“Las desigualdades en Paraguay necesitan políticas que van mucho más allá de la alimentación escolar”

En el InfoCLACSO del 18 de septiembre, “¿Qué rol cumplen las universidades públicas para la sociedad?”, Verónica Serafini, del Centro de Análisis y difusión de la Economía Paraguaya e integrante del Comité Directivo de CLACSO, habló con CLACSO.tv.

Sobre la situación de la educación superior en su país, remarcó que “la universidad pública paraguaya tiene grandes desafíos. Por un lado, se ha ido expandiendo al interior del país, lo cual es bueno. Pero dadas las condiciones de la educación media, sigue estando ubicada en un grupo de personas que tienen ciertos privilegios. En Paraguay, hay una brecha en educación media de casi el 40 por ciento. Quienes la terminan no tienen competencias básicas para ingresar a una universidad. Y además, está el problema de los costos de una universidad. Porque una universidad que quiere tener excelencia requiere alumnos de tiempo completo, estudiar en horarios de la mañana y de la tarde. Y en particular, en Paraguay, como la calidad de la educación media es baja se requiere poner un piso mínimo que lo consiguen pagar quienes tienen cursos generalmente privados. Entonces, hay muchos obstáculos para que la universidad se convierta en un factor de movilidad social o de reducción de las desigualdades”.

Además, se refirió a las formas de financiamiento de la educación: “hubo un cambio de fuente de financiamiento porque el gobierno decidió financiar con los recursos que vienen de un fondo de Itaipú, la represa que tenemos con Brasil, (…) un programa social de alimentación escolar, bajo la promesa de que los otros programas que quedaban desfinanciados se iban a cubrir con recursos tributarios. El problema es que en Paraguay hay un debate antiguo sobre el tema tributario, que impide recaudar más y mejor. Cuando digo más y mejor, me refiero en términos de equidad tributaria. Nosotros tenemos todavía casi el 70 por ciento de nuestras recaudaciones basadas en el IVA, en un país pobre donde el 70 por ciento de la población apenas logra ganar el salario mínimo”.

No obstante, aseguró que esta medida “no va a reducir la desigualdad. Las desigualdades necesitan políticas que van mucho más allá de una alimentación escolar. Porque además, así como está diseñada, durante muchos años va a quedar limitada sólo a las escuelas y a la población infantil de mayores niveles de pobreza”.

Entrevistó Gustavo Lema.