientos científicos y tecnológicos? Este tema se debate actualmente en la Filosofía. El destacado filósofo alemán Markus Gabriel, plantea la necesidad del surgimiento de una Nueva Ilustración:

“Y es que no nos encontramos en una sola crisis, la de la pandemia viral, sino en muchas crisis a la vez: la crisis de la democracia liberal, la crisis de la distribución injusta de los recursos en nuestro planeta, la crisis del capitalismo de explotación moralmente deplorable y, como la mayor de las crisis: la crisis climática… La nueva Ilustración exige, en primer lugar: De ahora en adelante, el progreso científico y tecnológico debe acoplarse al progreso moral. El relanzamiento de nuestra economía global, devastada en gran parte, debe colocar el progreso moral de la humanidad en la cúspide de su estructura de metas. Los seres humanos y su bienestar son el objetivo supremo de la economía y del Estado, y este bienestar incluye a las especies animales no humanas, así como a nuestro hábitat compartido, el planeta Tierra” (Gabriel, Markus, 2022: 112-116).

Efectivamente la superación de las crisis geológica-planetaria- climática-hídrica y social, requiere cambiar de paradigma. Exige cambiar de cultura, de relato y de valores. Superar la racionalidad instrumental que ha dominado la época Moderna. Reconocer y resignificar lo mejor de las tradiciones, instituciones, saberes, prácticas, conocimientos, tecnologías, convivencias cultivadas y practicadas por diferentes pueblos y comunidades a lo largo de la Historia de la Humanidad, con innovación y adaptación a los nuevos tiempos que vivimos, con los aportes del desarrollo científico y tecnológico alcanzados en la época moderna, con proyección sustentable hacia el futuro.

El retiro progresivo del Estado y de la Política de los asuntos sociales, ha obligado a muchos jóvenes a asumir roles más individuales y de protagonismo. Muchos jóvenes se sienten abandonados, al margen del progreso y del desarrollo personal, lo que está alimentando la frustración, el distanciamiento de las instituciones tradicionales, -incluidos los partidos políticos tradicionales-, la búsqueda de liderazgos autoritarios que den respuestas a su problemas y ansiedades existenciales.

A esta realidad se une la incertidumbre sobre el futuro. Las crisis profundizan este sentido de vacío existencial, de carencia de normas y valores que den sentido a la vida individual y colectiva. Las multicrisis y guerras producen escenarios de incertidumbre e inseguridades que afectan humanamente a la población en un sentido ontológico existencial.

En tiempos de crisis no resulta fácil construir un nuevo paradigma y sentido de vida. Se convive con el sentido tradicional adaptándose progresivamente a una nueva cultura, valores y normas en emergencia. Las ciencias sociales deben hacerse cargo de esta compleja realidad a la que se encuentra sometida la sociedad moderna y sus ciudadanos, especialmente los niños, niñas y jóvenes.

Crisis de representación política

La Política es una actividad relevante en el proceso de organización de la sociedad moderna. La política ha sido portadora de discursos, relatos y, especialmente de modalidades de concebir y organizar el ejercicio del poder en la sociedad. En tiempos de crisis, como la actualmente en curso, los partidos políticos, tienden a perder su situacionalidad central y su rol de mediador en la sociedad. Tradicionalmente se les ha considerado como representantes de clases sociales, grupos o movimientos sociales. Fue la concepción imperante en la sociedad industrial, dividida en clases, estratos y agrupaciones sociales. Al ponerse fin a un modelo de desarrollo entra también en crisis una determinada manera de entender y hacer política. Los partidos políticos tienden a quedar desfasados de la realidad y, de la sociedad. Otros agentes emergen como actores del momento. Se producen también procesos de desconexión e incomprensión intergeneracionales. Los antiguos agentes partidistas quedan secuestrados por lideres de corte narcisista o populistas que se mueven y autorreproducen en la mera esfera de la lucha por el poder. Al no poder responder a las nuevas características, culturas y demandas de los grupos sociales, dejan espacios abandonados de la sociedad, los que tienden a sentirse política y socialmente frustrados y abandonados. Por lo general, estos espacios políticamente “vacíos” pueden ser ocupados por agrupaciones de izquierda o por lideres populistas de extrema derecha, incluso de corte fascistas, que buscan retrotraer el orden social, institucional y político al pasado. Constituyen, como hoy se sostiene en Europa: una amenaza para la democracia, la libertad y los derechos ciudadanos.

Esta nueva realidad invita a repensar la Política y la acción política partidista en el marco de los nuevos problemas y desafíos de la sociedad en transformación. El desafío consiste en sacar la política de la cultura del pasado y del ámbito de la lógica de las luchas de poder interpersonales. Evidentemente es posible hacerlo, como ha ocurrido en el pasado. Implica cambios generacionales, nuevas ideas y además, requiere cambios en los estilos de liderazgos, capaces de interpretar y solucionar los nuevos problemas y desafíos. Mujeres y jóvenes empiezan a destacarse en este proceso de renovación de la política.

La educación en tiempos de cambios

La educación desempeña un papel relevante en los procesos de desarrollo y de formación profesional de las personas, especialmente de niños/as y jóvenes y en la creación de cultura, valores, profesiones, identidad y estilo de vida.

La educación, en su concepción, formación docente y aplicación, responde a los requerimientos de los sistemas imperantes en tiempos y etapas de organización de la sociedad. En la era industrial se requería de profesionales, técnicos, pedagogos y docentes funcionales al proceso de industrialización. Cuando estos modelos entran en crisis, sus estructuras, concepciones y marcos regulatorios se transforman en inadecuados, incluso en obsoletos, incluido el sistema educacional. Por lo que requieren ser revisados y cambiados para responder a los nuevos retos imperantes en la sociedad.

Los nuevos tiempos, acompañados de nuevas culturas y comportamientos humanos, exigen cambios profundos en la educación, en sus diferentes expresiones y niveles. Como se trata de estructuras relativamente consolidadas e interiorizadas en los sistemas y sujetos participantes, no resulta del todo fácil transformarlas. Y, en muchos casos, las políticas públicas y los gobiernos de turno no le dan la debida importancia, profundizando la crisis, prolongando su solución en el tiempo.

Renovar la educación, readaptándola a los nuevos tiempos y a las necesidades de los niños, niñas y jóvenes, es un gran imperativo sociocultural y político del Siglo XXI en curso.

Tiempos de digitalización e inteligencia artificial

La digitalización y la inteligencia artificial están invadiendo la vida moderna: la economía, la salud, la educación, el cuidado humano, la gestión, la vida personal y familiar. Impacta los empleos y representa también una amenaza: la emergencia de un nuevo modelo de dominación.

“Tres revoluciones importantes conformaron el curso de la historia: la revolución cognitiva marcó el inicio de la historia hace unos 70.000 años. La revolución agrícola la aceleró hace unos 12.000 años. La revolución científica, que se puso en marcha hace solo 500 años, bien pudiera poner fin a la historia e iniciar algo completamente diferente” (Yuval Noah Harari, 2014: 15).

La inteligencia artificial como expresión de la revolución tecnológica avanzada, está produciendo una profunda transformación de la vida humana, ya sea prolongando la existencia, mejorando la salud, potenciando la inteligencia, pero también dificultando su desarrollo como ser individual y colectivo en medio de metamorfosis de resultados inciertos y, que por cierto también impactan las actividades de educación superior y las ciencias sociales.

La nueva revolución tecnológica remecerá también las bases del sistema enseñanza aprendizaje imperante: i) En primer lugar, en la forma de enseñar y de aprender: ii) En segundo lugar, en el tipo de competencias y perfil profesional de sus egresados; iii) En tercer lugar, en su gestión institucional; iv) En cuarto lugar, en su preocupación por la empleabilidad de los profesionales que forma en sus aulas y; v) En quinto lugar, en su relación con la sociedad en proceso de transformación y el planeta en situación creciente y amenazante de crisis ecológica global.

Al respecto, Phil Husbands, profesor de la Universidad de Sussex, experto en inteligencia artificial, en su obra Robots, se pregunta por la cantidad de robots existentes:

“Es difícil calcular números exactos, pero una estimación razonable es que en 2019 había entre 13 y 15 millones de robots en uso regular en todo el mundo. Se están utilizando en la industria, el comercio, los hogares, los hospitales, las escuelas y para muchas otras cosas.

Los números se desglosan más o menos así: la Federación Internacional de Robótica estima que en 2019 había 2,6 millones de robots industriales en uso. Estas son las máquinas de trabajo pesado, generalmente, brazos gigantes que sueldan, rocían pintura, recogen, mueven, ensamblan, etc., en varias industrias manufactureras. En este momento la población robótica más grande, por lejos, es la de las aspiradoras robotizadas. Para 2018, el líder mundial en este sector, iRobot, había vendido más de 20 millones” (Husbands, Phil, 2024: 23-24).

Husbands plantea también el tema de la Ética Robótica:

“Sin duda. Los robots destinados a integrarse a nuestra vida cotidiana y laboral, deben estar diseñados para seguir los códigos morales aceptados por la sociedad, las normas éticas del momento. En el caso de las maquinas preprogramadas, fijas y mudas, como los brazos robóticos industriales, esto es relativamente sencillo: deben estar diseñadas para ser seguras; nadie a su alrededor debe correr peligro por las operaciones del robot, no deben emitir sustancias químicas peligrosas en presencia de personas, sus movimientos no deben poner en peligro a las personas cercanas, etc. Pero las cosas pueden complicarse mucho más cuando los robots se vuelven móviles y autónomos y toman sus propias decisiones” (Husbands, Phil, 2024: 191).

En definitiva, existe también la esperanza y el deseo de que esta revolución tecnológica no represente mayores sufrimientos ni se traduzca en nuevos sistemas de opresión humana. Que, por el contrario, contribuyan al bienestar, libertad, democracia y felicidad de los seres humanos y protección del Planeta. Para que ello ocurra debe existir una ética que regule y controle social e institucionalmente los impactos sociales de la inteligencia artificial.

Surgimiento de nuevos imperios en contextos de crisis

Las crisis expresan, por lo general, el debilitamiento o declive de antiguos imperios dominantes y el surgimiento de nuevos imperios. El declive de los imperios existentes, como sería el caso de Estados Unidos y también de Rusia, es lento, contradictorio y con intentos reiterados de recuperación mediante medidas autoritarias y neoexpansionistas que, no siempre logran implementarse o que deben revertirse ante la reacción de fuerzas opositoras o debido al impacto negativo en el propio país, como ocurre actualmente con la política del nuevo gobierno de Trump en Estados Unidos. Por su parte, los nuevos imperios demoran su tiempo en desarrollarse y consolidarse. En el entretanto, la crisis persiste y se tensiona en un periodo de transición entre un pasado de potencias que luchan por no desaparecer y otras potencias que luchan por hacerse presente y proyectarse en el futuro geopolítico.

En su obra Welt in Aufruhr (El Mundo en Agitación), Herfried Münkler, profesor de la Humboldt-Universität de Berlín, sostiene que en la actualidad existirían los siguientes imperios: China, USA, India, Rusia y Europa (Münkler, H. 2024: 447-456). Su obra trata de explicar lo que podría ser el Nuevo Orden Mundial de las Potencias en el Siglo XXI. Se podría agregar también América Latina y El Caribe, como un posible sexto componente, con potencialidades de desarrollo. Pueden surgir también otros imperios: asociaciones de países, regiones y continentes. Todos estos imperios experimentan problemas, debilidades, conflictos internos e internacionales que dificultan sus estabilidades y desarrollo, pero que actúan en los escenarios regionales y mundiales.

La decadencia de imperios y la consolidación de nuevas potencias será un proceso de alta complejidad y conflictividad que se prolongará en el tiempo y en los territorios. En el momento de crisis impera un cierto desorden internacional, que se manifiesta en invasiones, guerras y discursos agresivos de afanes expansionistas y destructivos. Los partidos y líderes de extrema derecha buscan desestabilizar sociedades democráticas y uniones de países, como la Unión Europea y ocupar espacios para implantar modelos de capitalismo mercantilistas y autoritarios, que beneficie sus intereses económicos y responda a sus ideologías ultraconservadoras. La estrategia apunta salvar el capital, liberarlo de los compromisos y restricciones socio-democráticas, ambientales y climáticas. El capital no necesita la Democracia para imponerse. Por el contrario, la democracia impide su realización “libertaria”, como hoy lo proclaman en el mundo, los representantes neoliberales de la Fundación Friedrich von Hayek.

Considerando la agresividad de las ofensivas expansionistas en marcha, es importante cuidar los recursos naturales propios, cuidar los avances en derechos sociales, culturales, de género, étnicos y humanos logrados por las regiones, países y continentes. Defender la Democracia, la Vida Humana y el Planeta.

Aceleración del cambio climático global: urgencia de cambios

El cambio climático global sigue su curso, incluso acelerándose y, lamentablemente, con mayor intensidad destructiva. Sus impactos locales resultan desastrosos, quedando en evidencia: la falta de preparación en infraestructura y políticas públicas adecuadas. El incremento descontrolado de las emisiones de CO2 y sus impactos climáticos, como actualmente está ocurriendo en muchos países y continentes, puede producir el colapso del Planeta. Una grave amenaza actual lo constituye el hecho de que los gobiernos y fuerzas ultraconservadoras nieguen las evidencias y pruebas científicas del cambio climático, con el propósito de seguir empleando la energía fósil y seguir explotando la naturaleza sin restricciones ambientales.

Los fenómenos extremos -lluvias intensas, calores extremos, humedad intensa, frio extremo, etc. – son características del cambio climático, definidas por el Panel Interaccional de Cambio Climático, IPCC, de las Naciones Unidas. En este contexto, se debe reconocer que ya nada se puede planificar sin considerar la variable climática. No solo los países de menor desarrollo son afectados por el cambio climático, también los países más desarrollados, como los europeos, Estados Unidos y otros desarrollados, ahora deben realizar profundas transformaciones/renovaciones de su infraestructura -autopistas, puentes, canalización de ríos que se deslizan cercanos a poblaciones, organizaciones urbanas, de poblados y ciudades-, construidas en otra época, bajo otras condiciones socio-eco-climáticas y culturales, hoy superadas por el cambio climático.

El cambio climático global no puede ser postergado ni relegado a un lugar secundario en la planificación e implementación de las actividades socioeconómicas de los países. Por lo tanto, también es un tema gravitante de las ciencias sociales, ambientales, naturales, de la investigación y las actividades universitarias.

Desafíos actuales de las Ciencias Sociales

  1. Repensar su manera de hacer ciencia, definiendo -en el nuevo contexto global y regional en crisis y reorganización anteriormente desarrollado-, nuevos temas relevantes, urgentes y de proyección futura:
    Diferentes tipos de familias (nuclear, extensa, monoparental, reconstituida, homoparental, de padres separados, multinuclear, unipersonal, familia DINK/parejas sin hijos, familia LAT/parejas que no comparten domicilio. Fuente: OLMITOS, 2024).
    1. Cambios en el trabajo. En la era industrial se hablaba de trabajo formal, calificado, no calificado, etc. Surgió el concepto clase trabajadora, portadora de transformaciones. Se reguló ampliamente el trabajo. Luego, surgió el trabajo informal, el trabajo a distancia, el autoemprendimiento y la lucha por disminuir la jornada laboral. Entramos a la era digital, la robotización y la inteligencia artificial que está transformando profundamente la empresa, el trabajo y la vida cotidiana.
    1. Reestructuración sociedad moderna. Surgen nuevos grupos sociales y se revalorizan antiguos, lo que complejiza la comprensión de la sociedad. A la clásica sociedad de clases, se unen nuevos grupos y movimientos sociales: movimientos feministas, movimiento de liberación LGBT, movimiento indígena, movimientos juveniles, antiglobalización, ONGs, movimientos ecológicos, movimiento social por el agua, reciclajistas, movimientos comunitarios (Rodríguez-Medina, Pozas, Girola, 2022).
    1. Las redes sociales. Constituyen un fenómeno nuevo de comunicación humana, muy relevante, que no puede estar ajena en los curriculum de enseñanza de las ciencias sociales. Facebook, WhatsApp, Tik Tok, Instagram, YouTube, Facebook Messenger, WeChat, LinkedIn son algunas de las redes más utilizadas por millones de personas. “No podríamos entender el contexto en que hoy se desenvuelve el liderazgo, sino identificamos el impacto de las redes sociales y si no asimilamos que se han creado nuevas conductas: A partir de Facebook ha aflorado un afán exhibicionista en el común de la gente. La búsqueda de notoriedad, incluso fama pública, a través del foro de exhibición que permiten esta plataforma digital, se sustenta en la necesidad de “reconocimiento” que es innata en el ser humano “ (Homs, R, 2015: 253).

Las redes sociales juegan un papel muy importante en la actualidad: “Esta tendencia es conocida por quienes utilizan estrategias de manipulación social y se basan en las emociones para controlar a la población, que buscara razonamiento prefabricados y puestos en bandeja para confirmar aquello que ha sido provocado desde fuera. La polarización queda servida: nadie escucha ni comprende al contrario y nos encerramos en guetos ideológicos sin apenas transferencias externas, protegidos por el grupo, con el que experimentamos sensación de pertenencia” (Velilla, N.,2023: 203).

Las redes sociales constituyen un gran tema nuevo de las ciencias sociales y, en especial, de la Sociología.

  • La renovación del pensamiento social exige una reflexión filosófica y epistemológica que rearticule lo teórico, con lo metodológico y, especialmente con las nuevas realidades socioculturales, ecológicas y climáticas que enfrenta la sociedad moderna.
  • Considerar los “conocimientos sociales en constante construcción y en interacción con el mundo social en el que se producen” (Didáctica de las Ciencias Sociales, 2008: 7).
  • Considerar y revalorizar experiencias de intercomunicación de saberes locales y bioconocimientos como alternativas de conocimientos con impactos en el desarrollo, la producción, la convivencia y la calidad de vida.
  • Aprender de experiencias de comunidades indígenas. Las comunidades indígenas cuentan con una larga y rica experiencia en producción de conocimientos basados en su vida comunitaria y su convivencia con otras especies que viven en y con la naturaleza (Rojas, J., 2024).
  • Expresando una mirada renovada de la teoría social, buscando sentidos y conceptos propios, expresión del pensamiento poscolonial, dotado de autonomía (Benzecry, Krause, Ariail Reed, 2019).
  • La renovación de las ciencias sociales requiere de poner el acento en la creatividad e innovación, empleando los aspectos positivos de la digitalización y la inteligencia artificial, sin reemplazar la acción humana y con consideraciones éticas.
    La renovación de las ciencias sociales exige que su quehacer otorgue relevancia, resignificación, revalorización y prioridad permanente a su sentido práctico e interrelación con la sociedad, con sus diferentes expresiones culturales, identidades, historias y cotidianidades.
  • Ocuparse de las transformaciones globales y regionales en curso con el propósito de crear nuevos conocimientos y procurar entregar respuestas pertinentes y con sentido resiliente.
  • Cultivar el pensamiento y las actividades multi, inter y transdisciplinarias en los establecimientos educacionales, especialmente en las universidades.
  • Colaborar sin desatender la propia disciplina. Ello puede expresarse en la creación de nuevas carreras, nuevas modalidades de trabajo académico, asignaturas multi e interdisciplinarias; fusión de profesiones tradicionales; colaboración entre carreras, facultades y disciplinas. Fomento de la investigación y de la interrelación bidireccional con las sociedad en la que la educación superior se encuentra inserta.
  • La misión del Sector de las Ciencias Sociales y Humanas (SHS) de la UNESCO es fomentar sociedades inclusivas, priorizando políticas que beneficien a los segmentos más vulnerables de nuestras sociedades, quienes tienen mayor probabilidad de quedar rezagados en contextos de crisis (UNESCO Montevideo, septiembre de 2023).

Naturaleza y campo epistemológico de las Ciencias Sociales

  • La naturaleza social de los seres humanos y su evolución a través del tiempo.
  • El comportamiento de los seres humanos en sus aspectos relacionados con los demás humanos.
  • La naturaleza de los diversos grupos humanos, su aparición en el tiempo, su evolución, crecimiento, desaparición, etc.
  • La organización y el ejercicio del poder en el interior de los grupos y entre unos grupos y otros, así como su evolución y transformación a lo largo del tiempo.
  • Los comportamientos de los seres humanos en el interior de los diversos grupos de pertenencia, así como de los mismos grupos como sujetos colectivos en relación con otros grupos.
  • La ocupación y organización de los espacios y territorios donde se asientan los diversos grupos humanos y su interacción con el entorno.
  • Los diversos modos que los individuos y los grupos tienen de organizarse para producir lo que necesitan para vivir, progresando en la calidad de vida, adaptándose al medio físico y natural donde viven.
  • Las actividades y producciones materiales, intelectuales y espirituales, con las que los individuos y los grupos se expresan y se comunican.
  • Las manifestaciones artísticas y culturales.
  • La evolución en el tiempo de los diversos grupos, instituciones, los múltiples avatares que los individuos, los grupos humanos y la humanidad entera han sufrido y protagonizado a lo largo del tiempo”

Fuente: Didáctica de la Ciencias Sociales. Ma. Concepción Domínguez Garrido (2008: 32-33).

Comentarios finales

Como lo hemos visto y analizado, de manera breve en el presente documento, las ciencias sociales en tiempos de crisis, transformaciones socioecológicas y cambio climático, se enfrentan a nuevos y complejos problemas y desafíos regionales y globales que deben ser estudiados con la debida profundidad, creatividad y en forma interdisciplinaria.

Las ciencias sociales, en su rol histórico critico de develar las realidades ocultas, siguen estando convocadas a criticar los sistemas injustos, las desigualdades sociales, étnicas y de género, la violencia y guerras contra pueblos, así como los impactos gravitantes del cambio climático. Algunos son problemas antiguos, aún no resueltos, que incluso se han agravado, como las desigualdades y discriminaciones. Otros problemas son nuevos, como el cambio climático. El cambio climático afecta tanto a la vida humana como a la natural, al Planeta Tierra. El único hábitats que tenemos para construir vida humana con calidad, respeto, colaboración y tratar de ser felices en comunidad. Además, el cambio climático no debe considerarse como un problema independiente, separado de los otros problemas. Muy por el contrario, el cambio climático en marcha afecta y profundiza el conjunto de problemas que afectan a la sociedad moderna: incrementa la pobreza, las desigualdades, las diferencias de género, los problemas de la comunidades indígenas. Afecta también a la economía. Dificulta la sobrevivencia y la convivencia humana.

Diversos son los problemas y desafíos que enfrentan las ciencias sociales .en verdad, afectan a todas las ciencias-, en la sociedad cambiante, influida también por las revoluciones científico-tecnológicas, como la digitalización y la inteligencia artificial. Estos cambios producen también incertidumbres sobre el futuro y un sentido de perdida existencial de sí mismos, de sentirse abandonados en un mundo en crisis, atravesado por múltiples tensiones, conflictos y guerras regionales con proyecciones internacionales.

Además, los sectores ultraconservadores buscan eliminar las ciencias sociales y ambientales de la enseñanza formal. Por lo mismo que, debemos innovar y adaptar los conocimientos y epistemologías sociales a los tiempos que se viven. Cuidar el valor, significado, sentido y relevancia histórica de las ciencias sociales en la construcción de un orden social justo, democrático, inclusivo y ecológico del mundo en el que vivimos.

Finalmente, los invito a cuidar y amar las ciencias sociales, las ciencias ambientales y la Sociología. Las ciencias en general, que nos proporcionan información, claridad sobre la realidad que vivimos y perspectivas objetivas de seguir desarrollándonos como personas en democracia y libertad, con respeto a los derechos humanos, a los pueblos y protección de los sistemas naturales que nos proporcionan servicios ecosistémicos.


Referencias bibliográficas

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Velilla, Natalia. 2023. La Crisis de la autoridad. Ediciones Arpa. Barcelona, España. ISBN: 978-84-19558-24-4.



[1] Ponencia presentada en Panel: Las ciencias sociales en tiempos de multicrisis y transformaciones socioecológicas y climáticas. XXXIV Congreso Internacional ALAS, República Dominicana, 6 de noviembre de 2024.

[1] Magíster Artium en Sociología y Ciencias Políticas, Dr. Phil. Sociología, Leibniz Universität. Hannover, Alemania. Profesor Universidad de Concepción, investigador Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y Minería, CRHIAM (ANID/FONDAP/15130015 / ANID/FONDAP/ 1523A0001). Co-coordinador del Grupo de Trabajo CLACSO Praxis emancipatorias, bienes comunes y metodologías descoloniales alterglobales. [email protected]


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