Solidaridad con las denunciantes de Boaventura de Sousa Santos y rechazo a las dinámicas patriarcales, al machismo, la opresión y la violencia de género y su carácter racializado en la academia

 Solidaridad con las denunciantes de Boaventura de Sousa Santos y rechazo a las dinámicas patriarcales, al machismo, la opresión y la violencia de género y su carácter racializado en la academia

A raíz del envío de este pronunciamiento, los Grupos de Trabajo firmantes y la Secretaría Ejecutiva de CLACSO han iniciado una serie de conversaciones para reflexionar y enfrentar conjuntamente las dinámicas patriarcales, el machismo, la opresión y la violencia de género y su carácter racializado en la academia.



Los Grupos de Trabajo CLACSO firmantes, rechazamos la violencia sexual y diferentes formas de acoso ejercidas por el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, que involucra también al antropólogo Bruno Sena Martins, contra mujeres de diversas identidades y geografías trabajando como académicas, investigadoras, dirigentas sociales, y hoy como diputadas, a lo largo de varios años, y nos solidarizamos con las denunciantes que han hablado, con las que siguen hablando, con las que pudieran hablar en el futuro y también con las que decidan permanecer en silencio.

La universidad es una institución jerárquica, donde dinámicas patriarcales de interacción no solo son permitidas, sino premiadas. El machismo en espacios académicos no constituye un caso aislado, sino que es parte del funcionamiento de un sistema atravesado por la desigualdad, la discriminación y la violencia. El caso señalado en este pronunciamiento es solo uno más en una larga serie de casos denunciados por mujeres y disidencias que han sido sometidas a violencias por hombres que utilizan su prestigio académico para realizar avances y propuestas sexuales no deseadas y ejercer coerción para cometer actos de abuso sexual. Se trata de vínculos atravesados por relaciones de poder donde, en muchos casos, la carrera de las mujeres depende de agresores que abusan de su posición de privilegio. La violencia sexual, en sus diferentes expresiones, no es un asunto de deseo, sino de poder. Esta actúa de manera engranada con muchas otras formas de minimización, ridiculización y explotación del trabajo no remunerado/reconocido de las mujeres (migrantes, racializadas, precarizadas, etc.), que resultan útiles a la acumulación de poder y prestigio de los hombres.

Los casos a los que nos referimos no son eventos aislados, son prácticas sistemáticas que someten a las mujeres, entre otrxs sujetxs feminizadxs y racializadxs, e impiden el libre ejercicio creativo que la investigación rigurosa y militante requiere. Esto es especialmente perverso en el caso de mujeres negras, indígenas, de primera generación de acceso a la universidad, que son percibidas por los agresores como particularmente vulnerables. Son prácticas sistemáticas porque las instituciones académicas las permiten, en un afán de protección a la institución y al “hombre de prestigio”. De este modo, la violencia de género es estimulada y cobijada por la impunidad institucional que, en el caso de Boaventura de Sousa Santos, ha sido fundamental.

La violencia de género no es anecdótica, y sus consecuencias pueden ser devastadoras en la vida de una mujer. Tras la agresión sobreviene la confusión y el miedo a denunciar y a la exposición pública, en ello intervienen colegas y entornos que convencen a las mujeres de callar y la cultura machista que culpabiliza a las mujeres, a sus cuerpos y actitudes. Tras la denuncia, sobreviene el escrutinio público e incluso amenazas de denuncias por difamación y la constante mitigación de los hechos y deslegitimación de quienes han atravesado por este tipo de violencias. Como se ha documentado ampliamente y ha trabajado la teórica feminista Sara Ahmed, quienes se atreven a denunciar son quienes cargan con las consecuencias que la retaliación y la revictimización generan. A pesar de que siempre se aduce el daño “al buen nombre” de estos abusadores, difícilmente son ellos quienes sufren las consecuencias.

Como investigadorxs diversxs nos solidarizamos con las denunciantes de Boaventura de Sousa Santos y de todas aquellas en situaciones similares. Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio. Rechazamos enérgicamente todo intento de garantizar la impunidad de sus actos.

Utilizamos este pronunciamiento como una forma de señalamiento a diferentes procesos de (auto)censura que suceden en la academia. No deja de sorprender que, frente a la publicitación de la denuncia, muchas y muchos han comenzado a señalar que se trataba de un secreto a voces, así como también a acusar a las denunciantes de intentar censurar socialmente al denunciado. El silencio ha sido manejado y continúa siendo demandado de manera instrumental en las condiciones que perpetúan la impunidad de esta y otras violencias que convergen en la academia.

Estamos conscientes de las limitaciones que tienen este tipo de denuncias en términos de sus alcances y consecuencias -algo que opera también dentro de la misma lógica patriarcal. Por eso mismo, también demandamos a las instituciones académicas involucradas en las denuncias operar con celeridad en el tratamiento de los casos, con protocolos claros de atención a casos de violencias contra la mujer basadas en género, que tengan garantías procesales, de apoyo y acompañamiento a las denunciantes y protegiéndoles de la revictimización.

Esta demanda incluye al Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO, del cual formamos parte y al cual hemos contribuido como Grupos de Trabajo.

En este caso puntual, saludamos el anuncio que ha hecho CLACSO de “tolerancia cero y rechazo absoluto al acoso sexual y de solidaridad con todas las personas afectadas por esta forma de violencia” y de “suspender todas las actividades de Boaventura de Sousa Santos en CLACSO”. De manera adicional, esperamos que el Comité Directivo asuma una actitud activa en la erradicación de todas las formas de violencia de género en los espacios que cobija CLACSO a través de la aplicación de estrategias de prevención, y de atención, seguridad y acompañamiento a denuncias a presuntos agresores que pudieran presentarse dentro de la Red de CLACSO. Pero que también reconozca casos en los que pudo haber encubrimiento institucional en el pasado. Esta situación debe llevarnos a reflexionar sobre la importancia de poner en marcha e implementar protocolos de género en espacios de redes académicas y de auspicio a la investigación e incidencia pública en América Latina y el Caribe, no solo en las universidades.

En línea con las apuestas de la justicia reparativa, hacemos un llamado urgente a CLACSO y a la comunidad académica latinoamericana a realizar acciones de protección colectiva de las denunciantes. Esto involucra detener la re-victimización y la retaliación y emprender acciones de reparación y garantía de no repetición – algo que requiere exigir a los agresores que reconozcan sus actos, que los reparen y modifiquen su actitud con autocrítica.

Concretamente, proponemos a CLACSO conformar una comisión con integrantes de todas sus instancias, que, entre otras cosas, trabaje en:

  • Seguimiento a los casos denunciados contra Boaventura de Sousa Santos y los que puedan surgir en el futuro.
  • Establezca un comité permanente interdisciplinario que organice espacios de debate y co-aprendizaje sobre violencia de género, masculinidades hegemónicas y estructuras jerárquicas en la academia, que vele por la construcción de prácticas de producción de conocimiento que rechacen las formas de discriminación y violencia basadas en clase, raza, etnicidad, género y capacidad.
  • Analice la elaboración de un protocolo de tratamiento de la violencia de género en la Red, que enfatice en la prevención y el acompañamiento a las víctimas y de un plan a 5, 10 y 15 años sobre cómo prevenir, atender y sancionar estas violencias.
  • Revise la vinculación de otros académicos sobre los cuales pesan denuncias de acoso y abuso
    sexual, acoso laboral y abuso de poder. Todas estas iniciativas deben contar con un presupuesto anual, con transparencia en el diseño e implementación de cada punto.

Entre las acciones de reparación que puede emprender CLACSO están:

  1. La traducción, publicación y difusión del libro donde se encuentra el capítulo de las primeras denunciantes.
  2. La invitación a ser conferencistas magistrales y panelistas en eventos auspiciados por CLACSO a todas las denunciantes como una forma de amplificar sus voces y análisis, cuidando de no re-victimizarlas.
  3. La destinación de recursos a dos eventos anuales relacionados con el tema.
  4. Destinar recursos para llevar a cabo un proyecto de investigación sobre el tema, con las resultantes publicaciones.
  5. El establecimiento de una beca anual para académicxs que han sido subrepresentadxs en CLACSO.

También llamamos a abrir la conversación en nuestros espacios académicos, a no seguir callando este tipo de abusos, a buscar caminos de reconstrucción de nuestras comunidades académicas.

Convocamos asimismo a los demás colegas varones a que asuman la tarea urgente de cuestionar y desarmar el mandato de masculinidad hegemónica y reconstruyan los quiebres, formas de relacionamientos violentas y el abuso del poder y privilegios que el patriarcado confiere a “lo masculino” en la academia y la sociedad. Consideramos urgente y necesario el compromiso de los hombres en esta problemática, promoviendo medidas concretas como círculos de diálogo u otras acciones encaminadas a terminar con estas prácticas violentas.

Tendemos a pensar que esto es un problema que solo compete al agresor y su entorno inmediato. Sin embargo, la literatura sobre violencia basada en género y sexualidad muestra que se trata de un mecanismo estructural en las instituciones académicas y que tiene un rol decisivo el papel que jugamos todas las demás personas que conocemos de estos casos de manera directa o indirecta: es nuestra responsabilidad pararnos frente a estas formas de violencia si algún día queremos construir una academia no violenta y justa.

Para parar los abusos y a los abusadores, es urgente que dejemos de excusar, avalar y naturalizar sus acciones. No podemos, como individuos e instituciones, seguir actuando en complicidad con estas formas de agresión. Tal como lo señalan las primeras denunciantes en su valiosa intervención: “los abusadores se convierten en expertos para crear facilitadorxs estratégicxs a través de la manipulación, como al jugar con sus vulnerabilidades laborales” (Viaene, Laranjeiro y Tom 2023, 218). Es tarea de todxs detener estas prácticas.

Cerramos este pronunciamiento con algunas preguntas abiertas para iniciar la reflexión tanto dentro de la Red de CLACSO como en los múltiples espacios de la academia en América Latina y el Caribe a los cuales nos pertenecemos:

  • ¿Cómo se construye conocimiento en los espacios institucionales y no institucionales? ¿A costa de qué y de quiénes?
  • ¿Qué privilegios coloniales, masculinos, blanco-mestizos, cis, hetero y de clase estamos perpetuando en los procesos de producción de conocimiento?
  • ¿Cómo operan las jerarquías en la producción del conocimiento y cómo las desmontamos?
  • ¿Cómo detenemos la invisibilización y precarización del trabajo de mujeres y diversidades, de personas racializadas y subordinadas por su origen de clase?
  • ¿Cómo construimos espacios seguros para la denuncia y para la conversa frontal sobre los casos de violencia sexual que construyan futuros sin violencia?
  • ¿Puede haber o hay autoridad académica sin autoridad ética?



25 de abril de 2023
Grupos de Trabajo CLACSO

Ecologías políticas desde el sur/Abya-Yala [+]
Fronteras, regionalización y globalización [+]
Anticapitalismos y sociabilidades emergentes [+]
Migraciones y fronteras sur-sur [+]
Red de género, feminismos y memorias [+]
Pueblos indígenas y disputas epistémico-territoriales [+]
Agroecología política [+]
Estudios críticos del desarrollo rural [+]
Feminismos, resistencias y emancipación [+]
Pensamiento geográfico crítico latinoamericano y caribeño [+]

Adhesiones
Yohana Ruffiner. GT Pueblos indígenas y proyectos extractivos
Diana Ojeda y Melissa Moreano Venegas. GT Ecologías políticas desde el sur/Abya-Yala
Claudia Pedone. GT Migraciones y fronteras sur-sur
Gisela Espinosa y Gabriel Tobón Quintero. GT Estudios críticos del desarrollo rural
Araceli Mondragón González. Historia y coyuntura: perspectivas marxistas
Verónica Moreno Uribe y Delmy Cruz Hernández. GT Cuerpos, territorios y feminismos
Astrid Ulloa. Universidad Nacional de Colombia (Colombia)
Andrea Gómez. Universidad Autónoma Metropolitana (México)
Valeria Ysunza. Colegio de Geografía, FFyL/UNAM (México)
Arnim Scheidel. ICTA-UAB, Universidad Autónoma de Barcelona (España)
Nohely Guzmán Narváez. Universidad de California (Estados Unidos)
Centro de Estudios de la Cultura y Ciencia Maya Oxlajuj B’aktun (Guatemala)

Este texto expresa la posición del Grupos de Trabajo CLACSO y no necesariamente la de los centros e instituciones que componen la red internacional de CLACSO, su Comité Directivo o su Secretaría Ejecutiva.