“Las tasas de pobreza en el medio rural son hasta dos y tres veces mayores que las de zonas urbanas”

 “Las tasas de pobreza en el medio rural son hasta dos y tres veces mayores que las de zonas urbanas”

Transcripción de la columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 11 de octubre de 2023

El seminario internacional “Mercados de trabajo rurales, desigualdades y vulnerabilidad social en América Latina” está enmarcado en el proyecto más amplio de las Plataformas para el Diálogo Social (PDS), porque aborda una articulación perfecta entre conocimiento, política pública y movimientos sociales en clave de resistencia y de lucha a lo largo y ancho de toda América Latina y el Caribe. Este seminario atraviesa varias de nuestras plataformas que se ocupan de la desigualdad y pobreza, las reconfiguraciones en el mundo del mercado de trabajo y también lo vinculado a género y violencias que se manifiestan  de una manera particular en el medio rural.

Estamos en un contexto de América Latina y el Caribe (pos pandemia), donde atravesamos esta crisis económica y social que nos dejó la pandemia del COVID-19 con un impacto muy importante frente a los mercados laborales de la región. Cuando hablamos de mercados laborales, nos referimos a los de una región donde la informalidad ya era una de sus característica pre-pandemia, que se acentuó en estas sociedades pos pandémicas. Esta crisis revela elementos estructurales de nuestra región, pero pone de manifiesto algunas desigualdades en particular, nos muestra esos problemas estructurales que son la pobreza y la desigualdad tan características de nuestra región.

También nos muestra la temática de la informalidad en los mercados de trabajo, particularmente en el medio rural y la falta de protección social. La informalidad viene de la mano de la ausencia absoluta y total de protección social. Quiere decir ausencia de derechos, imposibilidad de acceder al sistema de salud y al sistema de prestación social en sentido amplio, como a jubilaciones y pensiones.

Además, la pandemia tuvo consecuencias en términos de los déficits de los mercados de trabajo vinculados principalmente a trabajos decentes, que tienen como una de sus características la formalidad. Todo lo mencionado es un problema general de los mercados de trabajo, pero se ve mucho más acentuado en las zonas rurales en comparación con los mercados urbanos.

En las zonas rurales de América Latina y el Caribe, hoy viven más de 123 millones de personas. Aproximadamente 50 millones de ellas trabajan, tienen una actividad de trabajo remunerado o por algún tipo de intercambio. Por lo tanto, en nuestra región, el empleo rural sostiene a una de cada cinco personas.

Según cifras tanto de la OIT como la CEPAL, las tasas de pobreza son del 46% en el medio rural y hay un 22% de pobreza extrema. Esas tasas son hasta dos y tres veces mayores que en las zonas urbanas (depende del país concreto que analicemos). La informalidad es una característica de nuestra región, pero cuando la miramos el medio rural es todavía mayor: aproximadamente un 76% de las personas ocupadas en el medio rural que están en condición de informalidad y por tanto sin protección social.

Estos son desafíos enormes que nos interpelan y nos obligan a la acción en materia de política pública vinculada a la seguridad social: cómo extender la cobertura de seguridad social a las poblaciones rurales que tienen esas particularidades en su ejercicio del trabajo como la estacionalidad, el trabajo temporal, la mayor presencia de trabajadores por cuenta propia y los que se llaman trabajadores familiares. Hay que hablar de políticas públicas específicas orientadas a los entornos rurales que consideren las necesidades, las narrativas y los desafíos de trabajadores y trabajadoras en estas unidades productivas del medio rural, además de fortalecer los mecanismos que ya existen a nivel local en los distintos territorios, para poder impulsar estas políticas públicas con el objetivo de generar condiciones de trabajo decentes en las áreas rurales. Allí es clave involucrar a los distintos movimientos y organizaciones rurales, campesinas e indígenas que están en estos territorios; trabajar con ellos y ellas para poder avanzar en estos desafíos.

En el caso de las mujeres en el medio rural, primero pensemos en la dificultad que se da en términos de la temática del cuidado o el uso del tiempo; muchas veces coexisten en un mismo espacio físico lo productivo y lo reproductivo. En el medio rural hay una dificultad para distinguir las tareas entre las productivas y las reproductivas. En las encuestas que tenemos en América Latina y el Caribe para el medio rural, tenemos una relación de uno a tres, es decir, las mujeres dedican el triple del tiempo al trabajo doméstico y al trabajo del cuidado en comparación con los varones. Esta brecha también existe en el medio urbano, pero no es tan pronunciada.

Tenemos que colocar el tema de las mujeres en el medio rural sobre la mesa, porque también nos tenemos que preguntar cómo contribuyen estas tareas de cuidados y tareas domésticas a esas sociedades rurales. No nos olvidemos que se está discutiendo como una propuesta con origen en América Latina y el Caribe esta noción o paradigma de las sociedades del cuidado como una posible alternativa a las sociedades actuales. Efectivamente hay una cuestión muy importante asociada a lo que ocurre en lo rural y en lo comunitario, que muchas veces son dos dimensiones muy próximas por las características frente a los medios de transición entre lo rural y lo urbano.

Además, en estos predios rurales particularmente se da una relación de tipo familiar o de unidades productivas familiares, donde hay una invisibilización del trabajo de las mujeres. Por ejemplo, pensemos en el sector de la agricultura si es realmente un trabajo productivo o una cuestión más vinculada a lo reproductivo. Muchas veces se considera la participación de las mujeres más como una ayuda que como un trabajo, con todo lo que eso significa, y se subestima la participación femenina en el sector rural.

Si miramos todo el empleo femenino en la región latinoamericana, el 14% de las mujeres que se ocupan en el sector exportador lo hacen en el ámbito de la agricultura y la ganadería. Es decir, no estamos hablando de un sector poco relevante desde el punto de vista de la realidad de los mercados de trabajo femeninos en la región.

Por último, desde la perspectiva de género feminista, hay una dimensión que es el papel de las mujeres frente al cambio climático. No solamente en términos de defensoras de sus territorios y de los recursos naturales sino también de cómo ese cambio climático, a su vez, las está afectando de manera diferencial junto con el territorio y los recursos naturales y de cómo en muchos casos son encargadas de proveer esos recursos a sus hogares.

Particularmente, las mujeres campesinas e indígenas juegan un papel muy importante cuando hablamos de cambio climático y de cuestiones ambientales, asegurando, entre otras cosas, la seguridad alimentaria en sus hogares y la protección de esos recursos naturales y esa adaptación al cambio climático.

Quiero mencionar que en América Latina tenemos aproximadamente 60 millones de mujeres que viven en el campo, pero sólo el 30% (una de cada tres) posee la propiedad o el derecho de propiedad sobre sus tierras (no es una situación que les pase a los varones). Además, sólo el 5% de las mujeres recibe asistencia técnica para la producción en el medio rural. Es decir, tenemos el problema sobre la propiedad de los terrenos o de los lugares de producción rural y para adaptarse a las consecuencias del cambio climático. Tenemos que colocar la temática de las mujeres en el medio rural en la discusión amplia de las políticas públicas destinadas a este medio rural y particularmente también cuando discutimos el cambio climático y el medio ambiente.

– Pensaba en los movimientos de mujeres campesinas en Argentina, que llevan adelante una lucha en lógica de resistencia en Berta Cáceres, una mujer que fue asesinada en el marco de su lucha contra el cambio climático en el campo; en Francia Márquez, que pasó todo su embarazo trabajando en una mina. Vos hablabas de un sector muy alejado del sostén del Estado sin seguridad social y sin impacto. Recordaba ciertas cifras de algunas elecciones tanto en los Estados Unidos como en la República de Argentina, donde parte del apoyo a estas nuevas derechas se dio en sectores rurales. ¿Cuánto de la falta de la presencia del Estado a veces termina decantando en lógicas de derecha?

– La discusión en torno al papel del Estado y particularmente en estos lugares que parecerían ser más distantes o con niveles de proximidad menor a la posibilidad de presencia estatal condicionan algunas conductas. Sobre todo esa sensación de que en definitiva no está presente en Estado y no hay políticas públicas; no se visualiza la presencia del Estado y eso da lugar a otros tipos de discursos.

No tenemos que olvidarnos del cruce que se puede dar con todo el trabajo en los sectores campesinos y rurales con la cuestión nacionalista, ya que es una expresión de estas nuevas derechas y ultraderechas en América Latina y el Caribe. Claramente todas estas dimensiones de las desigualdades se articulan y  no podemos separar los análisis.

Frente a las referencias a Berta Cáceres y Francia Márquez, también quiero sumar la lucha mapuche en Chile, donde hay una presencia en el liderazgo en el reclamo por determinados territorios que están siendo ocupados por multinacionales en la producción de energías renovables y en la producción energética desplazando al pueblo mapuche y donde las voces de las mujeres han sobresalido. Sin ir más lejos, en la última Conferencia que tuvimos en Noruega, en la Universidad de Bergen, donde se estuvieron analizando estos temas entre Europa y América Latina ahí había una lideresa mapuche que planteó con muchísima claridad la situación que estaba atravesando (su comunidad). Lo menciono para sumar una voz más de estas voces y resistencias asociadas a las mujeres en América Latina y el Caribe.

– Qué difícil es poner estos temas en los medios de comunicación y las pautas de las grandes empresas agrícolas ganaderas son muy fuertes en el marco de los medios con publicidades extraordinarias…

– Sabemos la realidad de los medios masivos de comunicación en nuestra región. Por eso es tan importante InfoCLACSO, desde CLACSO, junto a otros instrumentos de comunicación y difusión, para llegar más allá de ese cerco que se establece por los grandes medios.

Quedó muy clara la situación que relataba del pueblo mapuche en Bergen, Noruega, no sólo es el cerco mediático, sino también actores vinculados a esas empresas de origen noruego que están actuando en Chile. Primero intentaron impedir el ingreso de la mencionada lideresa mapuche a Europa frenándola en París y luego, una vez que logró ingresar, se le escuchó hablar sobre el control y el intento de que no ingrese.


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