“Cuba es uno de los países más envejecidos de la región, tenemos que pensar los cuidados”

En el marco del Foro “Los desafíos contemporáneos frente a los cuidados. Dinámicas demográficas y políticas”, organizado del 25 al 27 de abril en La Habana, Cuba, por CLACSO, UNICEF, el Ministerio de Trabajo y Previsión Social de Cuba, el Fondo de población de las Naciones Unidas, OXFAM, ONU Mujeres, la Fundación Friedrich Erbert y los Centros de CLACSO Región Caribe, habló con CLACSO.tv Magela Romero Almodóvar, profesora titular de la Universidad de la Habana y coordinadora de la Red Cubana de Estudios sobre Cuidados.

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– ¿Cuál es tu balance sobre el Foro Políticas de Cuidados enmarcado no sólo en las actividades de Formación sino también en los paneles públicos?

– Para nosotros/as el Foro ha sido la continuidad de un proceso de diálogos, intercambio, formación y capacitación especializada que estamos realizando en el país como parte de las acciones de la Red Cubana de Estudios sobre Cuidados, pero también como parte de las acciones de un proyecto gubernamental de trabajo no remunerado. Además, en Cuba tenemos el reto de crear un sistema para el cuidado integral de la vida.

Dicho Foro viene a reforzar esos procesos, pero también a plantear los desafíos que tiene el país en diálogo con la región, con los resultados que se van presentando como los informes de investigación sobre la región del Caribe insular o sobre las realidades de otras experiencias como las de Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay. En este espacio no solo hay personas de la academia, sino también personas decisoras que están trabajando en proyectos de desarrollo local, de asociaciones, de redes, que también están impulsando transformaciones en la organización social de los cuidados y modificando el nudo que crea esas desigualdades, es decir, la división sexual del trabajo.

– En el último tiempo hubo una expansión de la difusión de las temáticas relativas a los cuidados. Vimos un dato favorable con respecto a Cuba, que tiene que ver con una expectativa de vida mayor de la gente aquí en la isla, pero eso trae aparejadas cuestiones relacionadas con los cuidados que plantean nuevos desafíos. ¿Cuál es la situación específica en Cuba?

– Cuba en este momento tiene un 21.6% de su población con más de 60 años. De aquí al 2030 el reto va a ser mayor, porque nos estaremos aproximando a un 30%. Entonces, siendo uno de los países más envejecidos de la región, hay un reto que nos está llamando a pensar los cuidados, en las personas dependientes y en tener un rol más activo.

En ese sentido, las políticas, las dinámicas, los debates en el país, están centrados en esos procesos de envejecimiento de la estructura sociodemográfica, pero también nos han permitido anclar esos debates a otros temas que tienen que ver con la autonomía de las mujeres, con el desarrollo sostenible, con la participación laboral de las mujeres. También en términos de la corresponsabilidad, cómo los hombres se están incorporando a las actividades de cuidado, al trabajo doméstico, revirtiendo un poco las cifras que nos hacen un llamado a mirar la realidad de una forma más aguda.

Por ejemplo, uno de los datos que más trabajamos: el último resultado que tenemos de la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género nos da que las mujeres están trabajando 14 horas semanales más que los hombres en las labores que tienen que ver con el cuidado y el trabajo doméstico. Son datos que a lo mejor uno plantea como “14 horas es mucho”, pero cuando se piensa en un año es casi un mes de trabajo de diferencia, si estuviéramos trabajando todo el tiempo. Es decir, nos roban casi un mes del año en este sentido.

Si bien los debates se han centrado en todo lo que tiene que ver con la dinámica demográfica, este trabajo que estamos impulsando también forma parte de las subcomisiones que se crearon en la Comisión Gubernamental para la Atención a la Dinámica Demográfica.

Hemos tratado de desplazar el debate para que no se vea a los cuidados sólo como un asunto que hay que atender porque hay una dinámica demográfica que nos está haciendo ese llamado, sino porque genera desigualdades, porque genera inequidad, porque es un problema de Justicia y porque es un problema también de las responsabilidad con la vida, con el bienestar y con la calidad de la vida.

– Respecto de las transformaciones sociales y la visibilización de cuestiones que en muchos casos se dan por hecho, hay una gran parte de la sociedad que no reconoce muchas situaciones sobre las que se genera una revictimización. ¿Cómo funciona el Código de las Familias en el contexto de las políticas de cuidados para repensar las nuevas familias y las nuevas dimensiones de relación en Cuba?

– En todo este proceso hemos tenido a nuestro favor las transformaciones normativas que han acontecido en el país. En primer lugar, en la Constitución de 2019 hay un replanteamiento de los cuidados como derecho y responsabilidad social. Y también lo hay en el más reciente suceso, que fue la aprobación del Nuevo Código de las Familias. No se habla del Código como tradicionalmente estaba planteado en Cuba, sino de un Código de las Familias referido a esa diversidad, a esa pluralidad, que marcan la realidad de las familias cubanas. 

Asociadas a los cuidados propiamente, este Nuevo Código también impone una nueva lectura de las familias, de las responsabilidades, de la corresponsabilidad, que hay que intencionar hacia el interior. Es un Código muy innovador, en tanto presenta derechos y deberes de las personas cuidadoras y de las personas cuidado-dependientes.

Además, prohíbe la violencia en relación social que se establecen en el marco de las relaciones de cuidado y ofrece garantías en el marco de las regulaciones con carácter hereditario para las personas cuidadoras, ya que es un modo de reconocer también el valor de ese trabajo y lo marca como una responsabilidad importante del Estado. Asimismo, plantea también un escenario jurídico que es favorable a lo que queremos impulsar, donde se apuesta por dicho sistema que queremos proponer como país.

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